domingo, 3 de dezembro de 2017

Paranormal



Paranormal o fenómenos paranormales (del gr. παρά, pará, «al lado, al margen» y el adjetivo «normal») son términos usados para dar nombre a cierta clase de experiencias que se encuentran al margen del campo de las experiencias normales explicables científicamente. Los fenómenos paranormales no son asimilables a otros fenómenos no completamente entendidos, como, por ejemplo, la energía oscura.

La comunidad científica considera que no existe evidencia que apoye el conjunto de creencias que se engloban dentro de la etiqueta "paranormal", considerándolas pseudocientíficas.

Descripción

Una definición frecuentemente utilizada en la literatura científica es la de James E. Alcock (1981):
Un fenómeno paranormal es aquel que:

No ha sido explicado en términos de la ciencia actual.
Únicamente se puede explicar mediante una amplia revisión de los principios de base de la ciencia.
No es compatible con la norma de las percepciones, de las creencias y de las expectativas referentes a la realidad.
Recientemente, J. Irwin y C. Watt proponen en la siguiente definición, muy general, que la Parapsicología "es el estudio científico de experiencias que, si son lo que parecen ser, están, en principio, fuera del dominio de las capacidades humanas tal como en el presente están conceptuadas por los científicos convencionales. Así, los fenómenos parapsicológicos señalan ostensiblemente la actuación de factores por lo común no conocidos o no reconocidos por la ciencia ortodoxa, a los que solemos referirnos como factores paranormales".

Que resulte inexplicable por las ciencias establecidas es condición necesaria para la estimación de un fenómeno como "paranormal", pero no es condición suficiente; tales efectos deben presentar además rasgos propios, específicos, que los distingan y aparten de los fenómenos naturales, tanto normales como anómalos, cuyo dinamismo se ajusta a las relaciones de variables conocidas o utilizadas por la ciencia oficial. Sería más precisa, en cuanto a esos rasgos específicos, la siguiente definición de Charles Richet: “Es característico del hecho metapsíquico, cualquiera que sea, el que parece ser debido a una inteligencia desconocida (humana o no humana). (...) Parece que son debidos a fuerzas inteligentes desconocidas, comprendiéndose en las mismas los sorprendentes fenómenos intelectuales de nuestras inconsciencias. (...) las fuerzas que determinan los presentimientos, las telepatías, los movimientos de objetos sin contacto, las apariciones y ciertos fenómenos mecánicos y luminosos, no parecen ser ciegas e inconscientes como el cloro, el mercurio y el sol. (...) dijérase que están dotados de entendimiento, voluntad, intenciones, que quizás no son humanas, pero que en todo caso se parecen a las voluntades e intenciones humanas. La intelectualidad, o sea la elección, la intención, decisión conforme a alguna voluntad personal, no conocida, constituye el carácter de todo fenómeno metapsíquico”.(El término "metapsíquico" equivale aquí a "parapsicológico").

En el mismo sentido se pronuncian J. B. Rhine y J. G. Pratt: "En realidad, lo más asombroso de este nuevo tipo de casos psíquicos es que ellos demuestran ser totalmente independientes del tiempo. (...) Resulta evidente, tanto de los casos espontáneos como de los experimentales, que la ESP no está limitada a ciertas distancias. (...) No podría esperarse que el tiempo ejerciera una influencia limitativa, si el espacio no lo hace. En efecto, se comprueba que el tiempo no ejerce tal influencia"."El hecho de que las funciones de psi hasta ahora no muestren influencias limitativas de espacio y tiempo revela una diferencia que es tal vez la más fundamental y sin embargo la más contradictoria de todo el universo del conocimiento. Es cosa evidente ahora en forma bastante concluyente en parapsicología, como para no dejar lugar a dudas, que (...) estamos tratando con principios y procesos no físicos".​"El único rasgo distintivo de esta energía psíquica reside en el hecho de que funciona sin relación restrictiva de ninguna clase (que por lo menos se conozca) ante los criterios de espacio-tiempo-masa. Pero eso es solo repetir que esa energía no es física".

Se desprende de los textos citados que sería el conocimiento causal de los hechos llamados paranormales —hoy por hoy objeto solo de hipótesis, mejor o peor fundamentadas— lo que permitiría la definición de sus rasgos propios. De ahí el interés de la investigación de tales datos y de que no se ponga obstáculos a la misma. Se comprenderá mejor este problema leyendo la clasificación de fenómenos que figura a continuación.

Clasificación de fenómenos paranormales

Primer grupo: Fenómenos paranormales llamados "de conocimiento", caracterizados por la "obtención de información sobre el mundo exterior al margen de los canales sensoriales comunes".​ Son ejemplos los siguientes fenómenos, llamados de "percepción extra-sensorial" (PES): la telepatía (comunicación o transmisión de contenidos de mente a mente, pero también entre hombre y animal y entre animales), la precognición (conocimiento de sucesos futuros libres), la retrocognición (conocimiento de sucesos pasados ignorados por el sujeto) y la simulcognición (conocimiento de hechos que tienen lugar en distinto espacio, en la misma unidad de tiempo). La radiestesia y telerradiestesia, la psicometría y las llamadas "mancias" estarían también incluidas, como fenómenos en los cuales la presencia o la utilización de muy diversos objetos excitarían presuntas facultades de PES en sujetos "dotados" o "paragnostas" (quiromancia, cristalomancia, cartomancia, cafemancia, ornitomancia, acutomancia, dominomancia, rabdomancia, astrología...).

Segundo grupo: Fenómenos paranormales llamados "de efectos físicos", en los que —siempre según sus estudiosos— se producen "efectos objetivamente detectables en el mundo exterior al margen del marco de las influencias energéticas conocidas (...): efectos mecánicos tales como el movimiento de objetos a distancia, sin el concurso de ninguna fuerza física detectable (telekinesis y psicokinesis), efectos antigravitacionales (levitación), cambios en el estado de la masa (materialización), transformaciones de energía (cambios de temperatura, producción de sonidos diversos y efectos electromagnéticos que se originan sin ninguna causa física conocida), y la influencia que ejerce aparentemente la concentración mental sobre reacciones químicas y sobre procesos biológicos".9​ La literatura especializada recoge como ejemplos de fenomenología para-física, entre otros, además de los citados: la fantasmogénesis, la bilocación y la espectrogénesis; los aportes y la hiloclastia: apariciones y desapariciones de objetos que parecen surgir "atravesando" materia sin dejar señal; los "raps" (golpes); la clariaudiencia: audición directa de voces para las que no se detecta causa u origen físico; la hoy llamada "transcomunicación instrumental", que incluiría la psicofonía o parafonía y la psicoimagen o paraimagen; la ideoplastia o teleplastia: aparición de figuras y signos en medios físicos; el doblamiento de metales; la combustión espontánea; la psicofotografía (plasmación fotográfica voluntaria de contenidos imaginados); los "extras" (aparición en placa de elementos no presentes al realizarse la fotografía), etc. Asimismo, se incluyen efectos para-biológicos, entre los que se encuentran: las experiencias extra-corpóreas; las formaciones ectoplásmicas, con posible inclusión en ellas de los fenómenos de transfiguración; la dermografía y, dentro de esta, la estigmatización; la transfixión; así como fenómenos para-higiénicos: varias formas de diagnóstico y terapia paranormales, entre las que destacan, por ejemplo, las atribuidas a los llamados "psicocirujanos" filipinos y brasileños, etc.

Esoterismo, ocultismo, teosofismo, espiritismo, brujería, vudú, satanismo, etc. son contextos doctrinales en los que parece haberse registrado una variada fenomenología paranormal, la cual, por otra parte, está presente también en todas las grandes religiones (así, por ejemplo, la que aparece relatada en varios libros de la Biblia o en textos dentro del budismo o del lamaísmo, etc.) y místicas. Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que interesa a la Parapsicología y pretende la verificación y definición precisa de los fenómenos paranormales objetivos, aislándolos, en tanto que hechos, del contexto teórico interpretativo en que, cuando es el caso, surgen o se producen.

Así sucedería al estudiar, por ejemplo, fenómenos de sanación al margen de la ciencia médica ortodoxa o convencional, observados por los antropólogos en grupos primitivos o que mantienen su identidad cultural total o parcialmente incontaminada, como el que registra, por ejemplo, Hermitte: se trata de sucesos que una comunidad indígena interpreta desde los relatos sobre su Dios, que todo lo puede y que castiga con enfermedades a aquel que no siga al pie de la letra sus órdenes, que, para la comunidad, garantizan una vida llena de plenitud, sin preocupaciones y una familia feliz. Cuando alguien del grupo es ofendido por un miembro del mismo, este cae rápidamente enfermo. Para una posible sanación deberá de ir a la casa de la curandera, conocida como “la bruja”. La misma se encargará de curarlo practicando una serie de “conjuros”, verificando mediante el pulso cómo va recorriendo la sangre el cuerpo. Según como sea la velocidad a la que va la sangre por el cuerpo, así será el tipo de avance que haya tenido la medicación. Si no hay avance, la bruja le preguntará si ha ofendido a un compañero de la comunidad y dependiendo de lo que conteste el hombre o mujer, decidirá si continuará con la sanación o lo dejará como un castigo. Es así como se castiga a los de la comunidad. Tal vez la enfermedad para la comunidad sea un castigo de su Dios todopoderoso, pero, ¿y si es solo una identidad desconocida que está poseyendo a la comunidad, un ser que habita entre la comunidad y es considerable que permanezca de esa manera durante generaciones, para ser catalogado como una leyenda o un mito? Afectando así la reputación de la familia en la comunidad o afectando a la comunidad y alejándolos de la civilización avanzada por un evento desconocido para todos, no cabe que para este fenómeno exista solución. Lo más recomendable es la ayuda de expertos que pueden devolver a la comunidad la paz que anhela.

El parapsicólogo se interesaría en principio por una sanación debidamente comprobada en la comunidad indígena anterior, aislándola, como hecho objetivo, de las creencias del grupo, y sabiendo que una curación heterodoxa no puede conceptuarse como "paranormal" por el solo hecho de producirse al margen de la Medicina convencional, ya que podría quedar explicada desde ciertos capítulos de la Psicología, además de los de la medicina psico-somática. El parapsicólogo investigaría después de haber podido descartar estas explicaciones (que, por otra parte, conducen a interrogantes de interés acerca de la relación entre cuerpo y mente). Una vez más, se destaca la cuestión central de la averiguación de las causas de los fenómenos que se presentan como paranormales, de cara a la identificación de los rasgos esencialmente propios de los mismos y, por tanto, para su completa definición.

Difusión actual

Con la publicación de la obra El retorno de los brujos de Bergier y Pauwels (1960) y de los bestseller de Erich von Däniken —como Recuerdos del futuro, etc.—, hubo una oleada de publicaciones similares donde el tema de lo paranormal se potenció en librerías y revista; a tal punto; de influenciar audiencias en televisión y cine. La aceptación de lo paranormal se ha difundido considerablemente, con un sinfín de películas y de series como la recordada The X-Files, y otras: "paranormal activity", Supernatural, la serie Fringe o la Dimensión Desconocida; programas de TV españoles tales como Cuarto Milenio y emisiones de radiodifusión como, entre otros, Milenio Tres, Espacio en blanco o La Rosa de los Vientos.

Según un estudio de Gallup11​ en 2005 en EE. UU., 73% de los encuestados creían en al menos uno de diez fenómenos paranormales incluidos en la encuesta.

Los fenómenos eran los siguientes (número de respuestas positivas entre paréntesis):

Percepción extrasensorial (41%)
Casas embrujadas (37%)
Fantasmas (32%)
Telepatía (31%)
Adivinación del futuro (26%)
Astrología (25%)
Brujas (21%)
Comunicación con los muertos (21%)
Reencarnación (20%)
Canalización de entidades espirituales (9%).

Investigación y métodos

La investigación de los fenómenos paranormales y aún más su interpretación, son difíciles de encajar en el ámbito de las pautas metodológicas y las teorías científicas establecidas. Debe tenerse en cuenta el problema epistemológico que significa el calificar como "paranormales" precisamente aquellos hechos para los que no se haya podido encontrar explicación causal empleando la metodología de la ciencia positiva, la cual es, por tanto, de obligatoria aplicación previa en el proceso —multidisciplinar— de determinación de todo supuesto fenómeno paranormal. Puede decirse que la historia de las ciencias, secular y abierta, ha venido siendo la de la mutua referencia entre lo observado, como dato a definir con precisión, y la elaboración del orden de pautas de investigación a seguir en el proceso metódico de lograr dicha definición. Esto ha conducido a señalar que, si han de ser los hechos observados los que orienten la elaboración del método y no al contrario, es decir, no que los hechos se adapten a un método preestablecido (que podría, como consecuencia de su aplicación, desfigurar los rasgos definitorios que se buscan), los datos que nos ocupan están reclamando una adecuada metodología específica.

Sucesos paranormales como los clasificados más arriba no constituyen observaciones deducibles de las teorías e hipótesis científicas, uno de cuyos valores es el de ser predictivas y contrastables, además de coherentes con el paradigma científico vigente, del cual reciben su inspiración. Dentro de la metodología científico-natural, teorías e hipótesis empíricas incluyen siempre, precisamente por ser empíricas, la posibilidad tanto de anomalías como de refutaciones, entre las cuales destacarían los datos llamados paranormales. En este sentido, la discusión contemporánea muestra que, según unos, el estudio de tales fenómenos pretende iniciar su propia historia como ciencia injustificadamente, porque carece de un ámbito propio de objetos a definir, bien porque se juzga que tales datos no se han verificado o no se han replicado experimentalmente, bien porque se los considera de posible asimilación a datos ya conocidos, mientras que según otros, esa historia, aunque llena de dificultades, está ya plenamente iniciada, al estimarse que los hechos, comprobados algunos de ellos también en laboratorio, componen una casuística significativa con fisonomía específica y, por tanto, su negación o el rechazo de su investigación no responden al genuino espíritu científico, sino, en el caso más objetivo de rechazo, a la posición denominada cientificismo.

El gran número de fenómenos presuntamente paranormales de que se viene teniendo noticia documental desde tiempos remotos, los registros y comprobaciones referidos a fenomenología tanto espontánea como provocada, así como la atención prestada por algunos científicos a ciertos fenómenos vinculados a la doctrina espiritista (mesas y "médiums" parlantes, escritura automática, formaciones ectoplásmicas y otros), terminaron por animar la creación de sociedades (así, en 1882, la pionera Society for Psychical Research, de Londres, con su posterior filial norteamericana) e institutos de investigación (así, en 1919, el Instituto Metapsíquico Internacional de París, declarado oficialmente "de utilidad pública", o el de Varsovia), con la promoción de conferencias y congresos sobre los datos que constituyen el objeto material de estudio del llamado, ya en nuestros días, "parapsicólogo". Cierta fenomenología espontánea que, como tal, es testimoniada desde experiencias vividas en condiciones no sometidas a control, también mereció interés por las posibles consecuencias científicas de lo que se descubriese respecto a sus procesos y causas, conduciendo progresivamente a una investigación que, objetivando su realidad bajo control experimental, lograse describir las leyes de su dinamismo. (Se prescinde aquí de la problemática epistemológica, general para todas las ciencias experimentales, que suponen las nociones de causalidad y de ley de la naturaleza, tal como ha venido siendo presentada a lo largo del siglo XX por científicos y filósofos de la ciencia).

"Investigación psíquica" y "Metapsíquica", término este último utilizado por el premio Nobel de Fisiología francés Charles Richet, fueron los primeros nombres dados a la disciplina que se ocupa del estudio de los fenómenos paranormales. A partir de la I Conferencia Internacional sobre Parapsicología, celebrada en Utrecht (Holanda) en 1953, se impuso este último término, "Parapsicología", acuñado en 1889 por Max Dessoir, filósofo alemán de la Universidad de Berlín. Los científicos reunidos en la citada Conferencia convinieron en el interés de la investigación de los fenómenos paranormales hasta el punto de que, como consecuencia, en el mismo año 1953 un encargo de curso conferido en 1936 al profesor Willem H. C. Tenhaeff (1893-1981) se convirtió en una cátedra con un laboratorio anexo, el Instituto de Parapsicología de la Universidad de Utrecht. Una segunda cátedra, esta vez ya ordinaria, fue adjudicada al profesor Johnson en la misma universidad. Poco después, en 1954, la Universidad de Friburgo de Brisgovia (Alemania) confiaría una cátedra de Psicología y áreas limítrofes de la Psicología que acogería el Instituto para las áreas fronterizas de la Psicología y la Psicohigiene, al fundador de este en 1950: el médico, humanista y psicólogo Hans Bender, reconocida autoridad europea en la investigación paranormal. Por su parte, tras las experiencias de telepatía llevadas a cabo por Bechterev y mejoradas por el fisiólogo Leónidas Vassiliev, hasta el punto de interesar al gobierno de la URSS para fines militares, este último científico fundó en 1960 y dirigió en Leningrado hasta su muerte, en 1966, el Instituto de Bioinformación (término soviético para designar la telepatía), que su sucesor, P. Gulyaev, convirtió en el Laboratorio de Cibernética Biológica de la Universidad de Leningrado.

La Parapsicología tiene sus orígenes en las investigaciones realizadas desde la segunda mitad del siglo XIX por científicos ilustres (el ya mencionado Charles Richet, Oliver Lodge, William Crookes, Alfred Russell Wallace, F. Myers, William F. Barrett, William James, y otros). Aunque ya entre ellos se dieron antecedentes, la Parapsicología llamada "cuantitativa" y "empírica" comenzó su andadura a raíz de utilizarse un método experimental en la Universidad de Duke (Carolina del Norte, EE.UU.) a finales de la década de 1920 y en la década de 1930, bajo los auspicios del psicólogo William McDougall, quien reclamó a un antiguo asistente suyo en Harvard: el catedrático de fisiología vegetal J. B. Rhine (1895-1980). Este, en labor conjunta con su esposa, la Dra. Louise Ella Rhine, también botánica y naturalista, utilizó las "cartas Zener" y dados especiales, para experimentos orientados a constatar las manifestaciones de percepción extrasensorial y de psicocinesis, así como a encontrar correlaciones estadísticas en ellos.

En 1957, en EE. UU. fue fundada la Parapsychological Association para el estudio metódico y sistemático de los fenómenos de este tipo. En 1969 la misma fue admitida en la prestigiosa Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia. Esa afiliación, junto con una apertura mayor hacia los "fenómenos psíquicos" en la década de 1970, tuvo como consecuencia un aumento de la investigación parapsicológica, con un renovado interés por la experimentación en laboratorio que dio lugar, por ejemplo, a las series de experimentos sobre visión remota realizadas en 1972 y 1973 en el Stanford Research Institute (California), con, entre otros sujetos, el artista neoyorquino Ingo Swann y el ex comisario de policía Patrick H. Price, así como las llevadas a cabo con el sujeto israelí Uri Geller, todas ellas bajo la dirección de dos físicos, pioneros investigadores del láser, que juzgaron satisfactorios sus resultados: Harold Puthoff y Russell Targ.

El psicólogo John Beloff dio entrada a la Parapsicología en la Universidad de Edimburgo en 1962, habiéndose creado posteriormente en la misma Universidad la Unidad Arthur Koestler a partir del legado que, cumpliendo la última voluntad de este reconocido escritor, fallecido en 1983, se destinó a la investigación de los fenómenos paranormales.​ También en el Reino Unido, un nuevo galardonado con el premio Nobel se ha sumado a los que ya prestaron atención a los fenómenos paranormales: el físico Brian Josephson,​ de la Universidad de Cambridge.

En la URSS y en los países de su ámbito de influencia, hubo también mucho interés en el estudio de la Parapsicología en esos años, que vieron la fundación de múltiples cátedras y sociedades estatales especializadas que investigaron con arreglo a programas experimentales. Entre ellas estuvieron la Academia de Parapsicología y Medicina (1970), el Instituto de Paraciencia (1971), la Academia de Religión e Investigación Psíquica, el Instituto para las Ciencias Noéticas (1973), y la Asociación Internacional de Investigación Kirlian (1975).

En respuesta al creciente interés popular por la Parapsicología, también en los años setenta se crearon organizaciones escépticas, principalmente el Comité para la Investigación Científica de Afirmaciones Paranormales (1976), ahora llamado Committee for Skeptical Inquiry (Comité para la Investigación Escéptica), junto con su revista, el Skeptical Inquirer. En España la organización equivalente es la Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico, llamada por razones históricas ARP-SAPC, y el Círculo Escéptico.

Las críticas a las prácticas y afirmaciones hechas por la parapsicología son amplias. El premio Nobel de Física Sir George Thomson, consideraba en los años 1950 que la prueba experimental aportada por Rhine en Estados Unidos y por Soal en Inglaterra era "buena, lo bastante buena para ser aceptada, si lo que estuviese en juego no fuera el trastorno fundamental de los sistemas de pensamiento que han adoptado los científicos más modernos y más técnicos", señalando que la importancia "del tema es enorme, y se trabaja demasiado poco sobre él. Si resulta ser cierto todo ello, se producirá una revolución en el pensar".​ Así, Thomson ya adelantaba la misma crítica que Carl Sagan resumía en "Afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias". Thomson también incidió en la falta de reproducibilidad de los resultados obtenidos y la poca calidad de la estadística disponible: "Las pruebas son buenas, pero no lo bastante, en parte porque son pocas las gentes que se han dedicado a su estudio", y también por el desacuerdo entre investigadores en cuanto a las hipótesis empleadas "para dar cuenta de resultados procedentes de experimentos bastante similares", admitiendo que "ello puede deberse a que, en conjunto, la idea se halla muy distante de nuestros pensamientos usuales".​ El psiquiatra Carl G. Jung —a quien la fenomenología paranormal interesó vivamente—, después de estimar "los conocidos experimentos de Rhine" como "prueba científica", expresaba lo siguiente: "la psique en ocasiones funciona más allá de la ley de causalidad espacio-tiempo. (...) Una imagen del mundo perfecta debería, por así decirlo, ser ampliada con otra dimensión; solo entonces podría aclararse unitariamente la totalidad de los fenómenos. Por ello los racionalistas insisten todavía hoy en que no existen experiencias parapsicológicas, pues con ello se derrumba su ideología (...), porque es imperfecta". (El término "racionalista" equivale aquí a "cientificista" y, en este contexto, a "escéptico"). La comprobación crecientemente rigurosa de los datos paranormales —sin la que, a pesar de las críticas, no se habría podido reconocer como científica la disciplina de la que son objeto— se ha venido proponiendo de las dos formas ya señaladas:

Enfoque en fenomenología espontánea

Muchos estudiosos han catalogado testimonios referidos a fenómenos paranormales espontáneos, desde los numerosos archivados por la pionera Society for the Psychical Research de Londres; entre ellos, por ejemplo, el trabajo de Charles Fort (1874-1932), que recopiló unos 40.000 fenómenos inexplicados, sobre los que escribió siete libros, de los cuales perduran cuatro: The Book of the Damned (1919), New Lands (1923), Lo! (1931) y Wild Talents (1932).

La mencionada Dra. Louise E. Rhine escribe —refiriéndose concretamente al campo de los fenómenos de efectos parafísicos— lo siguiente, sobre el valor del dato paranormal espontáneo:

Nunca se hubiera pensado en investigar la PK (psicocinesis) en laboratorio si nadie hubiese comunicado un acaecimiento espontáneo que parecía ser un efecto directo de la mente sobre la materia. A causa de la acumulación de informes (...) se llegó finalmente a controlar pruebas para ver si era posible que existiera en la naturaleza un principio como el de la PK.

Y, sentando su posición como experimentadora, continúa:

¿Qué relación existe entre esos sucesos espontáneos y la investigación experimental? (...) se debe intentar dar respuesta al interrogante: ¿cómo encajarían semejantes sucesos en la información sobre PK acumulada mediante sucesos experimentales?
La primera observación sobre la relación de la vida y el laboratorio es, simplemente, que los experimentos han demostrado que la PK es una realidad. Sin tal seguridad ningún comunicado de efecto espontáneo podría sostenerse frente a la absoluta improbabilidad de su acaecimiento.
Cuando se trata de fenómenos espontáneos, el investigador que accede a ellos se introduce en el escenario de los hechos con una primera finalidad imprescindible: asegurar su autenticidad, descubrir o descartar un posible fraude. Necesitará colaboradores expertos que aporten los pertinentes datos psicológicos, sociológicos, culturales, ideológicos, etc., en relación con los sujetos o testigos de los hechos, cuyos testimonios estudiará detenidamente, así como la recabada información histórica, cuando la misma sea relevante, sobre el lugar en que los hechos se han producido o se producen. Cuando se haya podido descartar el fraude, corresponderá a colaboradores científico-naturales determinar si los hechos tienen su adecuada explicación dentro de sus ciencias. Solo ante la negativa fundamentada de tal explicación, se clasificarán los fenómenos en su debida conceptuación paranormal hipotética, buscando, como es lógico, que el equipo investigador pueda observarlos de forma directa, utilizando medios técnicos de análisis y de registro de imagen, sonido y otras variables físicas, que proporcionan certeza de objetividad, así como datos sobre las probables y siempre importantes constantes o los elementos comunes con fenómenos ya investigados, permitiendo la buscada definición precisa de lo sucedido.

La crítica escéptica insiste en las posibles desviaciones introducidas por el observador, así como en la posible falta de sistematización en la recolección de datos.

Enfoque experimental

Varias universidades del mundo e investigadores independientes emplean métodos experimentales (no necesariamente el uso del método científico, o su realización al 100%), para repetir bajo control en laboratorio algunos de estos fenómenos. Uno de los principales iniciadores en este campo fue el ya mencionado Joseph B. Rhine (1895 – 1980).

Los resultados experimentales hasta ahora no han sido universalmente aceptados y en pocas ocasiones se ha admitido su publicación en revistas científicas con peer review (revisión por pares), el método normal de aceptación de artículos científicos.

La opinión de la comunidad científica

La posición de la comunidad científica establecida queda reflejada en el siguiente texto, cuyo autor es Martin Gardner: "¿En qué se equivocan, en mi opinión, los parapsicólogos? No hay una respuesta única a esto. Creo que en la mayoría de los casos sus resultados son fruto de un sesgo no intencionado en el diseño de los experimentos y en el análisis de los datos en bruto. (...) En resumen, a mi modo de ver hay tres fuentes principales de error en los experimentos psi clásicos: la propensión inconsciente del experimentador, el fraude deliberado por parte de los sujetos, y un fraude poco frecuente por parte de los investigadores. (...) No puedo decir que las fuerzas psi no existan. Sólo digo que la evidencia que tenemos de ellas es débil. Las declaraciones extraordinarias reclaman una evidencia mucho más extraordinaria que la que los parapsicólogos han sido capaces de reunir. Cuando los experimentos puedan ser repetidos fiablemente, cuando sea evidente que los controles guardan una proporción razonable con la magnitud de las pretensiones, y cuando magos sabios participen en el diseño de esos experimentos y sean testigos de los mismos, entonces no dudaré en cambiar de parecer".

Otro miembro de la comunidad científica, el socio-psicólogo H. J. Eysenck, en obra de autoría común con el parapsicólogo Carl Sargent, escribe que, frente a informes de acontecimientos paranormales, a un lado "se sitúan aquellos que dicen: 'Está bien. Vayamos a echar un vistazo'. Para nosotros, esos son los verdaderos científicos. (...) Al otro lado tenemos a quienes no creen que puedan existir pruebas dignas de ser buscadas. (...) Algunos científicos no desean que lo paranormal sea investigado. Están convencidos en el interior de sus propias mentes de que tales cosas no pueden existir (...) Y aún más: cuando se realiza alguna investigación en el campo de lo paranormal, esas gentes tratan de desacreditar las posibles pruebas conseguidas, a menudo con argumentos (...) que de ningún modo resultan aceptables a la luz de la crítica científica. Rechazamos con firmeza ese escepticismo de andar por casa. En principio, debe ser posible investigar científicamente toda anomalía o anormalidad. Por otro lado (...) Debemos adoptar una postura crítica frente a las pruebas que se nos ofrezcan, e insistir en que esas anomalías 'paranormales' estén apoyadas por hechos innegables. Solo entonces podremos proceder a alterar o desafiar las ideas establecidas por la ciencia. Sin embargo, hay una diferencia crucial entre un punto de vista escéptico y un punto de vista crítico. (...) Nosotros debemos ser (...) críticos, pero no escépticos".

Según los escépticos, cabe la posibilidad de considerar los fenómenos parapsicológicos no como fenómenos reales, sino dentro de la psicología individual y social, en estudios sobre el desarrollo de creencias.

La Psicología no se adhiere a los postulados de la parapsicología, aunque algunos psicólogos han sido prominentes parapsicólogos. Por ejemplo, en 1978 el catedrático de Psiquiatría checo Stanislav Grof, radicado en EE. UU., funda la "Asociación Transpersonal Internacional", impulsando el estudio y la investigación de los estados modificados de la conciencia. Su aporte a la Parapsicología ha sido básicamente el concebir la conciencia no sólo como un mero producto de nuestro cerebro, sino como algo que puede existir de un modo transmaterial y que trascendería por tanto los límites del tiempo y del espacio. Los fenómenos paranormales y los místicos tendrían cabida como objeto de estudio en este nuevo modelo de la psique humana que ha desafiado los postulados establecidos por la ciencia convencional.


Anexo:Poderes psíquicos

Los poderes psíquicos son un recurso muy utilizado en la literatura, en el cine de ciencia ficción y algunos en la vida real debido a que una de las noticias de canal CUATRO era la de unos que causaron estragos cargando objetos para luego cargarlos.

Lista de habilidades psíquicas

Habilidades puramente mentales (psíquicas)

Telepatía: capacidad de «escuchar» pensamientos de otra persona, o de hablarle mentalmente. En algunas obras de ciencia ficción también permite controlar a otras personas sin que estas se den cuenta.
Clarividencia: capacidad de encontrar personas desaparecidas, sin conocerlas o haberlas visto, teniendo como referencia un objeto personal de la persona o una foto suya.
Profecía: afirmación clarividente sobre el futuro.
Psicometría: capacidad de conseguir información sobre un objeto, tocándolo.
Lectura del aura: capacidad para percibir, describir e interpretar el aura, un supuesto campo «energético» que rodea a las personas y los objetos.
Psicografía: texto escrito sin pensamiento consciente.
Proyección astral o proyección mental: experiencia extracorporal donde el "cuerpo astral" se separa del cuerpo físico.
Bilocación o multilocación: estar en diferentes lugares al mismo tiempo.
Medicina energética: Capacidad de sanar con la propia energía astral empática de la persona.
Terapia de energía: sanación canalizando diferentes energías.
Mediumnidad: capacidad para comunicarse con los espíritus.
Precognición, premonición o sueños precognitivos: percepción de eventos antes de que ocurran.
Visión remota: capacidad de obtener información de un evento, persona, objeto o lugar que se encuentra a grandes distancias.
Retrocognición o retromonición: percepción de eventos pasados.

Habilidades psiónicas

Dagas psiónicas o de luz: Crear dagas de energía o luz, por medio de la mente o el pensamiento.
Psiball o bolas psíquicas: Crear bolas de energía o de chi (Ki) por medio de la mente (a través de la relajación así reuniendo la energía necesaria para lanzar).

Habilidades quinéticas

Permiten controlar mentalmente el medio externo.

Telequinesis o psicoquinesis: capacidad de mover objetos con la mente.
Escritura automática - Capacidad de escribir sin pensamiento consciente.
Omnipresencia - La capacidad de estar presente en múltiples lugares al mismo tiempo.
Atmoquinesis: manipulación de la atmósfera para controlar el clima, provocar lluvias, granizo, vientos y tormentas eléctricas.
Citoquinesis: manipulación del crecimiento de las plantas, y así hacer crecer árboles o vegetación a gran velocidad.
Crioquinesis: manipulación del frío, que permite congelar objetos.
Cronoquinesis: manipulación de la percepción del tiempo sobre uno mismo, es decir, sin cambiar la percepción de los demás.
Electroquinesis: manipulación de la electricidad. Según algunas novelas de ciencia ficción, la electroquinesis permitiría descargas rayos de energía eléctrica.
Advertencia de muerte: La capacidad de experimentar sensación de muerte inminente asociada con la experiencia de casi muerte.
Adivinación: La capacidad de obtener una visión de una situación a través de un proceso oculto estandarizado.
Aeroquinesis o eoloquinesis: manipulación del viento.
Ergoquinesis: manipulación y absorción de energías invisibles.
Fotoquinesis: manipulación de la luz para crear haces de luz, destellos o aumentar la luminosidad del entorno.
Fragoquinesis: destrucción de objetos. En algunas novelas de ciencia ficción permite disolver o desvanecer los objetos.
Geoquinesis: manipulación de tierra, rocas, etc.
Hidroquinesis: manipulación de agua.
Levitación: capacidad de flotar en el aire.
Magnetoquinesis o ferroquinesis: manipulación de campos magnéticos para controlar objetos metálicos.
Piroquinesis: manipulación o creación de fuego. Véase termoquinesis.
Radioquinesis: capacidad de crear radioactividad. En las novelas de ciencia ficción y en los cómics permite generar explosiones de plasma radioactivo.
Sonoquinesis o ecoquinesis: manipulación del sonido, para aumentarlo, disminuirlo. En las novelas de ciencia ficción permite crear sonidos de la nada, y crear efectos de onda de choque.
Termoquinesis o piroquinesis: manipulación de la temperatura corporal, disminuyéndola o aumentándola a voluntad. En algunas novelas de ciencia ficción, la termoquinesis permite aumentar la temperatura de algún objeto para ponerlo al rojo o incendiarlo.
Umbraquinesis: manipulación de la oscuridad para disminuir la luminosidad del entorno.
Aporte: materialización, desaparición o teletransporte de un objeto.
Radiestesia: habilidad para localizar objetos. A menudo usando una herramienta llamada vara zahorí.
Intangibilidad: es la capacidad de atravesar la materia sólida, haciendo al sujeto prácticamente invulnerable a cualquier cosa.

Güija



La güija (según la grafía recomendada por la RAE) o ouija (del francés "oui"(sí) y del alemán "ja"(sí). pronunciado /uíya/) es un tablero dotado del alfabeto y de números con el que supuestamente se establecería contacto con espíritus. Es muy similar al juego de la copa, en el que se coloca una copa boca abajo rodeada por las letras del alfabeto y los participantes colocan el dedo índice en la misma base.

El tablero güija tiene un origen impreciso, en la moda espiritista de hacia finales del siglo XIX que dio lugar a una patente registrada el 28 de mayo de 1890 declarando al estadounidense Elijah Jefferson Bond como su inventor y a William H. A. Maupin y Charles W. Kennard como titulares. No está claro si Bond o los titulares inventaron realmente algo o simplemente patentaron una de las muchas planchettes (‘planchitas’) o «tablas parlantes»[cita requerida] para comunicarse con los espíritus que circulaban por Europa y Estados Unidos. En todo caso, Kennard creó la empresa para la fabricación del tablero y comenzó a vender los primeros ejemplares en 1890. Kennard inventó asimismo el nombre ouija, afirmando que era una antigua palabra egipcia que significaba ‘mala suerte’. Afirmaba que su origen se remontaba hasta el antiguo Egipto, aunque no presentó ninguna evidencia que probara tal afirmación. Posteriormente, la patente fue vendida a William Fuld, antiguo empleado de Kennard, cuya compañía comercializó el juguete hasta que Parker Brothers adquirió los derechos en 1966. Fue Fuld quien afirmó que la palabra ouija era una mezcla de los vocablos oui y ja, que significan ‘sí’ en francés y alemán, respectivamente. Actualmente, otras empresas comercializan este tablero, que en inglés se llama witchboard (‘tablero de bruja’) y fue creada por la empresa MIS2​

Objetivo

El tablero ouija tiene como objetivo el contacto (con o sin entrar en un trance mental) de las personas que participan en el juego con espíritus o «almas en pena», personas y mascotas fallecidas, e incluso con seres extraterrestres.

Descripción

El tablero ouija tiene un puntero movible (de forma triangular o de otra forma; también puede ser un vaso vacío) en medio del tablero de juego. Todos los jugadores ponen sus dedos índices sobre el triángulo. A cada lado del tablero hay un sí y, del otro lado, un no; arriba un hola y abajo un adiós y en forma circular las letras del abecedario. Para comenzar el juego, cada participante hace una pregunta y espera a que el puntero se mueva hasta una letra, luego hasta otra, hasta formar una palabra coherente.

Críticas

El experimento Bayou

En un experimento realizado por el profesor de secundaria Larry Bayou, en el cual los participantes no veían las letras que señalaban, no se formó ni una sola palabra coherente en el tiempo que duró la prueba. Esto demostraría que son los participantes quienes realmente crean las palabras (ya sea de manera voluntaria o inconsciente), y que por lo tanto necesitan ver el tablero.

Esto da pie a la teoría de la acción ideomotriz, es decir, el movimiento del vaso (o pieza que sirva de marcador o puntero) se lograría mediante pequeñas presiones de los dedos de cada participante.

Religión

Desde el punto de vista religioso, la crítica apunta no a la falta de efectividad del tablero ouija, sino precisamente a su efecto. Según algunas corrientes religiosas, jugar al tablero ouija equivale a dar paso a entidades sobrenaturales malignas del más allá, que pueden causar daño a los jugadores.

La postura católica oficial es que, más allá de los efectos peligrosos de esta y otras prácticas (espiritismo, adivinación, hechicería), las mismas son contrarias al respeto que se debe tener a Dios porque «encierran una voluntad de poder sobre el tiempo, la historia y, finalmente, los hombres, a la vez que un deseo de granjearse la protección de poderes ocultos» (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2.116).

Ayurveda



Ayurveda (sánscrito आयुर्वेद, [ajuɽvedə]) es el nombre de la medicina tradicional de la India.

Nombre sánscrito

āyurveda, en el sistema AITS (alfabeto internacional de transliteración del sánscrito).
आयुर्वेद, en escritura devanagari del sánscrito.
Pronunciación:
/áiur vedá/ en sánscrito clásico
/áiur véda/ en inglés y español
Etimología: el término sánscrito aiur-veda es un tat purusha —compuesto de términos—​ formado por āyuh [áiuj]: ‘duración de la vida’1​ y vedá: ‘verdad, conocimiento’.

Historia

No se conoce desde cuándo se practica la medicina ayurvédica en el subcontinente índico. En los cuatro Vedas —Rigveda, Samaveda, Yajurveda y Atharvaveda, antiquísimos textos épicos y mitológicos de entre mediados y fines del II milenio a. C.— no se menciona ningún tipo de medicina. En el más reciente, el Atharvaveda, datado a principios del I milenio a. C. se mencionan 14 oraciones para pedir a los dioses que curen las enfermedades.

Los textos ayurvédicos recogen las doctrinas médicas del período posvédico, posterior al siglo VII a. C. Son de autoría diversa, desde uno atribuido al dios Dhanu Antari, el avatar el de la medicina, hasta otros de autores apenas conocidos.

Tres textos antiguos aparecen frecuentemente como las bases de la medicina ayurvédica:

el Sushruta-samjita, atribuido a Sushruta —entre los siglos V a. C. y III d. C.—, el más antiguo, es una farmacopea y describe 700 plantas medicinales, 64 preparaciones a base de minerales y 57 preparaciones de origen animal.
el Charaka-samjita, atribuido a Charaka (hacia el siglo II d. C.), durante el reinado del rey Kaniska.
el Astanga-jridaia-samjita, atribuido a Vagbhata, posiblemente un monje budista que residió en Sindh. El texto es un compendio de tratamientos médicos descritos tanto por Charaka como por Susruta, por tanto, es posterior a ambos.

Base doctrinal de la medicina ayurvédica

La medicina ayurvédica describe los pañchamabhutas o ‘cinco elementos (fundamentales)’:

bhumi: ‘tierra’
yala: ‘agua’
agní: ‘fuego’
vaiú: ‘aire’
akasha: ‘éter’

Los tres doshas

Una de las bases de la medicina ayurvédica son los doshas —palabra sánscrita que significa ‘humores’ o ‘aires vitales’—, que en las obras modernas se traduce como ‘temperamentos’ o ‘biotipos’. La medicina ayurvédica clasifica tres humores, combinaciones de dos elementos:

vātta: ‘aire’, representa la unión del aire y el éter
pitta: ‘bilis’, representa la unión del fuego y el agua
kapha:‘flema’ representa la unión del agua y la tierra.

En cada persona se presentan los tres doshas, existiendo como predominante uno o dos, aunque en sentido ideal los tres doshas deberían presentarse en igual proporciones en un mismo ser humano. Cada dosha aporta al individuo características físicas y mentales particulares.

El Caraka-samhita define los doshas de la siguiente manera:

Dosha vata
Vata es lo no untuoso, frío, ligero, sutil, movible y áspero. Las personas que tienen un predominio de este dosha presentan complexión delgada (les resulta fácil bajar de peso), estructura ósea reducida, piel sensible, seca y áspera, de color claro, cabello seco, venas muy pronunciadas. Son ansiosos y tienen trastornos del sistema nervioso.

Dosha pitta
Las personas que tienen un predominio de este dosha presentan estructura ósea mediana (tienen tanta facilidad para aumentar de peso como para perderlo), piel sensible, a veces grasosa, cabello fino de tonos suaves y venas traslúcidas. Padecen metabolismo acelerado, problemas gastrointestinales, problemas nerviosos y de tensión.

Dosha kapha
Las personas que tienen un predominio de este dosha presentan complexión grande (gran tendencia al aumento de peso y a poseer mayor fuerza física), piel grasosa, cabello grueso y grasoso, de color oscuro. Su carácter es predominantemente pacífico y muy calmado.

Los 24 tattwas (principios cósmicos)

La medicina ayurvédica considera que la realidad está constituida de 24 principios cósmicos o tattuás (los mismos del sistema sankhia):

1) prakriti: naturaleza primaria o primordial.
2) majat: inteligencia cósmica.
3) ajankara: ego.
4) manas: mente.

pañcha tan-matra (‘cinco objetos’):

5) oído
6) tacto
7) vista
8) gusto
9) olfato

pañcha gñana-indríia (‘cinco órganos de conocimiento’): órganos de los sentidos (receptivos):

10) oídos
11) piel
12) ojos
13) lengua
14) nariz.

pañcha karma-indríia (‘cinco órganos de acción’):

15) boca
16) manos
17) pies
18) pene
19) ano

pañcha maja-bhuta (‘cinco grandes elementos’):

20) tierra
21) agua
22) fuego
23) aire
24) éter.

La medicina áiurveda comprende ocho ramas o especialidades:

kaia chikitsa (medicina del cuerpo).
shalia chikitsa (extracción de astillas).
shalakia chikitsa o shalakia tantra (limpieza del ojo con una púa de puercoespín).
urdhwanga chikitsa (medicina de la parte superior del cuerpo, del cuello hacia arriba).
kaumara bhritia (cuidado del bebé; debido a la mortalidad infantil típica de la época del áiurveda, en la India hasta la actualidad a los bebés menores de dos años se les dice ku-mara, ‘muere-fácil’).
bhuta vidiá (‘sabiduría sobre el espíritu’, psicología).
agada tantra (antídotos para venenos).
rasaiana (elíxires de la juventud).
vayi karana (‘causa de fuerza’, alimentos afrodisíacos).
Además del aprendizaje de estas disciplinas, el Áiur vedá exigía el conocimiento de diez artes indispensables para la preparación y aplicación de las medicinas, a saber:

destilación
habilidades operativas
cocina
horticultura
metalurgia
manufactura del azúcar
farmacia
análisis y separación de minerales
composición de metales
preparación de álcalis.

Al finalizar la iniciación, el gurú se dirigía en tono solemne a sus estudiantes para encaminarlos hacia una vida de castidad, honestidad y vegetarianismo.

Se esperaba del estudiante que se dedicara en cuerpo y alma a los enfermos; que no traicionara ningún paciente envenenándolo en beneficio propio; que se vistiera de manera modesta y que evitara darse a la bebida; que tuviera autocontrol y que moderara sus palabras; que constantemente se esforzara en mejorar su conocimiento y sus habilidades técnicas; que fuera amable y modesto en casa del enfermo, prestando máxima dedicación al paciente; que no difundiera datos sobre el enfermo o su familia; y que si no preveía la curación, que se lo guardara para sí mismo si lo contrario pudiere causar daño a los más allegados.

Estos preceptos son parecidos a los del juramento hipocrático.

Se desconoce la duración de la formación de médico.

El médico se formaba gracias a los textos, a la observación directa (prati aksha) y a la inferencia (anumana).

El conocimiento sigue el patrón cósmico-religioso unificador propio de esta cultura: se describían 360 huesos, como los días del año.

Se trata de conectar e interrelacionar todo, al igual que sucede en la medicina tradicional china. Y, como en esta ―debido al desconocimiento de la existencia de los elementos químicos―, se creía que todo cuanto existía estaba hecho de solamente cinco elementos (mahá bhutá): tierra, agua, fuego, aire y éter.

Creían también que el cuerpo estaba formado por la combinación de ‘tres humores’ tri doshá (parecidos a los «humores» de la medicina griega):

vata (‘aire’).
pittá (‘bilis’), hecho principalmente de fuego (presumiblemente porque la bilis —al ser muy alcalina— genera ardor).
kapha (‘moco’), constituido principalmente por agua.
Las diferentes combinaciones entre ellos daban lugar a los diferentes fluidos y tejidos del cuerpo humano, y la alteración de su equilibrio natural daba origen a la enfermedad.

Tratamientos ayurvédicos

La medicina ayurvedica incluye dieta y medicamentos de herboristería y hace hincapié en el uso del cuerpo, la mente y el espíritu en la prevención y el tratamiento de enfermedades. Es lo que se denomina una medicina mente-cuerpo, cuya premisa es despertar el natural equilibrio del sistema mente-cuerpo para hipotéticamente curarse a sí mismo.

Plantas medicinales

Los remedios, principalmente plantas, se eligen por su capacidad de armonizar el equilibrio entre el paciente y las influencias básicas de la vida, tales como la dieta, el trabajo y la vida familiar.

La medicina ayurvédica describe 2700 plantas medicinales diferentes.[cita requerida] La farmacopea ayurvédica producida por el Ministerio de Salud de la India está contenida en 5 volúmenes e incluye monografías oficiales de 418 plantas medicinales.

Masaje abhiangam

Una de sus herramientas fundamentales es el masaje abhiangam, que —en el caso de algunos doshas— se realiza con aceites naturales especialmente prescritos por el médico y, en otros casos, se realiza en seco. Existen otros sistemas de masaje ayurvédico como la marmaterapia, que se aplica mediante la estimulación de los puntos clave denominados marmas y que requiere una experiencia y conocimientos superior al abhiangam. Uno de los tratamientos básicos de la medicina ayurvédica es el śirodhara, que consiste en verter sobre la frente una mezcla tibia de aceites y hierbas.

Pinda-sueda

La medicina ayurvédica utiliza los pinda-sueda (siendo piṇḍa: ‘bola, masa’ y sveda: ‘sudor’),8​ unos tampones de tela rellenos de plantas medicinales de la India y aceites esenciales de grado alimentario con los que el terapeuta puede hacer más intensa la relajación.

La medicina aiurvédica en la actualidad

En la India

El ayurveda es originario de la India.

El Gobierno de la India incorpora la medicina ayurvédica en la carrera de pregrado «Bachillerato en Medicina y Cirugía Ayurvédica».

Administrativamente, la medicina ayurvédica está incluida dentro de una de las tres divisiones más importantes del Ministerio de Salud y Bienestar de la Familia, y forma parte del Departamento AYUSH (acrónimo de ayurveda, yoga, unani, siddha y homeopatía).Para graduarse de médico ayurvédico hay que estudiar durante 5 años y medio. La carrera se estudia en 256 colleges (colegios universitarios), muchos de los cuales dependen de universidades. En el año 2010 se admitieron 13 037 alumnos. Existen 64 instituciones de postgrado donde son admitidos 1110 alumnos cada año, para realizar la especialización en algunas de las 16 ramas del ayurveda. En el último censo ―realizado en el año 2010― había registrados 478 750 profesionales. Hay 2458 hospitales ayurvédicos con una capacidad instalada de 44 820 camas.

Las instituciones ayurvédicas más reconocidas en la India son:

El Institute of Post Graduate Teaching & Research in Ayurveda (‘instituto de posgrado de docencia e investigación de medicina ayurvédica’) en Yamnagar (estado de Guyarat).
La Gujarat Ayurved University (‘universidad aiurvédica de Guyarat’) en Yamnagar (estado de Guyarat).
El National Institute of Ayurveda (‘instituto nacional de medicina ayurvédica’) en Yaipur (estado de Guyarat).

En Occidente

En los países occidentales ―con la acogida de prácticas orientales tales como el yoga y la meditación― el ayurveda se ha incorporado a la llamada medicina alternativa. Algunas universidades médicas occidentales incluyen cursos, posgrados y especializaciones sobre medicina aiurvédica.Actualmente hay un interés mayor en la medicina aiurvédica, puesto que sus seguidores creen que da una visión completa de los desequilibrios del ser humano al considerar aspectos de la naturaleza interna y externa del mismo.

Shiatsu



El Shiatsu (指 (Shi), dedo, y 圧 (Atsu), presión en zonas del cuerpo), o digitopuntura,1​ es una medicina alternativa manual originaria de Japón, reconocida por el Ministerio de Salud de Japón, siendo la recopilación de diversas técnicas tradicionales, pero a diferencia de otras terapias solo se usa la palma de las manos y los pulgares. Igualmente esta terapia se caracteriza porque el paciente en todo momento se encuentra vestido y no se hace uso de aceites para llevar a cabo el tratamiento.

No existen evidencias médicas de que el shiatsu sea efectivo para el tratamiento del cáncer, además las escasas investigaciones hacen que no exista consenso, ni evidencia objetiva contundente sobre la capacidad curativa del shiatsu en el tratamiento de distintos tipos de dolencias o desórdenes.2​3​ Existen estudios que han hallado efectos positivos en la reducción del dolor de espalda, pero su validez es muy limitada ya que se basan en las respuestas subjetivas dadas por los propios pacientes.

El fundamento son las técnicas del do-in, ankio y medicina tradicional china, técnicas que habían vivido diversos momentos en el siglo XIX (periodo Meiji) entran en decadencia al adoptarse en Japón la medicina occidental. En el siglo XX, Tamai Tempaku agrupa todos estos conocimientos tradicionales bajo la palabra shiatsu y los divulga con el libro Shiatsu-Ho en donde combina las técnicas del anmma, ampuku y los do-in con la anatomía y fisiología occidental. El shiatsu es una técnica moderna creada a principios del siglo XX por Tokujiro Namikoshi (1905-2000). Según su creador, «La terapia mediante shiatsu, cuyo objetivo es la prevención y tratamiento de enfermedades, es un sistema para mejorar la salud eliminando los factores que producen fatiga y estimulando la capacidad de recuperación propia del cuerpo por medio de presión digital y manual aplicada sobre determinados puntos establecidos sobre la superficie del cuerpo».

En los tratamientos de shiatsu, el terapeuta aplica presión localizada sobre distintos puntos del cuerpo del paciente, utilizando principalmente sus manos, especialmente sus pulgares y palmas. Asimismo, los tratamientos de shiatsu suelen incluir estiramientos, movilizaciones y manipulaciones articulares y otras técnicas de masaje. Es habitual que los terapeutas de shiatsu trabajen los puntos de los meridianos de acupuntura de la Medicina Tradicional China (MTC) aplicando presión con sus pulgares. En Europa, la técnica de Shiatsu Namikoshi fue introducida por Shigeru Onoda, fundador de la Escuela Japonesa de Shiatsu en 1984, autorizada directamente por Tokujiro Namikoshi para impartir la enseñanza de la técnica de shiatsu de Namikoshi.

Historia

Principales estilos o escuelas

Namikoshi

okujiro Namikoshi fundó la Universidad de Shiatsu de Japón en 1940 y sistematizó una forma de terapia shiatsu sobre la base de la anatomía y la fisiología oriental.

En Japón solo el Japan Shiatsu College está autorizado por el Ministerio de Salud de Japón para emitir la titulación de terapeuta de Shiatsu válida en Japón. Los candidatos a terapeutas deben examinarse de una prueba estatal para obtener un número de licencia.

Namikoshi trató a notable personalidades como el ex primer ministro japonés Shigeru Yoshida y sucesivos primeros ministros, el fiscal para el Tribunal Militar Internacional para el Lejano Oriente, el fiscal Keenan, así como celebridades como Marilyn Monroe y Muhammad Ali.

Escuelas de Shiatsu Namikoshi en Japón

Cabe destacar que en Japón la ley protege a las personas con discapacidad visual y les proporciona un tratamiento especial para que puedan aprender Shiatsu. Por eso las escuelas de Shiatsu reconocidas por el Ministerio de Salud de Japón están especializadas en personas con discapacidad visual.

Escuelas de Shiatsu Namikoshi en Europa

En Europa solo existe la Escuela Japonesa de Shiatsu como órgano oficial, autorizada para la enseñanza, pero exclusivamente pueden impartir la enseñanza en Japón y sus titulaciones solo son válidas en dicho país, es decir,no tienen validez fuera de Japón.

Asociaciones de Shiatsu

Alianza Europea de Escuelas de Shiatsu

En Europa y España se está trabajando para la regulación del Shiatsu, en ese sentido una importante baza es la Alianza Europea de Escuelas de Shiatsu. La Alianza es una organización impulsada en el Congreso Internacional de Shiatsu Madrid 2009,7​ con la presencia de Matsuko Namikoshi Sensei, 8​para la enseñanza del shiatsu en Europa, con la unión de Escuelas de España, Italia, Holanda, Reino Unido a la que en el futuro se unirán otros países como Francia, Bélgica, Portugal, etc., que ya han mostrado su interés en pertenecer a ella y con los que se está manteniendo contacto para su incorporación.

Esta organización se encargará de la difusión y enseñanza del shiatsu en nuestro continente y trabajará para ayudar a crear un marco legal que permita a las autoridades competentes regular el shiatsu en Europa y estandarizar la enseñanza aplicación de esa técnica. Además la organización estará unida a otras similares en los demás continentes y muy especialmente en países como Japón, Canadá, USA, México y Brasil.

Namikoshi Shiatsu Europe Association

La Asociación Namikoshi Shiatsu Europa.9​ Su cede central se encuentra en Madrid, y con la estrecha colaboración de la Escuela Japonesa de Shiatsu. En la actualidad se encuentra no solo en Europa sino que también en Sudamérica.

El shiatsu zen

Shizuto Masunaga se graduó como terapeuta de shiatsu en la escuela de Namikoshi y llegó a ser profesor en la misma. También trabajó como profesor de psicología en la Universidad de Tokio. Partiendo del estudio de la MTC y del shiatsu, así como de su práctica clínica como terapeuta de shiatsu desarrolló su propio estilo, conocido como shiatsu zen. En 1960 fundó su propia escuela: el Centro de Shiatsu Iokai. En 1977 publicó el libro Zen Shiatsu. How to Harmonize Yin and Yang for Better Health, que escribió junto con Wataru Ohashi, y que recoge los fundamentos del shiatsu zen.

Al contrario que Namikoshi, Masunaga tenía la intención de conciliar el arte del masaje con la Medicina Tradicional China. Masunaga fue un gran estudioso de los textos clásicos de la MTC (como el Huang-Di Nei Jing - El Emperador Amarillo Fundamentos de la Medicina, una recopilación de la teoría taoísta y un texto libro de la acupuntura). El contenido teórico de estos libros influenció profundamente el desarrollo del shiatsu zen y otras corrientes de shiatsu actuales.

Estudios científicos sobre su eficacia

Hasta 2012 eran escasos los estudios científicos sobre los efectos del shiatsu sobre la salud humana, de modo que no existe consenso, ni evidencia objetiva contundente sobre la capacidad curativa del shiatsu en el tratamiento de distintos tipos de dolencias o desórdenes.2​ No obstante, los informes de ciertas instituciones le dan cierto reconocimiento como terapia complementaria. Por ejemplo, la organización Cancer Research UK es muy clara en este sentido: no considera que el shiatsu sea beneficioso en el tratamiento del cáncer, aunque reconoce que los usuarios se sienten más relajados y con niveles de energía más altos.

En el 2006 se llevó a cabo una revisión sistemática a gran escala de evidencias y publicaciones por la Shiatsu Society UK en colaboración con la Thames Valley University.10​ La búsqueda bibliográfica utilizó PubMed, OVID, Science Direct, Blackwell Synergy, Ingenta Select y Wiley Interscience, The Index of Theses11​ y ZETOC. Los resultados y conclusiones de este estudio se enfocaron en el control de síntomas/mejoría para diversas dolencias y concluye: «No hubo pruebas suficientes en cantidad y calidad sobre shiatsu con el fin de proporcionar un consenso». El estudio incluye una serie de recomendaciones para futuras investigaciones sobre la eficacia del shiatsu como tratamiento médico.

El estudio europeo La experiencia y los efectos del shiatsu (2007), coordinado por Andrew Long, director del Instituto de Atención a la Salud de la Universidad de Leeds (Reino Unido), y Seamus Connolly, de la Federación Europea de Shiatsu, reconoce que la percepción que tienen los usuarios de shiatsu sobre la mejoría sintomática de ciertas dolencias es positiva y aboga por su regulación. Los datos recogidos en este estudio indican que una muestra de pacientes sentían que sus terapeutas les escuchaban con atención y que consideraban que estos –los terapeutas– eran dignos de confianza, cálidos y capaces. Los clientes también indicaron que tras los tratamientos se sentían relajados, calmados y de mejor ánimo para afrontar sus problemas. Los participantes con altos niveles de estrés y problemas musculares y/o articulares fueron los que presentaron la mejoría más significativa. El estudio también reconoce que, al no tener muestra de control, no es un estudio sobre la efectividad del shiatsu, si no sobre la percepción que tienen sus usuarios. De hecho, el mismo estudio reconoce que una de sus debilidades es que entre el 85 % y el 89 % de la muestra eran usuarios habituales de shiatsu.

Regulación

Reconocimiento por parte de las autoridades sanitarias

En Japón, cualquier persona que practique el shiatsu como terapia debe obtener una licencia del Ministerio de Salud y Bienestar Social. Las personas que practican shiatsu están obligadas a estudiar al menos un programa educativo de tres años/2200 horas en las universidades o colegios autorizados por el Ministerio de Salud y Bienestar Social y deben aprobar el examen nacional para conseguir la licencia.

Pero, a pesar de que el shiatsu está reconocido como terapia en Japón —su definición allí incluye las palabras "curación" y "dolencia"—, las autoridades sanitarias de otros países no comparten esta visión. En varios países de Europa para referirse a una terapia en términos que impliquen curación, sanación y tratamiento, la ley obliga a avalar estas afirmaciones con estudios científicos contrastados. Como ya se ha mencionado más arriba, los estudios sobre la eficacia terapéutica del shiatsu aún no son suficientes ni suficientemente concluyentes, lo cual dificulta su regularización por parte de las autoridades sanitarias.

Cabe destacar que el shiatsu fue una de las ocho disciplinas mencionadas en el Informe Collins adoptado por el Parlamento Europeo en 1997, que abogó por regular las terapias complementarias, no obstante dicho informe expresó la necesidad de profundizar en las investigaciones sobre su eficacia.

Títulos y formación de terapeutas

Los distintos países en los que se practica el shiatsu han elaborado diferentes métodos de homologación de licencias profesionales de los terapeutas de shiatsu que, a menudo, se superponen con las licencias para la práctica profesional del masaje en general. No obstante, la homologación en todo el mundo es la de un curso de tres años, que incluye práctica clínica y escrita con exámenes que incluyen anatomía occidental, así como la MTC.

En el caso concreto de Europa, las escuelas de shiatsu deben cumplir los criterios del plan de estudios homologado y acordado por la Federación Europea de Shiatsu (FES). El programa homologado a nivel europeo por la FES, elaborado por las distintas asociaciones nacionales europeas de shiatsu, consta de tres cursos anuales con una formación presencial de 450 horas con profesorado, 250 prácticas con sus historiales y contenidos teóricos como anatomía, fisio-patología y medicina tradicional china.

Ai Chi


Ai Chi es una forma de ejercicio acuático utilizado tanto como técnica de relajación, como para el ejercicio físico y la rehabilitación.

El Ai Chi clínico se distingue como forma especializada de la terapia acuática. En esencia, el Ai Chi utiliza técnicas de respiración y resistencia progresiva bajo el agua para relajar y fortalecer el cuerpo​ y se basa en conocimientos del Chi kung y el Taichí.

El Ai Chi se desarrolla a partir de 1993 por el profesor Jun Konno del Aquadynamics Institute en Yokohama (Japón) como ejercicio de preparación para el Watsu. El término "Ai Chi clínico" se distingue del original por una especialización como aplicación terapéutica.


En la cultura china tradicional el qì (chino simplificado: 气, chino tradicional: 氣, pinyin: qì, literalmente «aire, aliento, disposición de ánimo», pronunciado Acerca de este sonido qì[tɕʰi˥˩] en mandarín estándar) es un principio activo que forma parte de todo ser vivo y que se podría traducir como "flujo vital de energía". El concepto se encuentra en la filosofía china, en el taoísmo y en la medicina china.

El término está extendido también en otros países de Extremo Oriente como Corea, Japón y otros, siendo frecuente su transcripción como chí o chi'i. El concepto chino respecto a la qì o chí similar a conceptos occidentales como energeia, magnetismo animal, élan vital o energía vital (vitalismo), también es muy semejante al concepto hindú del prāṇa aunque el prāṇa es considerado principalmente una energía que desde el aire respirable se adquiere en la respiración, mientras que el concepto chino del qì se entiende también como la energía del macrocosmos (todo el universo), en el microcosmos (el cuerpo humano y su psique). Sin embargo en la tradiciónes de la India, como el Yoga y el Tantra, tal energía ha sido entendida más como un factor místico (los cuerpos supra-racionales son de hecho un continuum del qì o prāṇa) aunque tenga derivados en la medicina ayurveda; en cambio en la MCT (Medicina China Tradicional ) el qì o la chí ha llegado a ser entendida como la energía cósmica circulando de un modo polarizadamente reciproco (yin/yang) en el cuerpo de todo ser viviente y que la armoniosa y continua circulación de tal energía llamada qì (o, ch'i) mantiene a la salud del cuerpo y de la psique mientras que una alteración del circuito energético corporal (ya que la qì discurre principalmente por kin o "canales" o "meridianos" naturalmente ordenados, teniendo nodos o "puntos" clave llamados xue, que se evidencian principalmente en la dermis).

De acuerdo a la medicina tradicional china, el qì es una energía que fluye continuamente por la Naturaleza, y la interrupción de su libre flujo en el cuerpo es la base de los trastornos físicos y psicológicos.

Los practicantes de ciertas disciplinas afirman que el ser humano puede controlar y utilizar esta energía, a través de diversas técnicas, acrecentándola, acumulándola y distribuyéndola por todo el cuerpo o usarla en forma concentrada, como en el Tàijíquán, el Daitō-ryū aiki-jutsu, el Aikidō y otras artes marciales. Otros afirman poder curar cierto número de enfermedades y otros efectos liberando el libre flujo del Qì por el cuerpo humano. Éste es el caso de medicinas alternativas como el magnetismo curativo, reiki, la acupuntura, la digitopuntura; y de algunas disciplinas como el qìgōng.

La ciencia no admite el concepto de qì como un fenómeno real desde el momento que no resulta medible y sus efectos pueden ser explicados como sugestión. La controversia en torno al qì está relacionada con la explicación de su operatividad como resultado de la intervención del qì como un fluido inmaterial (energía). Algunos maestros de qìgōng proclaman que pueden detectar y manipular de forma directa el qì e incluso operar con el mismo a distancia. Hay una corriente que incluye a algunos maestros de qìgōng tradicionales, que considera que el qì puede ser visto como un proceso biológico y su efectividad puede ser explicada en términos familiares para la medicina occidental. Sin embargo, ningún estudio ha demostrado la existencia de esta energía.

El qì 气 en la medicina china tradicional

El qì 气 es un concepto básico de la medicina tradicional china. En ella el qì 气 preserva el fundamento material de la vida, se encarga de mover el flujo sanguíneo y de mantener en armonía los órganos internos.

El Qì en la espiritualidad

El Qì y la respiración

En la mayoría de los sistemas espirituales y terapéuticos orientales se incluyen métodos de atención a la respiración o algunas técnicas de respiración. La herramienta principal para el conocimiento del qì es la respiración, una de las más reconocidas y difundidas prácticas de respiración energética china es el qìgōng pronunciado correctamente en español como chi kung. En japonés, dada la tendencia polisémica de este idioma, ki se traduce a veces como energía, presencia, voluntad, salud o respiración. En el yoga hindú, la palabra sánscrita prāṇa tiene el mismo significado, queriendo decir energía, respiración, sabiduría. En algunos contextos, la palabra japonesa ki se traduce directamente por respiración. A través de la meditación en la respiración o de técnicas de respiración, se afirma que se puede desarrollar la energía natural de la persona y armonizar su personalidad y metabolismo. En el caso de que esta persona llegue a un punto de enojo máximo, el Qi puede explotar dentro del cuerpo de tal manera que el humano obtenga gran flexibilidad y velocidad.

Algunos maestros de zen y budō afirman que la respiración es la respiración del cosmos, ya que todos los elementos de la naturaleza son una pieza del todo, y la realidad se expresa en procesos de opuestos que alternan (día/noche, invierno/verano, movimiento/quietud...), lo que se conoce como Yīnyáng. En meditación, la respiración se considera un vínculo entre el pensamiento, las emociones, el instinto y los estados físicos, y, al igual que en la ciencia occidental, una expresión del estado de ánimo.

Qì y tradición espiritual

El concepto de qì viene a menudo de la mano de doctrinas espirituales como el taoísmo y el budismo, y de prácticas espirituales como el yoga y el Taichí.

En el entrenamiento Qigong médico, se entiende que uno necesita entrar en un estado de no movimiento (wu wei). De este estado, uno puede entonces entrar en un estado de calma. Del estado de calma uno entonces podrá entrar en un estado de tranquilidad. Una vez en él, el cuerpo tendrá una ocasión de reajustar cualquier desequilibrio. En el Qigong médico, un estado de tranquilidad también proporciona una condición favorable para que la mente ayude en el ajuste del balance energético del cuerpo y en la cura.

Cuando se entra en un estado profundo de tranquilidad, es posible aunque raro que el Yuan Shen (Espíritu original) deje el cuerpo. No sucede generalmente en la mayoría de los principiantes en el entrenamiento médico de Qigong a menos que ése sea su objetivo. Casualmente, en el Qigong Budista y Taoísta, el objetivo más alto del entrenamiento es trabajar con el Yuan Shen como laboratorio. Un qi ligero (una vibración alta de qi no restringida al plano físico) es el combustible, el medio, que asiste el Yuan Shen a ir más allá de los límites del cuerpo físico. En el entrenamiento taoísta, se desea purificar el cuerpo físico para no restringir el componente original al mundo material y poder viajar a los planos más altos para aprender y para desarrollarse.

Los individuos interesados solamente en la salud y la parte curativa del Qigong no necesitan tener conocimiento sobre este asunto. En el Qigong médico, solamente la vitalidad, la manifestación o la expresión de su energía vital es de preocupación.