¡Señor de los desorientados! ¡Dígnate contemplarnos y concédenos hoy la oportunidad de cumplir este culto especial a tu entidad sagrada! Aquí estamos, Señor de los Desechados, para que nos des una larga vida, ¡para que podamos adorarte durante mucho tiempo en esta existencia! Aunque un día se nos caigan los miembros y se nos oscurezcan los ojos por la vejez, ¡queremos seguir adorándote! Cantaremos las glorias de Satán por toda la eternidad, ¡porque sólo Él nos concede el placer perenne reservado únicamente a quienes son sus adoradores! Cerrando la semana mágica de hoy, ¡anunciamos a toda la humanidad los miles de beneficios que hemos recibido de Satán, el Dios Cruel! Danos la fuerza y la experiencia para poder adorarte la próxima semana y en muchas otras, ¡porque estamos sedientos del deseo de proclamar las muchas bendiciones que hemos recibido del Señor del Martirio!
¡Ethan!