terça-feira, 24 de outubro de 2017

Luciferianismo y el Sendero de la Mano Izquierda



El viaje hacia el descubrimiento de los secretos de la existencia y el universo es uno difícil, tabú y lleno de trampas a cada paso. 

Se requiere de mucho esfuerzo para estudiar y practicar y empujarse a uno mismo hacía la dirección escogida y mantener el rumbo; algo que hoy en día, con tantas luces llamativas y distractoras en las calles y nuestros televisores parece imposible; en la era del bombardeo de información y voluntades de barro, muy pocos se atreven a concluir algo, si es que tan siquiera lo comienzan. El camino del aventurero es uno que es mejor apreciado desde la comodidad del sillón, con comida chatarra en una mano y el control remoto en la otra. Pero la lucha no termina aislándose de lo externo, es la lucha interna la más feroz de todas y la que templa y da forma al acero en el que puede convertirse nuestro propio ser.

Las “autoridades” eclesiásticas y políticas y hasta los familiares nos prohíben acercarnos detrás del telón del teatro en el que todos interpretamos un papel, del estatus quo; y cualquiera que sea este orden, aceptado sin cuestionamiento, debe ser mantenido por tu propia seguridad, según sus estándares, aunque en realidad es su propia seguridad la que se ve amenazada al descubrir que los maderos sobre los que se erigieron sus templos están apolillados y podridos, a la espera solo de un nuevo y poderoso viento para echarlos abajo. Si tienes la osadía de adentrarte en las vías alternativas, serás tachado de pecador, iconoclasta y loco, por curas, “líderes” y hasta “profesionales” de la salud, guardianes de lo que es correcto y del flujo que todo y todos debemos seguir. El rebelde es innato en nuestra existencia, apreciable con agudeza en nuestra juventud, pero muchas veces es aplastado por las botas opresoras de lo que se supone es normal, hasta ver a este empequeñecerse y acatar la norma. Aún hacen eco en mí las palabras de gente mayor con una vida aburrida que me decían (y dicen), “yo era así a tu edad (o más), el tiempo ya te hará entrar en razón”. Según sus estándares, entraré tal vez en razón el día en que sea un oficinista explotado que de lo mejor de sí solo para su trabajo, con esposa e hijos que mantener hasta que llegue el día en que ahorre lo suficiente para “disfrutar” de mi vida a los 70 años; el ideal perseguido por muchos. Esta visión estrecha y su forma de ver al mundo no solo es predicada, sino que impuesta, dejando poca oportunidad si es que alguna para el individuo.

“¿Qué es lo normal?”  “¿qué es lo correcto?” “¿qué y quién soy yo?” Son unas cuantas de las preguntas que más temprano que tarde vienen a por nosotros. Comenzamos a cuestionar a la sociedad y a nosotros mismos dentro de un sistema de obediencia ciega. Si seguimos jalando del hilo del telar de lo establecido, llegarán muchas más preguntas a nosotros, hasta llegar al cuestionamiento del origen de todo y al temible sentido de nuestras vidas. Una vez probada esta copa, la sed aumenta en vez de disminuir y uno ya no vuelve a ser el mismo. Pero hemos de tener cuidado, si buscamos obtener verdaderas respuestas; no debemos conformarnos con el exterior del fruto del árbol, sino ir tras su contenido, hacerlo nuestro. Las trampas aparecerán una y otra vez, Maya, el mundo de las apariencias, está llena de ilusiones que tienen un bonito disfraz de verdad, pero que no son más que pozos de agua hedionda, más dogmatismo y absurdos.

Hermann Hesse, el célebre escritor y filósofo, además de místico, describe muy bien este proceso con lo siguiente: “El pájaro rompe el cascarón. El cascarón es el mundo. El que quiere nacer tiene que romper un mundo. El pájaro vuela hacia dios, el dios se llama Abraxas.“

Este Abraxas del antiguo gnosticismo, hace referencia, además del equilibrio y unión de las polaridades, al ser interno, al verdadero Yo, desprovisto de toda la carga psicológica, religiosa y cultural. Un concepto clave siempre presente en este recorrido al que volveremos más adelante.

La carga que llevamos con nosotros no es fácil de dejar atrás, pues tenemos lazos emotivos que nos unen firmemente a los que nos da un soporte y estabilidad, así sean solo creencias sin fundamentos; eso mismo es la razón del éxito de las religiones con sus mentiras reconfortantes y el beneficio de tener a algo por encima de uno que cuide nuestros pasos y una promesa de una mejor vida, no sus verdades.

En estas muletas del pensamiento –lentes borrosos que no son de nuestra medida–, podemos identificar un interesante fenómeno psicológico denominado sesgo cognitivo. En realidad, esto se desprende en muchas categorías, pero por la claridad de nuestra temática emplearemos ejemplos prácticos. El sesgo cognitivo al que recurren las personas es el sustento de cualquier creencia con información que apoye a la misma, negando la que la contradiga, por más seria, fundamentada y calificada que esta sea. De ese modo cualquier autono-mbrada autoridad, por más estrafalaria que sea, tiene la razón sobre cualquier cosa, y no ningún académico con sus respectivas credenciales. Nuestra necesidad de respuestas a las dudas llega a jugarnos una mala pasada, un tremendo auto-engaño en el que caemos con mayor facilidad sin los recursos que nos permitan un pensamiento crítico. De ese modo tenemos a una firmeza inquebrantable en la creencia de que ciertas plantas curan determinado tipo de enfermedad compleja sustentado en un pariente lejano del primo del vecino o la convicción en la historia del amigo del amigo de un amigo de que alguien cercano suyo falleció por brujería realizada por un chamán “pactado”; lo que a muchos les sonará conocido en nuestro medio junto con el sinfín de supersticiones folclóricas que abundan en nuestro país. Esto no solo se aplica al denominado “pensamiento mágico”, de la medicina y psicología modernas, sino también a cualquier opinión dentro del campo de la opinión pública. Existen un sin número de creencias respecto a los políticos, y un número infinito para los hechos históricos, ¿alguna vez escucharon de que Hitler escapó en un ovni hacía la Antártida o que existen conspiraciones mundiales por todo tipo de seres, desde humanos semitas hasta grandes reptiles que pueden llegar a vestir máscaras con las caras de George Bush o la Reina Isabel II? Tan irreal y loco como les pueda parecer, hay gente que vive bajo esas creencias, en constante miedo del gobierno y de espías que de la noche a la mañana desarrollaron un interés en la aburrida vida de un ciudadano promedio. Los cocos y diablos del pasado toman hoy nuevas formas.

Sin embargo, y tristemente, esto no solo sucede con gente poco instruida, sino también con personas académicamente preparadas, que por uno u otro motivo, conveniencia, sentimentalismo o pura necedad, llevan esto a niveles exagerados. Por poner un ejemplo, se mantiene como una relación irreconciliable a la ciencia y la fe cristiana, no obstante, existieron y existen aún astrofísicos, biólogos y científicos cristianos, quienes en traición a la objetividad de la ciencia tergiversan sus investigaciones, las retuercen y las empujan para adaptarlas a la estrechez de su paradigma, así tenemos, a que Dios mismo realizó el big bang o que la evolución es su forma de trabajo. No es descabellado pensar en un principio que dio origen a todo, y tal vez tampoco en uno consciente que creó la totalidad del universo, pero sí lo es un creador con todas las características del Dios cristiano –y ningún otro más pese a lo vasto de los panteones divinos–, siendo sus atributos lenguaje humano más que algo divino, nuestras pasiones y rasgos elevados al máximo exponente, como lo comprueba una lectura de la misma biblia.  

Parte de esta justificación religiosa y su moral envolvieron al mundo durante muchos siglos, y hasta el día de hoy padecemos de su resaca. Esto no es ajeno al terreno de lo esotérico, donde también se ha reproducido en vertientes como los del denominado esoterismo cristiano. Cada época desarrolló su forma de pensamiento, lo que responde a las visiones cerradas y estrechas del pasado, además del progreso que llevamos ahora. La forma de tratar a la espiritualidad avanza a la vez del sujeto que la interpreta, el hombre.

El siglo XIX está marcado por muchos cambios, la humanidad en su conjunto comenzaba a correr, luego de aprender a caminar y gatear. Para el ocultismo, fue una época decisiva por la creación de la Sociedad Teosófica por Helena Blavatsky y sus allegados en EE.UU. en 1875 (fecha del nacimiento del más grande mago(k) y revolucionario de la época moderna), organización que llegó a contar con miles de integrantes a nivel mundial en aquel entonces, que aún perdura hasta nuestros días junto con su propia evolución, y cuyo mayor logro fue crear un vínculo entre las enseñanzas de Oriente hacía Occidente. A esta Sociedad, le debemos directamente mucho de lo que hoy tenemos por ocultismo contemporáneo, aparte del Rosacrucismo, la Masonería y la magia ceremonial de la Aurora Dorada. De los muchos conceptos propios y exportados, existe uno que vale la pena mencionar en este punto. Blavatsky afirmaba tener un supuesto contacto con la Logia Blanca o Hermandad Blanca y sus Jefes Secretos, maestros espirituales que guiaban el desarrollo del mundo y el hombre y con quienes ella tenía conversaciones donde le revelaban sus secretos. Hay pocos detalles de estos, todos son muy vagos, fantasiosos y rodeados de una carga moral siempre presente. Ellos son la luz, los buenos, los practicantes de la magia blanca desde tiempos atlantes y más; contrario a sus contrapartes que luchan por la degeneración del hombre dentro del materialismo de la carne: La Logia o Hermandad Negra, culpable de todo el mal en el mundo. Respectivamente cada una de estas agrupaciones son parte del Sendero de la Mano Derecha y el Sendero de la Mano Izquierda, término de orígenes tántricos (como lo que se entiende y categoriza en occidente de las prácticas de muchos grupos religiosos y esotéricos de la India). Uno es “bueno” y el otro es “malo”, practicantes de magia blanca y de magia negra; reminiscente de su tiempo, el sexo es algo negativo, directa o implícitamente, además del gozo de la vida terrenal y sus excesos, por lo que los Hermanos Negros del Sendero de la Mano Izquierda son además demonizados por entregarse a estos.

En la India, el origen real etimológico y modelo de estos dos senderos, tenemos al Dakshinachara y al Vāma-mārga dentro de las prácticas tántricas. Si bien existen muchísimos grupos con sus propias creencias, podemos encontrar aquí las claves esenciales para reconocer a ambos senderos, sus principios. El Dakshinachara trata del retorno al principio de todo, la gran fuente y divinidad y ser uno con este, fusionándose y apagando su ser como una gota que cae en el océano, es la muerte de la consciencia y de todo lo que es la vida, por decisión propia; todo ello es logrado mediante las practicas establecidas por la tradición, junto con el respeto y veneración de las normas estipuladas para alcanzar esa unión. En contraparte, dentro del Vāma-mārga, el practicante disfruta de su vida y su consciencia venerando a las divinidades como lo haría con un amante (un texto de los Upanishads nos dice que todos los dioses están encerrados dentro del cuerpo) convirtiéndose uno en inmortal y dios para seguir disfrutando de la interrelación, una especie de danza con el cosmos sin apagar la llama de la consciencia que nos permite ese contacto. Los practicantes del Vāma-mārga son reconocidos hasta el día de hoy sobre todo por sus prácticas nada ortodoxas que incluyen el rompimiento de los tabúes sociales con la práctica del pancha-makara o literalmente, las “5 M’s”, que consiste en el consumo de vino, carne, pescado, cereales y las relaciones sexuales; a diferencia de las dietas sagradas y la abstinencia para la iluminación. Esto fue, y aún es, llevado al extremo en algunos grupos Aghoris, el más reconocido del Vāma-mārga en la India, donde consumen carne podrida (e incluso humana), orina y heces y se involucran en prácticas necrofilicas para alcanzar su propia divinidad, bajo la tutela de los dioses terribles como Bahirava, un aspecto de Shiva y Kali y/o Chinamasta, un aspecto de Shakti, en un ejemplo a la reducción más simplista del complejo panteón hindú. Estas prácticas no eran realizadas por el gusto del desenfreno y perversión gratuita, sino como un medio para encontrarse uno así mismo liberándose de los lazos de la sociedad. Existe un dicho en esas creencias que dice que es mucho más seguro caminar sobre la hoja de una espada o montar a un tigre que recorrer el Vāma-mārga; la iluminación es mucho más rápida que las décadas de los yoguis de las religiones tradicionales, sin embargo es mucho más peligrosa y la locura aguarda en cada paso. Muchos practicantes actuales no apoyan en absoluto las prácticas extremas que infrinjan lo legal, así como lo que menciono es parte de la historia; detrás de toda práctica esotérica existen secretos subyacentes no perceptibles por el pashu o el no-iniciado. Podemos dividir la metodología de cada uno de los senderos tántricos en Jnana y Bakhti (conocimiento) y (devoción respectivamente).

Aleister Crowley, el famoso mago inglés que cambió para siempre el mundo esotérico, se suscribió también a esta moralina y doble estándar utilizándo etiquetas igual de pintorescas para la gente que le desagradaba. Austin Osman Spare, otro revolucionario mago inglés que llegaría a ser póstumamente el abuelo de la magia del caos, fue tildado como mago negro o caminante del sendero de la mano izquierda (aunque a veces hacía una distinción entre ambos términos). No obstante a lo anterior, encontramos en el sistema iniciático de La Gran Bestia una clave importante para entender al Sendero de la Mano Izquierda; la profundidad de Crowley no puede ser desestimada por sus muchas veces estrepitosa relación con las personas. Dentro de Thelema, el sistema de desarrollo espiritual diseñado por El Maestro Terión, encontramos dos picos importantes que el iniciado debe alcanzar y atravesar, el primero es el Conocimiento y Conversación con el Santo Ángel Guardián o Aiwass, que viene a ser el verdadero Yo envuelto en la terminología y simbolismo thelemico y de la magia(k) ceremonial; uno obtiene un atisbo de su verdadero ser y explora su poder, la segunda ordalía  es la más peligrosa, entrar o cruzar el Abismo para volverse un “bebé del Abismo” y la confrontación con Choronzon, lo que se traduce en la desintegración completa de la personalidad mundana, una crisis tras la cual el iniciado puede perderse en la locura o bien iluminarse para alcanzar niveles más altos en su iniciación hasta lograr uno divino.

Para Crowley, en las alturas de la mayor lucidez en su trabajo y sin sus acostumbradas tomaduras de pelo, el Sendero de la Mano Derecha y el de la Izquierda no se diferencian sino hasta el quiebre que supone el ingreso al Abismo, es ahí –y solo ahí– donde uno se vuelve un Hermano Negro, el que ha traicionado a la Gran Obra y a su ser interior para colocarse la Falsa Corona del Conocimiento (Däath) y preservar así su Ego incluso más allá de la muerte, aunque eventualmente ese poder desaparecería junto con esa fantasmal existencia; la otra opción es convertirse en un Hermano de la Gran Logia Blanca, que continuará hasta los últimos niveles de iniciación para convertirse en un Magus y regresar a la fuente de Todo.

No obstante a estas definiciones en Thelema, existen algunos vacíos. El ego y personalidad de Crowley no dejaron de ser de inmensa fuerza tras atravesar el Abismo y lograr el grado más alto de la iniciación. Los Jefes Secretos que también aparecieron en el Rosacrucismo, la Teosofía, la Aurora Dorada y luego en cada tradición esotérica derivada, no parecen desprovistos de rasgos humanos, como debería ser el caso según las definiciones de la aniquilación del Yo del Sendero de la Mano Derecha. Por lo que Crowley, es en sí mismo uno ícono representante del SMI aunque no por su propio reconocimiento. En breve, explicaré lo que entendemos por este en la actualidad mientras nos acercamos a nuestros días.

En el año 1966 en San Francisco, EE.UU. se funda oficialmente la organización que abogaría directamente y sin tapujos por la liberación de lo reprimido en el hombre y la aceptación de nuestros instintos animales mientras denunciaba la hipocresía y el auto-engaño al que se sometían los denomínanos magos blancos. La Iglesia de Satán es fundada en ese año por Anton Szandor LaVey y su esposa Diane Hegarty, compilando la filosofía Satanista por primera vez en la historia, la misma cuyos principios se encuentran ya en el hombre como parte natural de este, pero que fueron reprimidos por los que buscaron oprimir a los demás con mentiras de un control sobrenatural. El Satanismo es la identificación con la máscara de Satán para el desarrollo personal del individuo, la utilización de su simbolismo a lo largo del tiempo para su beneficio y liberación. El Satanismo no es la creencia en un ser con cachos inventado por la Iglesia, y si bien se puede basar en mucho de la mitología cristiana del diablo, esto no es tomado de forma literal sino metafóricamente y en oposición como un elemento de shock ante la religión y la sociedad. Los Satanistas afirman que si bien sería otro el Dios principal de la religión, su identificación sería con la de cualquier otro opositor. Satanás viene del hebreo y arameo, significa Adversario u Opositor, un adjetivo más que un sustantivo, una etiqueta y no un ser literal. 

Anton LaVey tomo para sí la terminología de la Magia Ceremonial y Esoterismo occidentales y lo llevó a un todo práctico con la filosofía que otorga el poder al ser humano, en lugar de la subyugación ciega hacia un supuesto ente exterior, lo que le lleva a ser directamente uno de los más grandes representantes del Sendero de la Mano Izquierda. Es en LaVey en donde encontramos a un representante del SMI en toda regla.

Tras la muerte de Crowley en 1947, comenzó una serie de conflictos por su legado y sobre todo por el control de su orden iniciática, la Ordo Templis Orientis. Uno de los posibles candidatos al puesto, luego del sucesor directo, Karl Germer, era el joven Kenneth Grant, quién a sus 20 años conoció a Crowley y llegó a ser su pupilo además de su secretario.

En los años 50’s, Grant creó la Logia de la Nueva Isis como parte de su sección de la O.T.O donde llegó a realizar diversos trabajos con energías oscuras y caóticas llamadas en su conjunto los Qlífot, o las Qlífot en relación a los centros de poder en sí, lo que le valió su expulsión por salirse de la ortodoxia Thelemica. Mucho de estos trabajos y comprensiones adicionales que expanden la obra de Crowley a otros campos que comprenden a las partes negadas de la magia y el hombre puede ser hallado en sus famosas Trilogias Tifonianas iniciadas en los 70’s.

Grant fue además uno de los pocos en tomar las denominaciones de hermanos negros y el Sendero de la Mano Izquierda hacia una aplicación práctica desprovista de moralidad alguna y retomando su connotación y contexto original en las prácticas tántricas. Grant también habla acerca de la supervivencia de la consciencia tras la muerte (una forma de vampirismo); además de la exploración de lo prohibido. Su material ha dado forma, junto a los maestros mencionados anteriormente, a lo que tenemos hoy por magia(k), ocultismo y el Sendero de la Mano Izquierda contemporáneo.

Luego de LaVey y Crowley, aparecieron diversas escuelas que se suscribieron al Sendero de la Mano Izquierda de forma directa, algunos entendieron su verdadera naturaleza, mientras otros divagaban entre lo que deseaban ver, en el caso de los diferentes tipos de satanismo denominados “teístas” donde se adoraba literalmente a la creación cristiana, en lugar de buscar la trascendencia del individuo. Importantes grupos y escuelas que merecen una mención son El Templo de Set, El Templo del Vampiro, Rune-Gild, Dragon Rouge, La Orden del Fósforo y la ONA (la última, pese a lo discutible de su existencia, sirvió de plataforma para otros grupos operativos que emergieron en base a sus enseñanzas).

En estos días, muchos gustan de etiquetarse con todo tipo de adjetivos que en ocasiones llegan a ser más grandes que los portadores, como en el caso de una prenda holgada; muchos intuyen lo que creen qué es, pero se pierden dentro de lo que quieren ver, llegando así a ser esclavos del simbolismo en vez de que este trabaje para ellos, como en el caso de una servidumbre a los demonios –por lo que sea que se entienda por estos–, lo cual veremos que es en realidad lo opuesto al Sendero de la Mano Izquierda y más bien parte del SMD. En otras ocasiones, la terminología llegar a ser aproximada, mas se escurre entre los dedos como el agua en el intento de atraparla con las manos. La claridad de una definición consistente, útil para nuestra comprensión actual, llama a un concepto preciso.

El ideólogo Stephen Edred Flowers, en su invaluable obra, Los Señores del Sendero de la Mano Izquierda: Prácticas Prohibidas y Herejías Espirituales, apunta a una definición mediante principios recurrentes identificables alrededor de todo el mundo para definir lo qué es y lo que entendemos hoy por el SMI.

El Sendero de la Mano Derecha es aquel que busca la Unión con el mundo exterior en su grandeza, ejemplos de este lo tenemos con el Dios cristiano o a la filosofía idealista gnóstica donde el ser humano fue separado de lo divino y su trabajo es regresar con este, su orígen, para su último sueño eterno en la disolución absoluta. Esto toma cualquier forma, ir al cielo, alcanzar el nirvana, la fusión con el universo, la naturaleza o algún dios creador que está a nuestra espera. Esto implica dejar de existir en todo sentido, al armonizar tu interior con lo exterior, y matar el ego, el cual se entiende aquí como el centro de tu ser, y no el sin fin de voces dentro de la cabeza de uno ni la personalidad maleable.

En contraparte, el Sendero de la Mano Izquierda se centra en el Yo, esta es la metodología de la cristalización de la psique para vivir la vida al máximo, siendo uno su propio dios y centro del universo. El universo subjetivo es fortalecido y expandido, en vez de buscar la armonía con el universo exterior.

En donde uno es teocéntrico, el otro es psiquecentrico, uno es el camino que sigue la luz y busca su andar y guía seguros, mientras que el otro intenta que sea el mismo iniciado capaz de crear propia luz en la oscuridad para iluminarse a sí mismo.

El SMI es, como puede haberse intuido de lo anterior, el camino hacia la divinidad personal, ser tu propio Dios; el centro de todo y el responsable de tu propia vida y destino, no un ser de fantasía que vuela por los cielos y manda truenos con las dedos. Este principio es denominado, Auto-deificacion, que se trata de convertirte en tu propio Dios y que parte de una profunda individualidad. 

El segundo principio es el Antonimianismo, que consiste en ir contra la corriente en apoyo del primero. En la antigüedad esto era entendido de forma casi instintiva, lo que muestra lo chocante de algunos ritos de sus practicantes. Esto no significa cometer crímenes o ir en contra de la legislación de nuestro país, sino en identificar la moral y los valores y las creencias de la sociedad, lo que es considerado “normal”, la programación externa, para destruir la personalidad creada por el exterior y re-construir una nueva, regida por la propia Voluntad o el Daemón, como es llamado el espíritu interno, la chispa divina, nuestro verdadero Yo. El decondicionamiento nos hace reiniciar nuestro sistema o mente desde cero, como con una computadora, y nos permite elegir a nosotros mismos los programas con los que vamos a trabajar; en vez de que otros lo hagan a cuenta nuestra.

Cabe señalar aquí el gran engaño en el que hemos vivido a través del judeocristianismo, que ha moldeado nuestra forma de pensar y actuar. Solemos ver en nuestra búsqueda de explicaciones de formas dualistas y extremas, reminiscente del maniqueísmo; cuando aquello está muy lejos de la forma en que opera la naturaleza. Ningún león tiene piedad de su presa a la hora de cazar, ni le importará cuán moralmente buena haya sido esta. El Universo no conoce de la moral humana, algo a lo que le atribuimos en nuestra mala costumbre de animar lo inanimado.En esta misma línea, se nos ha acostumbrado a pensar en que el universo debe ser la creación consciente de un ser que misteriosa y necesariamente ha de razonar y actuar como lo harían los humanos; evitando la menos atractiva idea de que provenimos del Caos y que ese inicio de todo puede hallarse en leyes naturales de la física y la química que vamos conocimiento a profundidad cada día.

A las instituciones religiosas les ha sido de gran ayuda la forma de sometimiento que impulsa la religión judeocristiana, ha de existir según ellos “un ser superior al que debemos adorar”, ¿pero por qué? Se infunde secretamente el miedo como motivo para creer, escondiendo hipócritamente, bajo la máscara de la adoración y el amor, al verdadero interés que es el que los demás acaten las normas ajenas, porque de lo contrario se nos quemará el trasero en el infierno por toda la eternidad. ¿Adorarían y desarrollarían amor alguno de ustedes por un magnate que les apunte con una pistola, tratándose de algo “superior” a nosotros? Si llegasen extraterrestres de una galaxia lejana a la tierra, evidentemente mucho más poderosos que cualquiera, ¿sería esto motivo suficiente y necesario para adorarlos? En la oscuridad de la ignorancia de nuestra infancia, veíamos a nuestros padres como seres sabios y capaces de todo, ¿es esto también un argumento válido para la adoración y la sumisión?

Apunto aquí a lo que Nietzsche denominó la moral del esclavo, en aquel que busca siempre a algo por encima de sí mismo que le de dirección y sentido y quien se regocija en sus debilidades convirtiéndolas en virtudes. El sometimiento es bueno, el orgullo es malo, el deseo por más es un pecado, la humildad y hasta la pobreza son pasajes seguros hacía el cielo. Esta ha podrido el mundo a favor de los que están en el poder, y lo han aprovechado al máximo los líderes religiosos. En contraposición, Nietzsche nos habla de la moral de los amos, mirando a la grandeza del mundo antiguo, donde la lucha era un símbolo de grandeza, para la conquista de un enemigo externo o bien dentro de uno mismo; la conquista y la heroicidad es la que eleva al individuo, no el empequeñecimiento con los valores de la masa. La moral del noble, la de los señores es una que no es fruto del consenso popular sino uno personal, un acto volitivo de moral pura; aquello que va más allá del bien y del mal y que por lo tanto está por encima del juicio de la sociedad común.

“La vida misma, en mi opinión, no es nada más ni nada menos que el instinto de crecimiento, de permanencia, de la acumulación de fuerzas, de poder: donde falte la voluntad de poder, la degeneración se asienta…¿Qué es bueno? – Todo lo que eleva el sentimiento de poder, la voluntad de poder, el poder mismo en el hombre. ¿Qué es malo? – Todo lo que procede de la debilidad. ¿Qué es felicidad? – El sentimiento de que el poder crece, de que una resistencia queda superada.” Decía Nietzsche.

Repito. Es en la herrería de Caín donde se da forma a golpes el acero de nuestro espíritu. La moral de los señores, en el sendero de la mano izquierda, no da lugar al sometimiento por ideas abstractas como “dios” o “patria” que vienen a ser para nosotros conceptos muy ajenos de pertenencia tribal.

Siendo una vía humanista en su camino hacía lo divino o la trascendencia (en lugar de lo contrario en sumisión), una herramienta dentro del recorrido del SMI moderno es nuestra capacidad innata y en constante refinamiento para poder obtener un conocimiento que nos acerque hacía la verdad, la razón. Aristóteles, uno de los más grandes filósofos clásicos nombra a la razón humana como la característica más destacada y la única mediante la cual podemos obtener conocimiento. La razón, en la lógica clásica, consta de cuatros principios a través de los cuales cualquier cosa debe ser analizada para obtener su verdadera esencia:

– Principio de Identidad: Que una cosa es idéntica solo a sí misma

– Principio de la no contradicción: Nada puede ser y no ser al mismo tiempo y en el mismo sentido.

– Principio del tercero excluido: Que una afirmación es o no es.

– Principio de Razón Suficiente: Todo tiene una explicación suficiente y un sentido de ser en la forma que es.

Si bien podemos encontrar críticas dentro de su formulación, como las expuestas por Hegel o Wittgenstein, debemos tener en cuenta que la ciencia y su método –una forma comprobable para llegar a la verdad–, es perfectible y está al servicio del hombre; esta tampoco debe, ni puede, ser utilizada dogmáticamente para refutar todo con la resaca materialista que nos dejó tantos años de opresión el cristianismo. Este es sin duda un método inicial para lograr un pensamiento crítico y activo que pueda moverse entre tanta desinformación. Por esto mismo, un practicante serio del Sendero de la Mano Izquierda será reacio a la creencia de cualquier entidad, solo porque sí, a la manera de que nos ordena la religión, así como cualquier cuento que se propague en nuestros días, como los platillos voladores, los reptilianos, las conspiraciones mundiales o absurdos hechos históricos que juegan con el sentimentalismo de las personas con un trasfondo propagandístico y de intereses personales. En lugar de la “seguridad” y la “certeza” de la fe que delinea la respuesta antes de hacer la ecuación, nosotros partimos de la razón para formular nuestra tesis y buscar activamente una respuesta. Las aristócratas del espíritu pisan sobre terreno firme y están en contra de todo lo que quiera hacerse pasar por verdad sin ningún cuestionamiento.

Existen dentro del SMI dos aproximaciones, la cual Flowers denomina inmanente y trascendental. La primera consiste en vivir la vida al máximo en el aquí y ahora, ejemplificada por la creación de una obra de arte o una filosofía, por poner unos ejemplos, mientras que la aproximación trascendental busca, mediante la espiritualidad activa, la separación del universo objetivo e ir más allá de la carne, para ser como los Jefes Secretos de las enseñanzas de Blavatsky y Crowley; la inmortalidad de la psique.

Ambas persiguen la inmortalidad de forma distinta, no se requiere que el practicante crea necesariamente en lo espiritual, aunque sí se anima a comenzar ese sendero desde cero para no viciar los resultados con falacias lógicas.

De modo similar, nos encontramos con dos divisiones dentro del Sendero de la Mano Derecha, donde hallamos a los religiosos que acatan las ordenes de sus instituciones y fuentes sagradas en un laberinto a oscuras, mientras que la otra parte busca, a través del esoterismo y la magia, regresar al inicio de todo y la unión con una actitud crítica. Podemos calificar a esta bifurcación como exotérico y esotérico.    

Sobre estas bases, podemos afirmar que el Sendero de la Mano Izquierda, es psiquecéntrico, pues se centra en la psique y en el mundo subjetivo e interior y no en lo mecánico de lo objetivo y exterior, es una metodología hacía la inmortalidad, en lo material o lo espiritual, caracterizado por la auto-deificación y el Antinomianismo, y que hace uso de nuestra capacidad distintiva que nos hace humanos, la razón, la cual nos sirve para obtener el conocimiento. Esto no es nada moral, no es ni malo ni bueno, al igual que en el sistema inicial de Thelema; a grandes rasgos, estos senderos pueden ser entrelazos, y se caracterizarán por el fin último, el de la desaparición de nuestra existencia o la continuidad de esta, terrenal o espiritualmente.

El Sendero de la Mano Izquierda es uno anti-natural, pues se opone al flujo establecido del universo para crear una corriente propia, pero es, a su vez, el camino natural de la humanidad, pues éste, en su mundo subjetivo – su mundo interior, escapa de la naturaleza para tomar una forma y evolución propia, más allá de la mecánica del universo objetivo, pese a estar limitado a esta. El Universo Subjetivo y el Sendero de la Mano Izquierda van de la mano, pues este camino es el de las nuevas posibilidades del hombre en su evolución a estados cada vez más refinados de su consciencia.


Hablábamos de diferentes vías dentro del Sendero de la Mano Izquierda, es momento de hablar de aquel cuyo arquetipo patrón nos ha reunido en este salón en este ocaso y es además el personaje principal de este evento, la “demonizada” y manchada representación de todo lo que nos hace grandes, Lucifer.

Con seguridad, al pensar en esta figura se nos viene a la mente la historia comúnmente aceptada del arcángel creado por Dios quien por orgullo, y en acto de consciencia de sí mismo,  causó un motín en el cielo, rebelándose contra la autoridad del creador –considerado sin más como completamente bueno, además de ser omnisciente, omnipresente y omnipotente, imposibilidades entre y en sí mismas–, lo que le llevó a ser desterrado a los infiernos mientras espera el día del Juicio Final, donde se le permitirá salir y volver para tentar a la humanidad y será luego echado en un lago de fuego por la eternidad junto a los que le siguieron. Bastante sádico de parte del dios del amor, aquel gran ser en el que la mayoría pone su confianza y es el sostén y muleta en los momentos difíciles.

Curiosamente, no encontramos casi de nada de esto en la biblia, salvo por pequeños fragmentos de caprichoso y maleable significado. El recurso para la historia de la caída y el nombre de Lucifer en el cristianismo proviene de un pasaje del libro de Isaías en el antiguo testamento que dice: “¡Cómo has caído del cielo, oh tú, Lucero, hijo de la Aurora! Has sido abatido a la tierra dominador de naciones! Tú decías en tu corazón: “escalaré los cielos; elevaré mi trono por encima de las estrellas de Dios; me sentaré en el monte de la divina asamblea, en el confín del septentrión escalaré las cimas de las nubes, seré semejante al Altísimo“. El mismo fue tomado como referencia para la figura de la personificación del rebelde malvado que necesita la religión. Lucero es una traducción posterior de un juego de trampas lingüisticas y malas traducciones iniciadas por San Jerónimo que nos dice en su traducción del griego al latín, “quomodo cecidisti de coelo lucifer qui mane oriebaris…”. Lucifer es la traducción personificada de Luxferre, que significa “Portador de la Luz”, proveniente del latín, y este del griego Eósforo y Fosforos, que a su vez tiene su origen bíblico en el hebreo en la frase del mismo texto citado del Viejo Testamento que dice “Helel ben Shahar”, Hijo de la Aurora. Shahar deriva a su vez del ugaritico, una lengua extinta, que representa a la Diosa del Amanecer, el planeta Venus en las primeras horas de la mañana, gemela del Dios Shalim, su hermano, la representación de la Estrella Vespertina. En todos estos, la representación de Venus es distintiva, como la luz que aparece y desafía a la del sol y la de la luna (visto también como un hijo de ambos), una pequeña y única luz rebelde en el cielo.

El significado final de Isaías es incierto, muchos académicos se debaten si esto fue hacía el rey Nabucodonosor II o una variación del mito cananeo de Attar el Rebelde, donde este intenta ocupar el trono de Baal tras su muerte.

La historia de lo que se piensa qué es Lucifer en la sociedad regida aún por la religión cristiana y sus valores está construida sobre mentiras, miedos y un deseo de supresión de lo natural en lo humano de parte de las autoridades hambrientas de poder y obediencia de los crédulos. Toda trama dualista de un tipo bueno, necesita por antonomasia la figura de uno malo: comunistas, judíos, illuminatis, diablos de todo tipo, etc. y en este caso fue así con el arquetipo de la iluminación del hombre. Esta historia, más que una divina, es en realidad el reflejo del hombre, una muy humana y como tal imperfecta, no por su condición inferior, pues nos hallamos nosotros en la cima del pilar de la evolución en la tierra, sino porque tal cosa, tal ideal, es imposible más allá de un recurso lingüístico y de exaltación de lo que es considerado divino. Los dioses de la antigüedad padecían de los mismos dramas que los mortales: celos, traiciones, infidelidades, cóleras, todo lo que el cristianismo catalogó como malo. Un breve repaso del Antiguo Testamento nos demostrará que Dios también muestra dichas características pese a sus cualidades divinas y su supuesta perfección. Dios, no es más que nuestras confianzas, esperanzas, sueños y buenos deseos empaquetados por el cristianismo en una sola figura, lo que nos intentan vender; no obstante, su libro sagrado, la supuesta fuente que respalda su existencia contradice todo ello. Para entrar al paradigma del judeocristianismo uno tiene dejar toda racionalidad, mutilar su humanidad y naturaleza evolutiva y cegarse ante cualquier cosa que contradiga.

El Lucifer/Satanás bíblico no es en sus inicios la maldad definida, sino que tuvo un proceso para llegar a ser lo que tenemos hoy en la actualidad, pasando desde las construcciones folclóricas, para nombrar a un chivo expiatorio de los males de Dios y los humanos, de los padres de la Iglesia que tomaron este simbolismo como fuente de dualismo y miedo, y finalmente en las representaciones posteriores del Romanticismo donde se define por completo la historia, tal como la tenemos hoy, del Arcángel más alto y sus huestes que se rebelaron ante el Todopoderoso en la obra de John Milton, donde curiosamente, el personaje que destaca por sus características es Lucifer pese al trasfondo cristiano de la obra. Inicialmente, Satanás era un adjetivo para calificar a un adversario, lo que significa en realidad en la lengua aramea, el cual llegó a ser identificado inicialmente con un Ángel cercano a Dios y quien acusaba a los humanos ante el tribunal divino tras espiarlos (tal vez por eso se ganó una mala reputación ante el pueblo tribal hebreo). En el libro de Job, Satanás es el que pone a prueba al hombre y en duda a Dios mismo sobre la fidelidad de uno de sus hombres en un juego macabro del creador donde este le envía un sinfín de peripecias para probar la fe del pobre Job. Posteriormente, Satanás, llegó a tener una existencia independiente del cielo y Dios para ser el señor del mal en el Nuevo Testamento, unificándose así como el señor de todo lo caótico y lo contrario a la bondad de Dios. En este punto Satanás se convierte en una figura que recopila todas las propiedades de los demás diablos y personajes antagonistas de la biblia, como la serpiente, Leviatán, Mastemot, Belial, Behemoth, etc, etc, etc. Lo que afianza la figura de la represión humana por parte de la rectitud.

Esta asociación del “diablo” con las figuras de la individualidad, rebeldía y los valores opuestos al sometimiento producido por una dudosa traducción tomada de forma literal, sirvió para la condena de los demás panteones a favor de la única verdad propuesta por el cristianismo, su paradigma, dogma y único Dios. Lucifer mismo es un ejemplo de esto, siendo a su vez el título latino de la divinidad asociada con la Luz del Alba, hermano de Véspero, la Luz del Ocaso, una vez más el equilibrio representando por el planeta Venus. Etimológicamente, Lucifer significa Portador de la Luz. Estas divinidades encuentran su origen también en el griego Eósforo (Portador del Amanecer) y Héspero (Portador del anochecer). Lucifer pasó posteriormente a ser identificado de forma directa como el planeta representativo del amor y de la guerra, Venus. Es de parte del mundo grecolatino de donde derivamos un sinfín de figuras y significados modernos a través del lenguaje, y desde el cual muchos prefieren identificar al modelo de Lucifer. Entre su basta mitología nos encontramos con una figura que simboliza a los principios antes mencionados, el epítome de lo que tenemos por Lucifer hasta nuestros días, una figura transcultural que exalta las virtudes humanas en lugar de las de un supuesto externo; el símbolo del rebelde que pone la chispa de la divinidad en el hombre. Una figura similar es la del titán Prometeo, parte de los dioses primigenios del orden olímpico, energías primitivas de las que se origina todo. Prometeo, en la versión de Esquilo, es el referente de la independencia del orden divino al otorgar la llama de la consciencia al hombre. El titán roba el fuego de los dioses para entregárselo a los humanos, una metáfora del conocimiento contra la oscuridad de la ignorancia a la que los dioses sometían a los humanos y su evolución de mono a hombre. Esto significó el castigo de Prometeo, siendo encadenado sobre las rocas para que un águila o buitre devore su hígado que crecía diariamente.  

Podemos encontrar figuras similares de este arquetipo que ofrecen el conocimiento al hombre, desde el mismo judeocristianismo con la serpiente del Edén y los ángeles rebeldes o Vigilantes, quienes concedieron a los humanos las artes de la construcción de armas, la química y muchas ciencias más. Al Abraxas gnóstico y su equilibrio y poder del ser interior. Quetzalcoatl, en México enseña al hombre la ciencia y la administración de las plantas sagradas. El Set egipcio, el Attar cananeo, el Melek Taus de los yezidis, el Loki nórdico y un sinfín de figuras en todo el mundo más pueden ser equiparadas a estos mismos principios encarnados por Lucifer, lo cual no quiere decir que haya sucedido algo así de forma literal hace mucho, sino que son mitos que reflejan nuestro interior, nuestro pasado como raza humana y las fuerzas que se mueven en nuestro interior y que todos compartimos; todos podemos llegar a ser un Lucifer si encarnamos lo mejor de nosotros enrumbados hacía la superación y la evolución.

Por supuesto que Lucifer es malo para los intereses de los esclavistas; sin quererlo, los mismos padres crearon a la figura más representativa de la rebelión humana contra la opresión, la del individuo, la del poder y la del conocimiento prohibido. Una que se les fue de las manos y despierta ahora, más fuerte que nunca para ocupar su lugar correspondiente en la evolución del hombre hacía alturas más grandes. El más grande secreto de Lucifer es que este no existe como una entidad objetiva real, como alguno de ustedes o como yo. Este no es un ser consciente, sino la suma de todo lo que nos hace humanos despiertos quienes abrazan su potencial, y la evolución y el equilibrio en la humanidad a través de su voluntad; creación y destrucción, luz y oscuridad.

Lucifer

“La evolución del hombre es la evolución de su conciencia. Y la ‘conciencia’ no puede evolucionar inconscientemente. La evolución del hombre es la evolución de su voluntad, y la “voluntad” no puede evolucionar involuntariamente. La evolución del hombre es la evolución de su poder de ‘hacer’, y el “hacer” no puede ser el resultado de lo que ‘sucede’, escribe George I. Gurdjieff.

Y en Magia en Teoría y Práctica, el Maestro Therion nos dice: “El Diablo es históricamente, el Dios de todo aquel que a uno le desagrada. Esto ha llevado a mucha confusión de pensamiento, por lo que La Bestia 666 ha preferido mantener los nombres tal como están, y proclamar simplemente que AIWAZ, el hermético fálico/solar, Lucifer, es su propio Santo Ángel Guardián, y el Diablo es el SATÁN o HADIT de nuestra particular unidad del universo estelar. Esta serpiente, SATÁN, no es el enemigo del Hombre como la humanidad adormecida e hipnotizada por los dogmas cree, sino aquel que hizo Dioses de nuestra raza, conociendo el Bien y el Mal. 

Él invitó al hombre a dejar de ser esclavo de sí mismo, y no ser un mono manipulado por la mente y los sentidos, “Oh Hombre Conócete a Ti Mismo y conocerás al universo y los Dioses” y así enseñó la secreta Iniciación del despertar del hombre.”

A lo largo de los siglos, intelectuales y artistas por igual han tomado a esta figura como iluminación, disidencia y cuestionamiento de la sociedad y la religión; de dónde tomamos el simbolismo de su origen, lo mismo que entendieron siempre filósofos y esoteristas por igual.

Este espíritu de cuestionamiento, rebeldía e incomodidad con la manada no es nada nuevo, siendo una parte importante de un ser consciente.

“El individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por la tribu. Si lo intentas, a menudo estarás solo, y a veces asustado. Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo”. Nos comenta el inmortal filósofo Friedrich Nietzsche.

Por todo lo anterior, Lucifer es el arquetipo de la luz del conocimiento y el poder, conocimiento que nos permite liberarnos de las cadenas en nuestro interior y re-valorar nuestro exterior en la búsqueda de la verdad.  Lucifer, como lo entendemos hoy, es una figura sincrética y completa afín al Sendero de la Mano Izquierda, pues su camino también supone la deificación personal junto con el antinomianismo, además de la preponderancia humana de la razón. Lucifer no es un ser pensante objetivo y literal, sino la unión de principios y características humanas divinizadas reunidas bajo un único nombre.  

Si bien cada uno llegará a tener su propia idea y comprensión de Lucifer, pues esto se trata del individuo, la misma estructura estará siempre presente en su definición. Una de las consideraciones a tener en cuenta es el no caer en la trampa de la creencia de dioses literales; si bien podemos creer en la existencia de un principio consciente (aparte de ser puramente materialistas), esto no tiene por qué ser el reflejo de lo que el cristianismo propone como lo que es la divinidad. Suelo poner el ejemplo del dios de las vacas para ilustrar esto. ¿Cuál y cómo sería el dios de estas si tuvieran un Dios? ¿Con cuernos de vaca, cola, pezuñas hocico e incluso colores del bovino? ¿Diría “mu” y su ofrenda seria pasto verde de la mejor calidad? El punto de esto es que pensamos como humanos, y por eso nuestros dioses tienen esas características a la exageración, así como lo que nos hace falta y buscamos en necesidad y cobijo. La espiritualidad activa a la que hago referencia –la magia(k) si se prefiere–, trata de develar los misterios del universo, ideas así de simplistas han de ser desterradas para una mejor comprensión de la complejidad del cosmos, lo mismo que el sometimiento y la adoración. El que no existan dioses literales, no quiere decir que no exista lo espiritual, la magia y lo denominado como “sobrenatural”. Una vez más, no se trata de extremos, sino del reconocimiento de la diversidad cromática de la paleta de colores que es el universo.

Podemos desprender de la exposición, los siguientes principios atribuidos a la figura moderna de Lucifer identificados dentro de la Iglesia Mayor de Lucifer.

Lucifer representa el Poder; la sed innata de nuestro ser hacía más; el progreso hacía nuevas alturas, la superación de obstáculos, el ascenso en un trabajo o la adquisición de poder físico mediante el ejercicio o del conocimiento a través del estudio intelectual. Rebelión, al alzarse sobre los demás astros y en sus representaciones mitológicas. Atávicamente, en lo profundo de nuestro subconsciente y nuestros genes, se encuentra esto presente, pues todo organismo lucha por vivir y evolucionar. Lucifer es la representación de la mejora continua y la evolución del hombre, un nuevo estado hacía su divinidad.
Lucifer representa la Sabiduría; la cual es obtenida a través del conocimiento puesto en práctica, del análisis y del juicio a través de la razón. No nos conformamos con la adquisición muerta de información, buscamos darle validez o echar abajo las mentiras a través de nuestra propia capacidad de discernimiento y la lógica.
Lucifer representa el Equilibrio; día y noche, blanco y negro, positivo y negativo, masculino y femenino, en un solo arquetipo que reúne a ambos, Shiva y Shakti, Samael y Lilith, Sol y Luna, ningún conflicto entre ellos, sino un una unidad que lo abarca todo.
Lucifer representa la Fuerza; de carácter y de ser interno en la búsqueda de la verdad y ante las dificultades de un mundo caótico que puede arrastrarnos y extraviarnos de no tener los pies bien puestos sobre la tierra. Además de ser un escudo natural hacía las mentiras y proyecciones del exterior, se necesita de estabilidad interna para poder soportar el peso del estrés generado por el proceso de individuación, así como de la difamación de la ignorancia de las masas. Esta se logra mediante el ejercicio de todo tipo y las continuas pruebas a las que se somete el practicante. 

El Luciferianismo es, por lo tanto, la ideología de la identificación personal con el simbolismo y arquetipo de Lucifer en la búsqueda activa del conocimiento para el desarrollo interno y externo y su aplicación, lo que se traduce en Apoteosis, el llegar a ser uno su propio Dios. Para ello, el practicante se enfoca en los principios de Poder, Equilibrio, Sabiduría y Fuerza que envuelven a la imagen del portador de la Luz o Conocimiento. Al ser de carácter versátil y activo este puede tomar diversas formas según el individuo.

El origen de esta aproximación hacía el mundo y la vida, puede remontarse al inicio del hombre, siendo su representación más alta plasmada en sus propios símbolos y concepciones de sus características comprendidas y atribuidas por nosotros los humanos. Lucifer, trasciende los pueblos y su gente, y podemos hallarlo no solo en los procesos de la naturaleza, en la creación y la destrucción, sino en los mitos antiguos de la rebelión de Apsu y Tiamat, de los cuales fueron formados los hombres; y en una posterior leyenda en acadio, de Geshtu-E, el dios rebelde de la inteligencia que se rebeló ante los abusos de los dioses mayores sobre su clase, y fue sacrificado como castigo para crear a los nuevos obreros, los humanos, quienes se rebelaron a su vez a través de Atrahasis, un sabio y prometeico caudillo en contacto con los dioses. Tenemos además a la diosa de la guerra y el amor, Innana/Ishtar, la Señora de Venus y en ocasiones tomando el rol de Reina del Infierno. A Attar, el Rebelde, en las tierras de Levante quién representó la búsqueda de poder al pretender el trono de los dioses mucho antes de los mitos bíblicos. Al Set egipcio, el señor de la oscuridad y las tierras fértiles, parte necesaria en el equilibrio, demonizado en tiempos tardíos. Al Prometeo griego, los titanes en su fuerza ctónica, y a los diversos dioses de luz como Helios y Apolo, además de la fuerza bruta y descontrolada de Dioniso en su conexión con lo animal; Hécate, la reina de la brujería, lleva también el título de Fósforos, como la que porta la antorcha del conocimiento. El Satanás bíblico, la serpiente del Árbol del Conocimiento y los Vigilantes rebeldes son un ejemplo clásico de esta fuerza, condenados por su deseo y búsqueda de independencia. Tanto femenino, como masculino, Lucifer y el Luciferianismo son la mano que crea, y el puño que destruye, las consciencia de sí, la evolución y el compañero en la divinización humana conocido por sabios y magos, desde los antiguos escribas, a los filósofos y escritores grecolatinos como Heráclito y Ovidio, desde los románticos Milton, Shelley y Blake, a los pensadores disidentes como Maquiavelo, Nietzsche, Bakunin, Twain y Rand, pasando por los rosacruces y su padre mitológico, Tubal-Caín hasta Blavatsky, Crowley, Charles Pace y Anton LaVey. El Luciferianismo no se trata de la creación de un solo hombre en un dogma que debe ser seguido al pie de la letra sin cuestionamiento, sino que esta es la parte innata en nosotros con un nombre apropiado que hoy cobra cada vez más fuerza.

El Luciferianismo puede expandirse como una filosofía (formulada a profundidad y como un estilo de vida), una doctrina (guardando y trasmitiendo los principios básicos y difundiendolos), un sistema (una estructura delineada de desarrollo o iniciación interna) o una religión (entendido como el encuentro con tu propia divinidad), donde el punto central es el individuo en dirección hacía su propia divinidad, porque creemos que todo comienza desde adentro, desde cero, en lugar de buscar respuestas a preguntas sesgadas hechas por otros. Tú y solo tú eres el responsable directo de tu propia vida y existencia, siendo el único Dios que existe.

El Luciferianismo en el Antiguo Egipto



El presente tema es una visión de cómo la religión egipcia mantuvo el equilibrio de los cultos solares y lunares en las diferentes dinastías a pesar de la eterna rivalidad entre la luz y la sombra, en constante batalla en la psique de la humanidad. Ya Herodoto, gran historiador griego, en su II Vol. de Las Historias había definido a los egipcios como los más religiosos de los hombres, aun cuando esta actitud tan solo fuese parte de la evolución por comprender y alcanzar la divinidad. Los documentos que nos han llegado hasta nuestros días nos dan indicios de que esta antigua civilización era muy estable, desarrollando su sociedad de una manera pacífica con códigos morales que mantuvieron la sana convivencia del pueblo, lo que ha influenció notoriamente la civilización actual.

Es por esta razón que nos centraremos esencialmente en los aspectos históricos, estudiando a los dioses mitológicos más importantes cuyos aspectos e “identidades” se revelan de mayor provecho para lograr entender la mentalidad antigua como un fenómeno social mediante lo cual la voluntad colectiva se manifiesta como parte integral de la naturaleza, dando mayor importancia a las cuestiones del espíritu que a la carne en sí misma. Como ejemplo, cabe citar que los templos se construían de piedra siendo estos una representación mística entre los egipcios y el mundo que les rodeaba, es por esto que a algunos dioses se les atribuían el reinado sobre algunos elementos naturales. Entre los principales tenemos:

HORUS, el contrario de SETH destructor de las fuerzas del caos, el que toma posesión del mundo de los vivos. El faraón es su manifestación en la tierra, el dios del cielo cuyos ojos son la luna y el sol.
AMON, dios de los vientos, protector de los navegantes quien se fusiono con el dios sol convirtiéndose así en AMON-RA.
BASTET, diosa asociada a la luna, protectora de los nacimientos y embarazadas, enfermedades y malos espíritus.
SATET, quien era la diosa de la guerra, asociada a la inundación, la fertilidad y el amor. Deificación de las inundaciones del rio Nilo.
OSIRIS, dios de los muertos, guardián de la vegetación.
SETH, dios del desierto, símbolo de las fuerzas destructoras, con voz de trueno, asesino de Osiris, consagrado al hierro.
ANUBIS, dios que presidia a las momificaciones y guardián de las necrópolis.
KHEPER, dios de la resurrección, símbolo del sol naciente.

Estos son tan solo algunos dioses, una pequeña parte del politeísmo egipcio con el atributo más significativo de cada uno de ellos. El hombre egipcio se dirigía a sus diversos dioses para cada sentimiento o acción con el fin de que le ayudaran o guardaran en las diferentes etapas de la vida tales como nacimiento,  juventud,  guerra, enfermedad,  muerte. En la creencia de que cada uno de estos dioses seria condescendiente con él según la fidelidad que mantuviese ante cada uno de estos, nos situamos en un sistema figurado, observando el pensamiento mítico e incluso poético que en la mayoría de los casos resulta ser bastante hermético, incluso para aquellos estudiosos de esta cultura, sin embargo no siempre el egipcio debía dirigirse a estos dioses para cumplir con sus tareas diarias o lograr sus objetivos, esta cultura se inclinaba más por el pragmatismo en el momento de resolver los problemas cotidianos.

¿Cómo llego el hombre primitivo a reverenciar a estos dioses con atributos humanos si nunca hemos vistos indicios de alguna raza semihumana con cabeza de halcón, gato o toro? Debemos remontarnos a los comienzos de esta cultura, a los hombres del norte de África o seguramente del sur de Europa que encontraron una región de clima húmedo y abundante vegetación gracias al caudaloso Nilo; con el tiempo las fuerzas de la naturaleza fueron cambiando con lo que se veía que algunos animales que los cazadores perseguían estaban dotados de cualidades envidiadas por los ellos, a la larga el hombre se convirtió en amo y señor de los dioses zoomorfos necesitando un dios dotado de infinito poder. El dios que reina en las alturas, regulando los días, estaciones, controlando el crecimiento de los cultivos el cual renacía en las mañanas por el horizonte luego de morir la noche anterior, hablamos del sol el cual se convirtió en un dios dotado con algunos atributos humanos, fue así como nació una religión.

Recordemos que una imagen cuyo origen es la imaginación, vive por sí misma y se desarrolla lógicamente con independencia del objeto que inicialmente representa. Fue así como al comparar el cuarto menguante de la luna con un rizo de cabello, se creó la joven quien debía de portarla en la cabeza, al compárala con un cuchillo curvo se descubrió su misión, la muerte de los seres maléficos… es así que la luna jugo el papel de justiciera digna representación de la diosa Isis.

El ingenio del egipcio creó a sus propios dioses con atributos humanos, dotándolos de pasiones y perversiones. Estos dioses humanizados se casarán, tendrán hijos, pensarán, juzgarán, engañarán y sentirán vileza, tal como el ser humano de antaño, el cual no se diferencia del hombre moderno. Los egipcios adoptaron las formas del ritual como medio para expresar, fuera del culto, el enriquecimiento del pensamiento cosmológico (coronamiento, jubileo) El concepto de lo divino puede haber tomado características propias cercanas a otras concepciones evolucionadas, sin tener que identificarse necesariamente con ellas.

Con el transcurso del tiempo, muchos dioses se convirtieron en dioses sol bajo la forma de AMON-RA, KHNUM-RA, SEBEK-RA… lo que significo en cada uno de ellos el reconocimiento de la fuerza creadora del sol y no que este fuese adorado en lugar de cada uno de ellos. Del mismo modo, están los dioses lunares,  que aunque su culto no es muy conocido, podemos apreciar al día de hoy algunas deidades con los rasgos y características del astro, tales como THOTH, KHONSU, OSIRIS, DUAU… o bien se inspiraban en los mitos lunares.

El rito siempre adquiere su valor a través de un mito, y es gracias a él como puede transformar un acto banal en un acto sagrado. Abrir una puerta no es un acto sagrado, aunque se trate de la puerta de un templo, pero hacerlo con consciencia de estar repitiendo un acto divino, es decir, introducir elementos míticos en el espíritu del que lleva a cabo la acción, lo vuelve en uno.

En las reuniones presenciales nos centramos en analizar dos o tres deidades por sesión con el fin de encontrar en estas el equilibrio mencionado y hallar así la base de la filosofía luciferina en cada uno de ellos. ¿Por qué no llegar a un estudio más profundo con el fin de encontrar una máscara deifica la cual podamos portar? Podremos utilizar los atributos que cada dios tiene para nuestros fines en la sociedad moderna, esto no quiere decir que tengamos que entrar en un sistema de adoración a estos dioses, aunque sí se recomienda que al tratar con estos se haga de manera respetuosa; recordemos que el poder viene de nuestro interior y es allí donde moran todos los dioses de las diversas culturas, por lo tanto se aconseja un acercamiento respetuoso a esta “religión” tal y como nos respetamos a nosotros mismos, debemos ser escépticos en un gran porcentaje lo cual desde este momento se considera toda una travesía.

La Civilización Egipcia

 La religión del Antiguo Egipto comprende varias creencias religiosas y rituales practicadas durante más de tres milenios: desde el período predinástico hasta la adopción del cristianismo tras la romanización. Esta se caracterizaba por aceptar varias cosmogonías, coexistiendo de manera más o menos armónicas, en diversos períodos históricos. Estas creencias se centraban en la adoración de múltiples deidades, que representaban varios aspectos de la naturaleza, simbolizando ideas y funciones de poder, expresados por medio de complejos y variados arquetipos.

Durante dicha época divinizaron aquellos fenómenos naturales que les desconcertaban o infundían temor, de los que no conocían la razón de su proceder; las características de los dioses que poblaron el reino divino estaban relacionadas con el entendimiento de las propiedades del mundo en que vivían. Creían que dichos fenómenos eran fuerzas divinas en sí mismas, estas fuerzas deificadas incluían elementos, fuerzas abstractas, fenómenos y características animales, de este último creían que el animal en si era una manifestación del dios en la tierra, es decir, que era una forma de representar a sus dioses, mas no de concebirlos.

Ejemplos de algunos dioses zoomorfos:

Ra y Horus, tienen cabeza de halcón porque era uno de los animales más importante de los egipcios, su admiración se debió a que los halcones surcaban los cielos de forma majestuosa.
Anubis, tiene forma de chacal, ya que los antiguos egipcios se inspiraron en el comportamiento de los caninos, a menudo carroñeros que paseaban por la noche en los cementerios buscando cadáveres, razón por la que es el dios de la muerte, maestro de las necrópolis y patrón de los embalsamadores.
Bastet, tiene cabeza de gato, porque para ellos este les simboliza la alegría de vivir y la armonía, además de proteger el hogar.
Thoth, tenía cabeza de ibis ya que este animal era admirado por su forma de volar y por la capacidad de comer serpientes venenosas sin morir, una de las razones por las que era considerado dios de la sabiduría y la escritura, asimismo, el dios de los conjuros y hechizos mágicos. Debido a esto, los griegos lo identificaron con Hermes, el escriba de los dioses. Otra de las formas en que fue representado era con la cabeza de un babuino.
Como se mencionó, algunos dioses se relacionaron con diferentes fenómenos como Osiris, que era el dios de la resurrección, también símbolo de fertilidad y la agricultura o Seth, representando la aridez y la sequía, la fuerza bruta, pero también el encargado de proteger la barca del dios Ra, etc…

Desde sus inicios, Egipto ha estado muy marcado por la dualidad, incluso en el ámbito geográfico y político, para ellos muchas cosas estaban conformadas por pares de contrarios que se complementan y forman la unidad, la filosofía egipcia tiene como premisa principal: “Uno es todo y todo es uno”, y como bien diría más tarde Paracelso “el cielo es el hombre y el hombre el cielo, y todos los hombres juntos son el cielo y el cielo no es más que un hombre”. Con esto se entiende que el hombre es un modelo del universo, y si éste se conoce a sí mismo perfectamente, podrá conocer el universo. Basados en esto, entendieron que todo formaba un único bloque donde nada podía tratarse por separado. Justo lo contrario de lo que ocurre en nuestra sociedad actual.

Ejemplos de esta dualidad los vemos en la Concepción de la muerte y el renacimiento, cosecha y recolección, la luz y la oscuridad, el sol y la Luna, parejas de dioses, la ciencia y la religión, etc., esto mismo los vemos también en sus dioses, como Osiris/Horus y Seth, Sekhmet y Bastet, Geb y Nut, entre otros y asimismo en su cotidianidad y la composición del ser humano; de esta manera también existen dos mundos, el físico y el espiritual o Duat. Cabe destacar que esta dualidad no representa necesariamente un conflicto ni extremos morales en conflicto como el maniqueísmo religioso de las religiones abrahámicas.

Los Egipcios y su Visión del Ser Humano

Desde su perspectiva, el hombre es la suma de una serie de fuerzas vitales que habitan su cuerpo (dyet, jet o jat). En los textos egipcios se suponía que el hombre poseía un jat, que era el elemento más tangible de los que componen el hombre.

El cuerpo era visto como algo inerte, un simple trozo de materia, pero sirviendo de soporte físico para los demás elementos, por lo que debía de ser momificado para asegurar su incorruptibilidad, y de esa manera garantizar que continuara existiendo, incluso después del fallecimiento. Este  a su vez poseía componentes intangibles, tenía un cuerpo espiritual sahu o atmu, que era dado a quien obtenía un grado de conocimiento, poder y gloria, volviéndose duradero e incorruptible, pudiéndose asociar al alma y conversar con ella. Es el Máximo Misterio, la causa espiritual del hombre mismo. Así, podía ascender al Cielo y morar con el sahu de los justos y dioses; tenían también un “espíritu” ba que es el concepto más cercano a lo que conocemos como alma. Es la parte trascendente que permanecería con el cuerpo tras la muerte. También era lo que hacía único a un ser, similar a la noción de “personalidad”. Como el alma, el ba es la parte de una persona que vivía después de la muerte del cuerpo, y lo solían representar como un ave con cabeza humana, que volaba desde la tumba para unirse con ka en la vida futura; el ka era un “doble”, era una pizca del principio universal e inmortal de la vida, un concepto semejante al de la “fuerza vital”, lo que diferencia a una persona viva de otra muerta, esta ocurría cuando ka abandonaba el cuerpo. Se pensaba que este era creado por Jnum, en su rueda de alfarero, para ser depositado en los hijos en el momento de su concepción.

Los egipcios también creyeron que el Ka se sostenía por medio del alimento y la bebida, por lo que a los muertos se les presentaba ofrendas d estos, aunque era el Ka de las ofrendas la que consumía, no la parte física del alimento; tenían igualmente una inteligencia o ju, su sombra jaibit, sheut o shuit, de la cual creían que no podía estar sin el cuerpo y este sin la sombra, por lo tanto, los egipcios conjeturaron que la sombra contenía algo de la persona que representa. El sheut fue representado como una pequeña figura humana pintada totalmente de negro, símbolo de la muerte, o como un sacerdote de Anubis, asimismo un corazón o mente ib, que era considerado una de las partes espirituales más importantes del ser humano.

Los egipcios emplearon dos palabras diferentes para designar el corazón: ib y haty. El primero se suele referir al corazón como órgano que originaba los sentimientos, la sede del pensamiento, memoria, inteligencia, conciencia, imaginación, valor, fuerza vital, el deseo, etc., y haty, que solía utilizarse para indicar el corazón en su aspecto físico. Así como con otras antiguas culturas, el corazón era la sede de las emociones, también del pensamiento intelectual, conciencia y moralidad y finalmente un nombre o ren, el que la persona recibe al nacer, aunque podría cambiar a medida que la persona iba evolucionando. El ren viviría mientras el nombre fuese pronunciado, lo que explica los grandes esfuerzos realizados para protegerlo, escribiéndolo profusamente en papiros y monumentos.

También era posible adquirir, mediante un proceso de iniciación, el aj (akh) que es un cuerpo luminoso; un elemento vinculado con la “luz”, concepto netamente funerario ligado a las estrellas, y con ellas, a la resurrección e inmortalidad. En un principio se decía que solo los faraones y dioses tenían este aj, pero con el tiempo se fue modificando y con iniciación y trabajo, las personas pudieron obtenerlo. Esta es la máxima expresión del ser humano “realizado”, el que puede alcanzar la vida futura entre las estrellas y también podían obtener el sejem (sekhem) que era una forma de la manifestación de la fuerza y voluntad divina y confería al que lo obtenía el poder de los dioses en este mundo. Los sacerdotes, o magos, que lo poseían se convertían en portadores de la fuerza y voluntad divinas y su manifestación en este mundo.

Con esto podemos ver que los egipcios eran una civilización muy espiritual, y así como rendían culto a sus entidades divinas, también se preocupaban por empoderar su ser, tanto en vida, como al prepararlo para el viaje al más allá; asimismo la dualidad en torno a la civilización no era vista como fuerzas que se repelen, por el contrario, esto era necesario para tener un balance sobre todos los aspectos. Para ellos no existía una diferencia perceptible entre lo sagrado y lo mundano, todo acto terrenal era un acto divino; a diferencia de las religiones monoteístas, en donde se puede apreciar que siempre hay una fuerza luchando contra su opuesto, como por ejemplo, la batalla entre ángeles y demonios o lo carnal y lo espiritual. Dentro del Luciferianismo, todos estos seres son entendidos como una representación de un tipo específico de “poder” inherente tanto en la naturaleza como en el ser humano. Cada uno de estos aspectos nos permite formar lo que definiríamos como máscara deífica, lo que nos ayudará en nuestra iniciación; cabe aclarar que los luciferinos no intentamos revivir ningún panteón con dioses sobre nosotros, sino que usamos las características de dicha entidad como herramientas o máscaras, que representan  tipos específicos de poder reconocidos en la naturaleza y el humano, por ende entendemos que tiene que existir siempre un balance en todo aspecto para permitirnos alcanzar el empoderamiento del ser y finalmente su apoteosis.

Iglesia Mayor de Lucifer



La Iglesia Mayor de Lucifer es un pequeño templo Luciferino en Old Town Spring, Texas. En el presente, hay muchos dispersados en América Latina, Canadá y Europa.

Sobre Iglesia Mayor de Lucifer

En 2013 la Iglesia Mayor de Lucifer estuvo fundado en América del Norte por Jacob, (Jacob Mckelvy) y estuvo extendido esporádicamente a partes diferentes del mundo para Luciferinos de Houston, Texas. Michael W. Ford y Jeremy Crow, fundadores de la Sociedad de Búsqueda Luciferina dieron como resultado a la Iglesia Mayor de Lucifer necesitando ayuda para ganar influencia más rápida en el sector Luciferino y Comunidad de Camino de Mano Izquierda.​ En enero 2015 el liderazgo de la IML se archivó en la corte justicia del Condado de Austin para hacer comercio bajo el nombre de IML. Jacob No (Jacob McKelvy), ex-dirigente y ex-Arconte de la Iglesia Mayor de Lucifer, describe IML como una organización que "sigue una filosofía y es una religión no dogmática". La IML está enfocado más en las enseñanzas basadas en el mundo práctico. Progresión familiar y personal es su principio.

La Iglesia Mayor de Lucifer encabezó el moderno público del movimiento Luciferino que inauguraron 35 parroquias dentro América del Norte, América Central, Europa y América Del sur. Ve únicos medios de comunicación:

En 2015, la IML abrió una parroquia en Old Town Spring, Texas, con varios miembros de docena. Ante esto, cien residentes locales, principalmente católicos, protestaron por la apertura de la iglesia.

Formación

En 2013 el fundador y ex arconte Jacob McKlevy quien se convirtió al cristianismo celebró la primera reunión en su garaje con un grupo pequeño de personas en el área de Spring Texas.​ Ellos estudiaron un poco de los trabajos de Micheal W. Ford pero en gran parte se enseñó filosofía gnóstica, la doctrina basada en los trabajos de unos cuantos escritores, brujería tradicional, Hermetismo, ritos druidas y demonología.

La Iglesia Mayor de Lucifer expandió el grupo de núcleo con muchas alianzas dentro del área de sub-cultura de Houston y dentro de los Estados Unidos.

Jeremy Crew unió fuerzas con Jacob después de charlas de sus planes y ambiciones para el futuro. La Iglesia Mayor de Lucifer quiso crear una casa para todo quienes eran demasiado temerosos de ser abiertos con quién eran debido a persecución y para ayudar acabar la esclavitud dogmática de fe moderna - basada en religiones. La Iglesia Mayor de Lucifer tenía como objetivo destruir la religión a través de interrogatorios de filosofía luciferina al público general y la desprogramación mental de rebaño de doctrina religiosa que se creía en aquel tiempo era la raíz de todo mal en el mundo.

La Iglesia Mayor de Lucifer preguntó a Jeremy Crew para dialogar con Michael W. Ford para instalar una reunión para el devenir del IML en la Conferencia de Camino de Mano Izquierda en 2014. Más tarde en 2014 Micheal W. Ford unió el IML.

En 2015 se pidió a Jeremy Crow, Hopemarie, y Micheal W. Ford para que se convirtieran en co-presidentes del IML para ayudar a Jacob a formar una organización mejor con estructura apropiada.

Por el fin de 2015 la Iglesia Mayor de Lucifer crearon sucursales en Latinoamérica, Europa, Canadá y los Estados Unidos.

Estructura

Estructura de liderazgo de la IML:

Arconte
Organizador y facilitador de gobernación de Iglesia Mayor de Lucifer.
Archiereus
Organizador y facilitator de Distritos llenos.
Archiereus Menor
Organizador y facilitator de una zona.
Arco Luminario
Organizador y facilitador de un Estado, Provincia o territorio.
Luminario
Organizador y facilitador de una sucursal local.
Embajadores
Aprobaciones de celebridades vía medios de comunicación.
Gobierno de Rama local:

1.º Asesor
Asiste con funciones de deberes de sucursal local.
2.º Asesor
Asiste con funciones de la sucursal local y deberes del 1º Asesor.



Bienvenido al Santuario del Yo

La IML (Iglesia Mayor de Lucifer), es un centro filosófico no-dogmático para los que aplican nuestros básicos 11 Puntos de Poder Luciferino en sus propias personas de forma única y productiva.

Nosotros no somos ni ateos o teístas, tu aproximación es la tuya.

La IML no es una organización que desea ayudar a todo el mundo, nuestra filosofía anima a los individuos a buscar el conocimiento necesario para elevarse a sí mismos. Nuestros encuentros y reuniones analizan nuestra filosofía y los tópicos y áreas asociadas dentro del Sendero de la Mano Izquierda y otros campos de estudio. La IML está dirigida al maduro y fuerte de mente y a aquellos que son exitosos o buscan su propia felicidad en la vida. El Luciferianismo se vuelve fuerte por el individuo que logra resultados e ilumina nuestra filosofía mediante el ejemplo.

Nosotros no convertimos, o eres un “Luciferino” o simplemente no; no hay punto medio.

Filosofía Luciferina

La filosofía luciferina es fácilmente definida como el camino auto-determinado hacía el potencial en equilibrio con la realización de los resultados en los objetivos materiales y espirituales. El Luciferianismo aboga por la búsqueda del conocimiento para un propósito orientado a metas, obteniendo la comprensión de la experiencia y el poder al evolucionar y convertirte hacía la dirección del potencial de la experiencia personal. Desafiar y cuestionar la creencia restrictiva y la religión dogmática requiere coraje y un sendero hacía el conocimiento que buscas. A esto llamamos Liberación, romper con las cadenas de la ignorancia. La búsqueda del conocimiento para aplicarlo en la obtención de comprensión y alcanzar las metas es llamada Iluminación. Hacerse consciente de que puedes formar tu vida mediante tu Voluntad, Deseo y la Creencia es la Apoteosis continua.

Buscamos la comprensión a partir de la aplicación del conocimiento para probar nuestras fuerzas y debilidades, y evolucionamos y nos convertimos así de forma gradual en nuestro potencial idealizado de excelencia personal. Nosotros rechazamos a las quejumbrosas “victimas”, quienes se identifican a sí mismas como tal y buscan culpar a otros de su constante frcaso. Los luciferinos somos leales, compasivos y justos con los amigos y familia verdaderos.

Nuestra filosofía y sendero es llamada “luciferina” pues encontramos fuerza y belleza simbólica y metafórica en el arquetipo del Portador de la Luz. Los luciferinos reconocemos dentro de la naturaleza un ciclo de creación y destrucción que es una ley primordial que puede ser percibida como una motivación instintiva de la auto-excelencia mediante la superación de los obstáculos. Los luciferinos a menudos reconocen esto como “El Adversario”, pues este poder desafiante y conquistador es natural e inspirador para aquellos de nosotros que nos identificamos con el símbolo del “Sin Amo”.

Liberación, Iluminación, Apoteosis: La Triada de la Estrella de la Mañana

Los luciferinos luchan por el equilibrio entre los instintos primigenios que motivan nuestras decisiones en la vida (oscuridad); con autodeterminación al mantener el control de sí mismos y aplicar nuestra habilidad para utilizar la razón y la lógica (luz). Este símbolo de la unidad de la oscuridad (instinto, emoción) y luz (intelecto, lógica), encienda la Llama Negra (la consciencia inspirada por la imaginación y el potencial hacía tu Verdadera Voluntad). Esto es representado como Liberación, el acto consciente de destruir lógicamente el dogma restrictivo, especialmente si es incómodo, para obtener nuevos niveles de comprensión y poder; la Iluminación es el logro de la comprensión de la experiencia.

A medida que logres la comprensión del conocimiento y la experiencia de la superación de tus creencias restrictivas y miedos, identificando las debilidades para fortalecerte con disciplina, te adentrarás aún más en tu propio Sendero de la Mano Izquierda y la acumulación de poder. Este proceso es llamado Apoteosis (volverse un dios): convertirse en un dios simplemente significa que tú reconoces que tu mente y pensamientos, especialmente la forma en que percibes algo y las palabras y acciones que tomas, son tu propia responsabilidad. No importa lo que algunos podrían “hacerte”, la rendición de cuentas y responsabilidad de tus pensamientos, palabras y acciones son solo tuyas. Los luciferinos no pasan su tiempo lloriqueando ni quejándose constantemente como víctimas de lo que otros les han hecho, nosotros rechazamos la debilidad y despreciamos la mentalidad de esclavos de los oprimidos. La naturaleza y la vida no tienen lugar para ellos más que ser la presa del más fuerte.

Rechazar la Victimización y Cómo Identificar a un Luciferino

Los luciferinos se identifican con el símbolo del Adversario en la naturaleza: evolución, transformación y conquista. Puedes reconocer esta Característica Luciferina esencial con tan solo observar las palabras y acciones de otros. Si ellos son “victimas” y llenan el aire con quejas de que otras personas son los causantes de sus “fracasos”, entonces han revelado que son ovejas: evita a las ovejas oprimidas quienes a veces intentan ponerse una “piel de lobo” más delgada en su cuerpo con sobrepeso, suave y cubierto de lana. La Piel de Lobo podría estirarse para ajustarse al cuerpo perezoso de las ovejas por un tiempo, pero la costura no resistirá. Los instintos naturales desprecian la debilidad, confía en tus “corazonadas” y evita a la “victima” quien inherentemente no puede existir como un luciferino.

Poder, Equilibrio, Fuerza, Sabiduría:
Los Pilares del Luciferianismo

El Luciferianismo es la filosofía maleable pero consistentemente práctica que desafía las creencias restrictivas al guiar al individuo hacía la excelencia personal. La soberanía personal parte de una aplicación continua de lo que es identificado por una triada táctica de la consciencia auto-determinada y aislada: Liberación, Iluminación y Apoteosis. Los luciferinos buscan métodos estratégicos para rechazar las restricciones ortodoxas tales como los limites religiosos dogmáticos o la “culpa” profundamente arraigada y el pensamiento derrotista de que el “hombres es un pecador”; el conocimiento en una aplicación práctica (ganar dominio sobre la emoción o situación) y empuñar el poder que buscas en este momento (la vida física en el aquí y ahora).
La realización de los logros individuales y la obtención de la comprensión desde los fracasos despiertan un momento definitivo en la consciencia, aceptando mentalmente que solo tú eres la fuerza gobernadora determinante del sendero en la vida. Los individuos que encuentran un “espíritu” común con nuestra filosofía se convierten en “Luciferinos”, a menudo de manera lenta y durante un periodo de tiempo. El Luciferianismo es entendido como una base filosófica mediante la aplicación de los rasgos de liderazgo orientados a objetivos conocidos como los 11 Punto de Poder Luciferino.

El Luciferianismo no es una religión dogmática, no puedes “convertirte” ni poner la creencia ciega en ser “salvado” o “protegido”. Tu percepción del mundo, la capacidad de adaptarte y el deseo de buscar la auto-excelencia es el único camino de a la “fe” espiritual del Templo personal de la Mente, Cuerpo y Espíritu. Los luciferinos se convierten en uno mediante la adaptación continua y lógica de la filosofía definida con sencillez en los 11 Puntos de Poder Luciferino. Los 11 Puntos son la base de la consciencia personal y el establecimiento de una aproximación práctica y estratégica a la vida. Ellos fueron filosóficamente adaptados del grimorio luciferino “La Biblia del Adversario”, sin las claves iniciática y esotéricas de la Magia(k) Adversaria y filosóficamente claros en esencia. El resultado presenta un interesante aspecto clave, crucial para el Luciferianismo: o “estás” en armonía con la filosofía, siendo capaz de adaptar y aplicarla mientras que obtienes comprensión o simplemente “no lo estás”. No hay un medio dentro el Sendero Luciferino, confía en tus instintos y con la disciplina, busca tu potencial de poder y felicidad en esta vida.

¡Si eres uno de nosotros, bienvenido a tu sendero de Apoteosis individual!

¿Qué es el Luciferianismo? Un análisis filosófico

¿Qué es el Luciferianismo? 

Un análisis filosófico

Definir el luciferianismo es una tarea complicada y laboriosa. Sería demasiado sencillo buscar definiciones de diccionarios o enciclopedias de internet, pero esto no corresponde con el espíritu luciferiano. Para llegar a un conocimiento acerca del luciferianismo como idea, pienso que debemos en primer lugar establecer una definición preliminar, y explorarla en sus dimensiones últimas, de manera que podamos llegar a una comprensión más profunda este término. Para llegar a una verdad debemos primero hacer el recorrido desde la ignorancia con una actitud de apertura hacia el conocimiento. Comencemos.

Lancemos una definición preliminar: el luciferianismo es una doctrina, religión y filosofía que toma como símbolo a Lucifer. Esta definición preliminar quizás provoque un choque con los sistemas de creencias de la mayoría de las personas. Este descontento por nuestra definición preliminar es sólo justificado si nos quedamos en esta definición, si no exploramos más allá del sentido lingüístico superficial con el que estamos familiarizados. Debemos explorar entonces cada uno de estos puntos para comprender la idea completa.

El luciferianismo como doctrina

Primero que nada, hemos dicho que el luciferianismo es una doctrina. ¿Qué es una doctrina? Una doctrina es un conjunto de conocimientos, un cuerpo de enseñanzas que pueden aprenderse y que a su vez pueden enseñarse. Esta palabra está emparentada con el término doctor, esto es, alguien que tradicionalmente enseña en una universidad, y docto, alguien con un conocimiento profundo acerca de un tema. Al luciferianismo como doctrina hay que entenderlo de esta forma, como un conjunto de conocimientos que son transmitidos a través del tiempo, de boca a oído o por medio de lecturas y otros medios de transmisión de información. Es una doctrina por que consiste de enseñanzas, esto es, cosas que pueden aprenderse, y de aprendizajes, o sea, cosas que pueden enseñarse. Una persona docta es entonces alguien que aprende y enseña lo que ha aprendido, o si lo preferimos, alguien que aprende mientras enseña, y viceversa.

Toda doctrina, esto es, toda transmisión de información, implica una cadena de maestros que enseñan y alumnos que aprenden. A veces, el maestro puede ser un libro, un video de youtube, o una persona. Ahora, muchas doctrinas están reguladas por una autoridad. Este es el caso de las doctrinas religiosas tradicionales, en las que existe una autoridad que marca qué interpretaciones son válidas acerca de la doctrina, y qué interpretaciones no lo son. Aquellas que no lo son, son las llamadas herejías. Este término, herejía, tiene una raíz etimológica interesante: αἱρέομαι, que significa “tomar para uno mismo”. Habíamos dicho que las doctrinas religiosas tradicionales están reguladas por una autoridad. Un hereje sería, entonces, alguien que “toma para sí mismo” la regulación de la doctrina, alguien que hace propia la doctrina, esto es, alguien que hace propio el proceso de transmisión de la información.

El luciferianismo es una corriente que sigue el sendero de la mano izquierda. Esto implica un énfasis sobre el individualismo, la responsabilidad individual y la búsqueda del individuo por su autonomía. Así, el luciferianismo es una doctrina en la cual el individuo se hace responsable de su propio conocimiento, de su propio aprendizaje. Debido a esto, es importante una mentalidad abierta, pero crítica, capaz de discernir entre aquello que puede ser utilizado para el desarrollo personal, y lo que no. El luciferianismo entendido como doctrina del sendero de la mano izquierda, implica justamente la emancipación del individuo y una búsqueda personal por el conocimiento y la libertad, que implica también una toma de conciencia y de responsabilidad muy importante. El luciferiano es un hereje (entendido etimológicamente) que toma para sí mismo, que hace propio, el sentido del conocimiento que ha recibido y la manera en que lo pone en práctica en su vida.

El luciferianismo como religión

Habiendo explicado con cierta amplitud cómo el luciferianismo es una doctrina, pasamos ahora a un punto que quizás es más delicado. ¿Es el luciferianismo realmente una religión? Primero tendríamos que preguntarnos: ¿qué es una religión? Bueno pues, ¿qué es una religión?

La palabra religión proviene del latín religare, re-ligar, re-unir. La palabra religión, entonces, lleva ya implícito un sentido de separación, pues nos habla acerca de reunir algo, y solamente podemos unir aquello que está separado. ¿Qué es lo que la religión busca reunir? ¿Qué es lo que está separado que es necesario volver a unir? En las principales religiones, la condición humana sobreviene después de una catástrofe cósmica que rompe el orden de la Creación. Eva es tentada por la serpiente, Prometeo da el fuego a los hombres, etc. Estas historias nos hablan de una separación originaria, que es lo que la religión busca reparar. En las religiones tradicionales, esta reparación del mundo se realiza a través de buenas acciones y de actos de arrepentimiento y sumisión ante una figura divina. El luciferianismo es una religión también, en el sentido de que busca re-unir algo en el ser humano.

Si nos dirigimos hacia la psicología profunda, encontraremos que el ser humano está compuesto por numerosas estructuras mentales que la mayoría de las veces se encuentran en conflicto entre sí. La tarea de la psicoterapia es justamente proveer al paciente con las herramientas necesarias para superar este conflicto, de forma que su vida pueda ser más plena y feliz. El luciferianismo en cuanto religión, comparte la meta de la psicoterapia en el sentido de que representa la búsqueda del ser humano por un equilibrio interno. Esta meta es lograda a través del autoconocimiento. El luciferianismo es una religión en tanto doctrina del individuo, o en otras palabras, el luciferianismo es una religión que busca el equilibrio y la maduración mentales y emocionales a través del conocimiento de uno mismo por medio del estudio y la aplicación de técnicas diversas, las cuales dependen de la inclinación y preferencia de cada individuo.

Abordemos ahora la pregunta, ¿qué es lo que buscan unir las religiones, más allá del discurso religioso? El ser humano es un ser fragmentado. Para nuestras interacciones sociales, portamos máscaras que representan los papeles que representamos, como si la vida fuese una obra de teatro. Estas máscaras son construidas conforme crecemos dentro de una sociedad que pone sobre nosotros la obligación de satisfacer ciertas expectativas. Este proceso suele crear personas que si bien pueden ser exitosas a nivel exterior, interiormente están vacías, pues su vida mental y emocional se limita a los roles que la sociedad les exige que tengan. El luciferianismo en cuanto religión busca que el individuo explore su mundo interior para conocerse a sí mismo y eventualmente re-conocer aquellas partes de sí mismo que la sociedad y la cultura han forzado a reprimir.

El luciferianismo como filosofía

Continuemos nuestro análisis de la misma forma que lo hemos estado realizando. ¿Qué es, entonces, la filosofía? Etimológicamente, la filosofía es el amor por la sabiduría. Los primeros filósofos se hicieron llamar de esta forma como gesto de humildad, para distinguirse de los sofistas, los sabios, los poseedores de la sabiduría, que también podríamos llamar “verdad”. Esto resume, en mi opinión, el hacer del filósofo y del luciferianismo como filosofía. Por un lado, por que el ser alguien que ama la sabiduría y no alguien que posee la sabiduría, nos habla de una búsqueda, como la de los caballeros de los relatos medievales que buscaban a su amada. Esta búsqueda por la sabiduría es un reflejo de la situación del ser humano como buscador, como posibilidad, como proyecto siempre en marcha. Por el otro lado, es una oposición frente al sofismo, esto es, ante la actitud de quien se cree poseedor de la sabiduría. Quien posee la verdad ya no ha de buscarla, y eso nos lleva a un existencia estática, a un estado de inmovilidad. La inmovilidad es igual a la muerte.

Aristóteles abre su obra Metafísica con la frase: “Todos los hombres tienen naturalmente el deseo de saber”. En tiempos modernos, sin embargo, pareciera que el deseo por saber, por conocer, ha sido acallado por las comodidades de nuestra época. La inquietud filosófica ha sido cambiada por la comodidad y el pragmatismo cientificista. Si algo no genera beneficios, si algo no genera ganancias, se considera inútil. Ya no es viable saber por saber, el saber debe ser aplicado. Si bien esto no es malo, sí lo es cuando se vuelve un dogma bajo el cual se rige la sociedad. El preguntar filosófico es una acción luciferiana por cuanto es un preguntar que nos pone de camino hacia la sabiduría, hacia el conocimiento. Qué hacer con este conocimiento es ya decisión de cada persona.

Si pensamos en la sabiduría como verdad, el luciferianismo es una filosofía de una verdad dinámica. Las religiones tradicionales se sostienen con dogmas y doctrinas fijas, mientras que el luciferianismo aboga por que el individuo busque su propia verdad personal, la cual, como el individuo mismo, es dinámica. El yo es una estructura dinámica que cambia constantemente para adaptarse a sus condiciones. De la misma manera, la verdad de las religiones tradicionales y de demás sistemas de creencias, es una verdad estática que se mantiene y ha mantenido sin cambios esenciales por miles de años. Esto es debido a la concepción que estos grupos tienen de lo humano como algo alejado de lo divino, lo cual es bueno y al mismo tiempo eterno. El luciferianismo es una filosofía de lo humano, en la cual la verdad no es estática ni absoluta, sino relativa y dinámica.

Hasta este punto, hemos explorado con cierta profundidad la definición preliminar que arrojamos al principio. El luciferianismo, entendido como una doctrina, una religión y una filosofía, es un conjunto de conocimientos dirigidos hacia la conjugación y síntesis de los potenciales humanos conscientes e inconscientes, conocimientos que son comprendidos dentro de un marco dinámico y cambiante. Dicho de otra forma, podríamos decir que el luciferianismo abarca aquellos conocimientos que evolucionan y ayudan al ser humano a evolucionar.

Antes de abordar la pregunta de por qué la utilización del símbolo de Lucifer, cabe explorar una última concepción del luciferianismo.

El luciferianismo como actitud

¿Quién es luciferiano? ¿Qué hay que hacer para ser luciferiano? Aquí recuerdo una frase dicha por el ocultista y rosacruz Paul Foster Case: un verdadero rosacruz no es un rosacruz. Una interpretación de esta frase es, que un rosacruz verdadero no necesita seguir las pautas de ninguna orden o grupo para comportarse como un verdadero iniciado. Lo mismo ocurre con el luciferianismo.

Es mi pensar que el luciferianismo, más que una ideología o una postura filosófica formal, es una actitud, o mejor dicho, un adjetivo. Concibo al luciferianismo de esta manera, pues considero que una doctrina (recordemos la definición de doctrina que dimos antes) como esta es muy difícil de encuadrar dentro de un contexto específico. Igualmente, ¿es luciferiano aquel que paga cuotas en alguna de las tantas órdenes luciferianas que existen? ¿es luciferiano aquel que dirige plegarias a Lucifer? ¿es luciferiano alguien que se entrega ciegamente a la satisfacción de sus impulsos, todo en el nombre de Lucifer? En mi opinión, no.

Pienso que el luciferianismo es un adjetivo que podemos añadir a cualquier otra postura filosófica, mágica, esotérica, religiosa, etc., siempre y cuando las acciones del individuo reflejen una búsqueda por un conocimiento que le permita crecer y desarrollarse continuamente, que le permitan aumentar o afianzar su autonomía, y que le permitan aumentar o afianzar su grado de mismidad. En lugar de delimitar al luciferianismo convirtiéndolo en una postura, en una etiqueta, pienso que es mejor convertirlo en una cualidad que puede presentar cualquier postura, siempre y cuando se cumplan de alguna forma las acciones individuales reflejen lo antes dicho. Definir algo es de-limitarlo, ponerle límites. Al plantear el luciferianismo como un adjetivo, dejamos abierta la experiencia luciferiana a cualquier persona que así lo desee.

Esto asimismo permite superar la cuestión de la identidad del individuo como luciferiano. Uno puede profesar cualquier fe, ninguna fe, adherirse con cualquier postura filosófica, y siempre y cuando el conocimiento sea aplicado para el desarrollo del individuo como ser en constante evolución y cambio. Un satanista puede ser luciferiano del mismo modo que un cristiano puede serlo, siempre y cuando esté presente el deseo por conocer, como decía Aristóteles. Sin embargo, y considerando que el ser humano es un ser dinámico que puede adaptarse a diversas situaciones, es posible que tanto cristianos como satanistas poco a poco vayan alejándose de posturas definidas, hacia posturas más ambiguas. Al salir de posturas ideológicas fijas, el individuo se vuelve flexible, y la flexibilidad permite una adaptación aún mayor a las diferentes situaciones de la vida. Todo está, una vez más, en la actitud.

Lucifer como símbolo

La utilización de Lucifer como símbolo es altamente sugestiva. Etimológicamente, “Lucifer” proviene de los vocablos lux y ferro, “luz” y “portador”. Lucifer es el “portador de la luz”. La tradición cristiana ha equiparado a Lucifer con la figura de Satanás, pero aquí debemos recordar que las diversas ediciones de los textos bíblicos son, en última instancia, una recopilación de libros y escritos de muchos autores que vivieron en épocas diferentes.

Lucifer como símbolo arquetípico está asociado con la figura de Prometeo en la mitología griega. Prometeo fue un dios que robó el fuego de los dioses y para regalárselo a la humanidad sufriente. El fuego es un símbolo del conocimiento. Y como el fuego, el conocimiento es un arma de doble filo: puede ser usado para el mejoramiento del individuo y del mundo, o puede ser aplicado de manera egoísta para obtener beneficios superfluos. Como castigo, Prometeo fue encadenado por Zeus y condenado a que aves comieran su hígado durante el día, para que éste se regenerase durante la noche y volver a sufrir el castigo al día siguiente. Adán y Eva fueron expulsados del Jardín del Edén por haber transgredido la prohibición de Dios de comer de los frutos del Árbol del Conocimiento. Estas historias míticas encierran el doble poder del conocimiento: es una herramienta que nos permite ser libres, pero que también puede ser la raíz del mal. Es por esta razón que en la Iglesia Mayor de Lucifer se hace énfasis en la responsabilidad individual para con uno mismo y el ambiente que nos rodea.

Lucifer no es un dios al cual se le reza o se le hacen sacrificios. Lucifer no es un ídolo ni un demonio. Lucifer es un potencial latente en cada individuo que nos dirige hacia la evolución y la libertad, pero sobre todo, hacia el encuentro con nosotros mismos. Este encuentro implica un proceso de autoconocimiento en el que se enfatiza principalmente la exploración de nuestros aspectos negativos, nuestras represiones, nuestras perversiones, en fin, con lo que Carl Gustav Jung llamó la “sombra”. El arquetipo de la sombra reside justamente en los rincones más oscuros de nuestra alma, y para poder explorarlos, es necesaria una luz.

Lucifer no es una sola persona. Lucifer es cada individuo que siente la inquietud de conocer más acerca de sí mismo, pero sobre todo, de superarse, de ser más que uno mismo, y liberarse de aquello que limita su existencia. El luciferianismo es un sendero, uno de tantos, que nos permite realizar esta búsqueda y, como dije al principio, toda búsqueda comienza en la ignorancia, en la aceptación de que no lo sé todo. Esto nos pone en contacto con nuestra condición limitada, pero al mismo tiempo, fuerza a algunas personas a buscar su expansión, su desarrollo, su evolución.

La Nueva Era Luciferina
BIENVENIDOS A LA NUEVA ERA LUCIFERINA
Por Jeremy Crow y Michael W. Ford

Antes de comenzar, debemos ampliar lo que es un Luciferino desprovistos del sesgo de las teorías de conspiraciones y el dogma monoteísta.

La palabra “Lucifer”, es utilizada de forma literal y no es modificada para adaptarse al folclore moderno construido en torno a la ideología cristiana. Lucifer es una palabra que significa “Portador de Luz” y es utilizado para describir el fenómeno conocido como “La Estrella del Alba”. Desde tiempos inmemoriales, la Luz fue utilizada como un símbolo para el conocimiento y la consciencia. Estos conceptos bastante básicos pueden ser utilizados para construir toda una filosofía desde los primeros principios. Uno puede convertirse en un Portador de la Luz hacia todos a su alrededor y por lo tanto actuar como un Lucifer en el mundo.
Los Luciferinos no adoran al “diablo”, Satanás o a ningún otro dios externo. En todo caso, se puede decir que los Luciferinos adoran prácticamente al Conocimiento en sí, aunque sería más preciso decir que nosotros veneramos el Conocimiento. Nosotros buscamos evolucionar el Conocimiento en Sabiduría a través de la experiencia práctica. Aplicar el Conocimiento en una experiencia útil permite un entendimiento práctico que incrementa nuestro sentimiento subjetivo de Poder (control sobre nuestro entorno inmediato o vida).
Un entendimiento profundo del mundo natural y del ser trae el poder para cambiar el mundo, para bien o para mal. Es imperativo que utilicemos este poder para el progreso de nuestra especie y, ciertamente, de toda la vida consciente en el multiverso. Buscamos la progresión completa de la humanidad para que nuestras especies puedan liberarse a sí mismas de la esclavitud mental que nos ató por miles de años. Estos grilletes mentales fueron institucionalizados a través de las religiones dogmáticas y las ideologías nacionalistas del mundo.
Estas instituciones y patrones rígidos de pensamiento están destinados a caer en el olvido. Aunque este proceso puede ser ralentizado, no puede ser detenido. El status quo empuja con más fuerza que nunca para mantener las cosas iguales porque ellos ven a más y más personas reclamando sus libertades individuales y poder personal. La vieja corriente dominante agoniza y estamos aquí para para marcar el comienzo de una genuina Nueva Era.
Con esta sencilla comprensión, podemos ahora presentar la Nueva Era Luciferina (NEL).
En la antigüedad, la cultura Maya desarrolló un calendario tan preciso que rivaliza con nuestro calendario moderno. Nuestro actual calendario gregoriano se basa por completo en el ciclo solar, mientras que el calendario maya incorporaba diferentes ciclos celestiales en sus cálculos. Todos hemos escuchado hablar de la propaganda y el miedo alrededor de los eventos apocalípticos que se suponía iban a ocurrir al final de la Cuenta Larga del Calendario Maya, cuya fecha popular fue dada como el 21 de Diciembre del 2012 EC. Muchos incluso afirmaban que esta fecha marcaría el Fin de Mundo. En un sentido muy real, el mundo terminó y un nuevo eón de iluminación se levantó para tomar su lugar. El día después del Fin del Mundo marca el comienzo del Año Cero de la Nuera Era Luciferina.
El calendario entero describe un “Gran Año” de alrededor de 28,000 años. Este valor no es arbitrario. Eso se basa en una “oscilación” de la Tierra alrededor de la inclinación de su eje norte-sur. Este ciclo natural ha sido observado por más de una civilización antigua y ha sido verificada por la ciencia moderna. Al igual que dividimos un año solar común en doce secciones, cada uno gobernado por uno de los signos del zodiaco, el Gran Calendario Maya puede ser dividido en doce Épocas, nuevamente, cada una gobernada por un signo del zodiaco. Cada una de estas Épocas Zodiacales pueden ser considerada un “Gran Mes” de alrededor de 2300 años cada uno. La transición de un Gran Mes a otro es referida como las Precesión de los Equinoccios.
Es importante señalar que la NEL describe el comienzo de un nuevo Gran Año y no simplemente la transición a un nuevo Gran Mes. Sin embargo, es difícil conceptualizar el cambio que tiene lugar entre los veintiocho mil años anteriores y el nuevo periodo de veintiocho mil años que se despliegan ante nosotros. Por lo tanto, es importante excavar y examinar los cambios más inmediatos como son descritos por múltiples fuentes.
En esta época, estamos en la transición de la Era de Piscis a la Era de Acuario. El signo de Piscis es presentado por el pez y su Era se correlaciona principalmente con el reinado de Cristo. La asociación entre la Era de Piscis y el cristianismo ha sido explorada por otros en profundidad. Para nuestros propósitos, es de interés contemplar las siguientes supuestas palabras de Cristo escritas en el Libro de Mateo (NVI), capítulo 28, versos 19-20:
«Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin de la Era.»
Interpretado desde una perspectiva esotérica, Cristo y sus enseñanzas están destinadas para aquellos que viven en la Era de Piscis y una nueva revelación preparará el terreno para la Era de Acuario. De hecho, el profético libro del Apocalipsis ofrece un relato simbólico de la transformación personal y colectiva que ocurriría y está ocurriendo en la actualidad, ahora que el Fin de la Era ha llegado. La gran división entre el Espíritu y la Materia se resolvería, el Cristo Resucitado (descrito a sí mismo como la Estrella del Alba o Lucifer) ya no sería más visto como externo y los contenidos del inconsciente serían abiertos a la examinación por la mente consciente.
Existen números indicadores simbólicos de este proceso dentro de las escrituras cristianas si te encuentras inclinado a explorar está línea en profundidad. Basta con decir que este Gran Cambio es un tema constante encontrado en muchas tradiciones religiosas y espirituales alrededor del mundo, sin mencionar el fenómeno celeste relevante.
La tradición hindú también enseña que existe un gran círculo dividido en secciones más pequeñas. La versión hindú del gran Año es llamado el Maha Yuga. En ese sistema, el Gran Mes final antes del fin del MahaYuga es atribuido a la diosa del caos y la destrucción, Kali. Si encontraste esto antes, es posible que sepas que se nos dice que estamos en la actualidad en el “Kali Yuga”, el cual culmina en el fin del mundo como lo conocemos, seguido por una nueva “Edad de Oro” de todo tipo. La línea de tiempo actual se encuentra en disputa pero algunas personas ha conectado comprensiblemente esta idea con el fin del La Gran Cuenta del calendario maya en el 21 de diciembre del 2012 EC.
En la comunidad oculta moderna, una de las figuras históricas influyentes es Aleister Crowley (1875-1947 CE). Él fundó la religión de Thelema que describe una serie de eras en el desarrollo humano referidas como Eones. Los Eones descritos por Crowley incluían a los de los dioses egipcios Isis, Osiris y finalmente Horus. De acuerdo a la religión Thelemica, estamos actualmente en el Eón de Horus, que comenzó el 20 de Marzo de 1904 EC.
Aunque esto fue hace de un siglo antes de la fecha del 2012 que estamos tratando, este aún merece ser mencionado por un par de razones. La primera es que muchos, incluyendo a Crowley mismo, hicieron una conexión entre el concepto de los Eones Thelémicos y la Precesión de los Equinoccios. Esto se enlaza explícitamente con la idea de la Nueva Era de Acuario en la mente de muchas personas. Además, dado que Crowley se declaró a sí mismo ser el “profeta” del nuevo Eón de Horus, tuvo un interés particular en colocar la fecha de inicio durante su vida.
Su concepto del Nuevo Eón llegó a influir a una nueva generación de ocultistas. Desde entonces, algunos otros declararon el inicio de los nuevos Eones basados en deidades egipcias. Estos incluyen al Eón de Ma’at y el Eón de Set. Algunos han propuesto la idea de que más de un Eón puede existir simultáneamente. Otros sostienen que un Eón da paso al siguiente. De cualquier modo, muchos ocultistas modernos han tomado consciencia del concepto a través de esta ruta.
También es significativo que el año 2012 EC marque también el último tránsito de Venus del siglo XXI. Este evento es similar a un Eclipse Solar pero es un fenómeno mucho más raro y sutil. Durante un Eclipse Solar la visión del Sol es oscurecida temporalmente cuando la Luna pasa directamente entre el Sol y la Tierra. Durante el tránsito de Venus, el planeta pasa directamente entre el Sol y la Tierra, proyectando una sombre muy pequeña. Esto no sería perceptible para un observador casual a simple vista, pero puede ser detectado fácilmente por los que conocen la utilización de equipo rudimentario. El tránsito de Venus sucede dos veces, con ocho años entre cada caso y no vuelve a ocurrir durante más de un siglo. El siguiente caso no está previsto que ocurra nuevamente hasta Diciembre del año 2117 EC.
El planeta Venus es especialmente importante pues este es la “Estrella del Alba”, aludido con anterioridad. El último objeto brillante en el cielo antes de que el Sol se levante es en realidad el planeta Venus. Este anuncia simbólicamente la salida del Sol y de este modo puede ser asociado con la palabra latina “Lucifer”, que significa literalmente “Portador de la Luz”. El planeta Venus es también el primer objeto brillante en aparecer en el cielo cuando el Sol se pone en el atardecer. A esto se le conoce como la “Estrella Vespertina” y puede ser considerada como el Portador de la Noche. En la Nueva Era Luciferina ambos aspectos son reconocidos como importantes.
La Estrella de Vespertina como el “Portador de la Noche” es representada como la Oscuridad. La Oscuridad es simbólica de nuestros deseos primarios e instintos inherentes en todo ser vivo individual; esta “sombra” es primordial para proporcionar la base para nuestros accionamientos conscientes como miembros productivos de la sociedad e individuos exitosos. Los Luciferinos encuentran conocimiento, fuerza y poder en la oscuridad reparadora e inspiradora por igual.
La Estrella del Alba como el “Portador de Luz” es la consciencia vigorizante y disciplinada de nuestras mentes racionales; ganamos comprensión a través de la experiencia al aplicar el conocimiento en la consecución de fines a corto y largo plazo en esta vida, ahora. Buscamos establecer el equilibrio entre la oscuridad primaria y la antorcha interna de la consciencia divina. Esta “consciencia divina” es simbolizada como la “Llama Negra” o la “Luz Negra”, los luciferinos utilizan disciplina y discernimiento para controlar y guiar nuestros instintos e impulsos dentro de una forma productiva con respecto al individuo y la comunidad en la que existimos.
Los Luciferinos recorren principalmente el Sendero de la Mano Izquierda, que en realidad es El Sendero Completo pues valora los trabajos de Luz así como la exploración valerosa de la Oscuridad. En un nivel personal, es importante reconocer e integrar tu ser completo. Comprendiendo tu propia Sombra y dedicando todos los aspectos de ti mismo hacia el logro de tus metas te conducirá a la manifestación del Ser Completo Armonizado. Esto desbloqueada incluso niveles más grandes de consciencia y poder personal.
¿Qué podemos esperar en la Nuera Era Luciferina? La NEL marca el amanecer de un nivel sin precedentes de descubrimientos científicos, comprensión personal y autodeterminación a disposición de todos los seres humanos sobre el planeta y más allá. Ya no seremos subyugados por los sistemas supersticiosos de culpa, vergüenza y miedo creados para el beneficio de los pocos. Cada uno de nosotros nos levantaremos y tomaremos el control de nuestros destinos personales. La forma en que esta se desarrolla depende de cada uno de nosotros y de cómo deseamos dar forma al curso de la historia. Nos convertiremos en dioses literales; Señores del multiverso con un potencial infinito.
¡El futuro es nuestro! ¡Ponte de pie y deja tu marca sobre el mundo para tomar tu lugar entre los inmortales de los mitos y leyendas! ¡Esta es la Nueva Era Luciferina y tú mismo eres Lucifer!


Fuente:http://iglesiamayordelucifer.com/

sábado, 21 de outubro de 2017

Tulpa


Tulpa é uma entidade ou objeto que, segundo o budismo tibetano, pode ser criado unicamente pela força de vontade, envolvendo meditação, concentração e visualização intensas. Em outras palavras, a tulpa seria um pensamento tornado tão real pelo praticante que chegaria a assumir uma forma física, material.

TULPA - Emanação forma-pensamento, "emanação mágica".

Tulpas são "formações mágicas" geradas por uma poderosa concentração do pensamento. Tulpa é uma ferramenta do Budismo Tibetano Vajrayana, Bonpo, um conceito upaya, disciplina e ensino.

Tulpas - quando o pensamento toma forma Transcendental: é a materialização de nossos pensamentos.

O Livro Tibetano da Grande Libertação explica o que são Tulpas.

Enquanto a mente é capaz de criar um mundo de ilusão, ela também pode criar qualquer objeto desejado. Este processo consiste em transformar uma visualização em algo palpável, sendo similar, da mesma maneira que um arquiteto confere vida a um plano bidimensional.

No Budismo Tibetano é uma prática constante, começamos a criar uma intenção, a energia dirigida de desejo, que, se persistir dá origem a uma forma de pensamento ou tulpa composta da energia acumulada dessa intenção / desejo.

O Budismo Tibetano tem práticas poderosas, que podemos emanar Tulpas como nosso Yidam (divindade tutelar) que as obtemos através dos votos e iniciações.

Yidam é um tipo de divindade tântrica ou Vajrayana, do Budismo Tibetano. São manifestações do estado de Buda ou da mente iluminada. Durante a prática pessoal da meditação (sādhana), o yogi identifica a sua própria forma, atributos e mente com as de um yidam com a finalidade de transformação, da transcendência.

É difícil saber a extensão da influência dos Tulpas nos seres comuns, o grau em que são suscetíveis a intenção de outras pessoas e concepções mentais, suas orações, maldições ou obsessões. Mas, estar ciente disto, de como a nossa energia psíquica é essencialmente criativa, como o budismo nos recordou há milhares de anos, certamente vai fazer-nos ter mais cuidado com nossos pensamentos. A noção de que parece mais do que adequada, dado que, como o Buda é citado no início do Dhammapada: "Nós somos o que pensamos."

A pessoa comum está efetivamente criando uma realidade substituta em que a sua fantasia pode se tornar real, apenas não tem consciência que isto acontece e deixa sua mente vagar e se concentrar em seus apegos e memória, criando sempre mais sofrimento, não compreende como tudo aparece e desaparece em sua vida, achando que existe um poder externo (destino) que a conduz.

Forma-pensamento

Segundo a teosofia formas-pensamento são criações mentais que utilizam a matéria fluídica ou matéria astral para compor as características de acordo com a natureza do pensamento. Deste ponto de vista, encarnados e desencarnados podem criar formas-pensamento, com características boas ou ruins, positivas ou negativas. As formas-pensamento são supostamente criadas através da ação da mente sobre as energias mais sutis, criando formas que correspondem a natureza do pensamento gerado.

Pensamento abstrato

C. W. Leadbeater, em seu livro Compêndio de Teosofia descreve da seguinte forma:

"Quando um homem dirige o pensamento para um objeto concreto, uma caneta, uma casa, um livro ou uma paisagem, forma-se na parte superior de seu corpo mental uma pequena imagem do objeto, que flutua em frente ao seu rosto, ao nível dos olhos. Enquanto a pessoa mantiver fixo o pensamento sobre o objeto a imagem vai permanecer, e persiste mesmo algum tempo depois.

O tempo de duração desta imagem dependerá da intensidade e também da clareza do pensamento. Além disso, essa imagem é inteiramente real e poderá ser vista por aqueles que tenham desenvolvido suficientemente a visão de seu próprio corpo mental. Do mesmo modo como ocorre com os objetos, quando pensamos em um dos nossos semelhantes, criamos em nosso corpo mental o seu retrato miniaturizado.

Quando o nosso pensamento é puramente contemplativo e não encerra um determinado sentimento como a afeição, inveja ou a avareza, nem um determinado desejo, como por exemplo, o desejo de ver a pessoa em quem pensamos, o pensamento não possui energia suficiente para afetar sensivelmente essa pessoa."

Oceano de Pensamento?

"Cada pensamento produz uma forma. Quando visa uma outra pessoa, viaja em direção a essa. Se é um pensamento pessoal, permanece na vizinhança do pensador. Se não pertence nem a uma, nem a outra categoria, anda errante por um certo tempo e pouco a pouco de descarrega, se desfazendo no éter.

Cada um de nós deixa atrás de si por toda parte onde caminha, uma série de formas-pensamentos. Nas ruas flutuam quantidades inumeráveis. Caminhamos no meio deles.

Quando o homem momentaneamente faz o vácuo em sua mente, os pensamentos que lhe não pertencem o assaltam; em geral, porém, o impressionam fracamente. Algumas vezes, todavia, um pensamento surge e atrai a sua atenção de um modo particular. O homem comum se apodera dele e o considera como coisa própria, fortifica-o pela ação de sua própria força, e, por fim, o expele em estado de ir afetar outra pessoa. O homem não é responsável pelo pensamento que lhe atravessa a mente, porquanto pode não lhe pertencer. Porém, torna-se responsável quando se apodera de um pensamento e o fixa em si e depois o reenvia fortalecido."

Pensamento egoísta

"Os pensamentos egoístas de qualquer espécie vagueiam pela vizinhança daqueles que os emitem. O corpo mental da maior parte dos homens está envolto por eles, como por uma espécie de concha. Esta concha obscurece a visão mental e facilita a formação de preconceitos. Cada forma-pensamento é uma entidade temporária. Pode-se compará-la a uma bateria elétrica carregada, esperando a ocasião de fazer a descarga. Determina sempre no corpo mental que atinge, um número de vibrações igual à sua e faz nascer um pensamento idêntico. Portanto, se as partículas desse corpo já vibram com uma certa rapidez, em consequência de pensamentos de uma outra ordem, o pensamento que chega, espera a sua hora vagueando ao redor da pessoa visada até que o corpo mental dela esteja em suficiênte repouso para lhe permitir entrar. Então, descarrega-se e cessa instantaneamente de existir."

Pensamento pessoal

"O pensamento, quando é pessoal, atua inteiramente do mesmo modo em relação à pessoa que o engendrou e se descarrega sobre ela quando a ocasião se apresenta. Quando o pensamento é mau, a própria pessoa que o gerou pode considera-lo como obra de um demônio tentador, quando, de fato, essa pessoa é o seu próprio tentador. Em geral pode-se dizer que cada pensamento produz uma nova forma-pensamento. Porém, sob o império de certas circunstâncias e a repetição constante de um mesmo pensamento, em lugar de produzir uma nova forma, funde-se com a primeira forma-pensamento e a fortifica. De sorte que o assunto, através de continuada meditação gera, muitas vezes, uma forma-pensamento de um poder formidável. Quando é má, pode-se tornar maléfico e durar muitos anos. Formas-pensamento deste tipo possuem a aparência e os poderes de uma entidade realmente viva." Podem ser facilmente confundidas com outras entidades astrais, pois possuem uma forma e um movimento que lembra seres vivos.

Pensamento dos benfeitores

"Os tipos de pensamentos tratados acima são os que nascem da mente sem nenhuma premeditação.

Existem, porém, formas-pensamento elaboradas intencionalmente com o fim de auxiliar os outros. São peculiares aos benfeitores da humanidade. Pensamentos vigorosos, dirigidos inteligentemente, podem constituir um grande socorro para quem os recebe. São verdadeiros anjos da guarda; protegem contra a impureza, a irritabilidade, o medo."

quinta-feira, 19 de outubro de 2017

Lucifer e Luciferianismo


Em hebraico, (הילל בן שחר) Lúcifer significa «estrela da manha», ou «estrela da alvorada», ou «luz da alvorada». Todas estas expressões associadas ao planeta Vénus que antes da alvorada, aparece como a primeira fonte de luz.

Dizem as mitologias ocultistas , assim como algumas teses místicas hebraicas, que Lúcifer  era  o mais belo, sábio e poderoso ser criado por Deus, um querubim. Esse tentou  usurpar o trono do seu pai e ser igual a Deus, e por isso foi exilado dos Céus.

 Lucifer possui doze asas brancas de invulgar envergadura, é o primeiro filho de Deus e foi criado a partir do fogo no primeiro dia da Criação, sendo que a sua sabedoria e esplendor eram inigualáveis.

Sobre Lúcifer, assim esta escrito no  Livro de Isaías:

: "Como caíste desde o céu, ó estrela da manhã, filha da alva! Como foste cortado por terra, tu que debilitavas as nações! E tu dizias no teu coração: Eu subirei ao céu, acima das estrelas de Deus exaltarei o meu trono, e no monte da congregação me assentarei, aos lados do norte. Subirei sobre as alturas das nuvens, e serei semelhante ao Altíssimo. E contudo levado serás ao (Sheol), ao mais profundo do abismo.".
Isaías 14:12-15

Este texto representa, ( a pretexto de se dirigir a um rei terreno), a própria historia de Lúcifer, o primeiro filho de Deus, ( mais bela e sabia criatura, conhecida pelo cognome de «o portador da luz», a quem o Pai entregou o poder sobre a morte),  que se havendo rebelado contra o seu pai por a Ele se desejar tornar igual, acabou expulso do reino celestial, exilado para sempre no «sheol», ou o «mundo dos mortos».

Por se opor ao seu pai e á tirania desse Deus HYHV, o seu filho exilado passou a chamar-se «opositor» ou «adversário», que em hebraico se escreve: «Satã». «Satã» não é por isso um «nome» que designa uma entidade em particular, mas antes um «titulo» ou um «adjectivo» que define todo aquele que de «opõem» ao deus HYHV.

Porque na verdade Lucifer e Satanás são duas entidades diferentes, a Igreja na sua teologia oficial não considera  Lúcifer o «Diabo», mas apenas um «anjo caído» -  Petavius, De Angelis, III, 3, 4

Lucifer era um anjo de Luz que havendo-se rebelado contra o seu pai, gerou uma guerra celestial. Havendo-a perdido, Lúcifer e os todos os anjos que o apoiaram, ( cerca de 1/3 dos anjos dos céus), foram banidos da presença de Deus e exilados no mundo dos mortos, ou «Sheol». Lúcifer é também conhecido por ser o «portador da luz», pois é o anjo da sabedoria . Lúcifer tentou oferecer a sabedoria a Eva, dando-lhe a provar o fruto da arvore do conhecimento, ( conforme no livro de génesis), facto que acabou gerando a expulsão de Adão  e Eva do paraíso.

O Luciferianismo é um por isso um corpo teológico e teosófico de crenças professadas na figura de Lúcifer e do seu mito.

O mito de Lúcifer esta profundamente relacionado com a «estrela da alvorada», ou seja: Vénus. Por isso, a figura de Lúcifer encontra-se profundamente relacionada com a sabedoria, a luz, a carnalidade e a liberdade.

O luciferianismo professa por isso a crença em Lúcifer enquanto um ser andrógino, um espírito do ar, que é portador da luz, ou seja: da iluminação e do esclarecimento que apenas a sabedoria pode trazer. Por isso mesmo, o nome «Lúcifer» também provém do termo do latim «Luxi» e «Ferre», ou seja: «aquele que transporta a luz», ou: «portador da luz».