Oh Señor de las Llamas Ardientes, por quien todas las cosas han sido liberadas, ¡líbranos de las malignidades terrenales! Oh Satán, que sabes consolar a los seres, ¡danos tu consuelo! Oh Lucifer, que iluminas a los que te complacen, ¡apóyanos y ayúdanos con los problemas de la vida!
Oh Belial, gran juzgador de los bienes, ¡líbranos de los peligros que puedan atacarnos! Señor Sustentador, ¡trae tu bendición sobre nuestros cuellos y ayúdanos para que podamos realizar plenamente el servicio que te estamos prestando en este día! ¡Que el poder de Satanás permanezca con nosotros! ¡Que la inteligencia de Lucifer nos rodee para siempre! ¡Que el amor de Belial nos acaricie ahora y siempre! ¡Que los Espíritus de las Tinieblas nos penetren y sus emanaciones permanezcan con nosotros desde este momento en que cerramos nuestros servicios litúrgicos hasta nuestro próximo encuentro en Satán!
¡Ethan!
(Puede seguir un banquete u orgía, dependiendo del día)
