Te suplicamos, oh Señor de las Maldiciones, por los méritos de tus tribunales infernales, cuyos poderes se extienden sobre la tierra, ¡concédenos el perdón de todas nuestras faltas! ¡Que el incienso de esta trementina sea agradable a tu olfato, como lo es el calor que emana de tu presencia!
¡Alegrémonos porque tenemos con nosotros la sombra del Señor de los Desdichados, que ha venido a recibir nuestra adoración!
Te adoramos, oh Satán, Señor de los Problemas, ¡porque eres nuestra ayuda! Te adoramos, Lucifer, Señor de las Llamas, porque eres la luz que guía al viajero a través de la vida y de la muerte.
¡Te adoramos, oh Belial, Señor de la Devastación, porque eres nuestro apoyo en las vicisitudes de la existencia!
Gloria a Satán en la tierra: ¡que la paz y la armonía reinen en los corazones de tus adoradores!
¡adoradores! Gloria a Lucifer en nuestras vidas: ¡que la comprensión y el conocimiento reinen en los cuerpos de tus siervos!
Te bendecimos, te alabaremos, Satanás, ¡porque sólo tú eres verdaderamente el Señor de todo aquí en la tierra y en todas partes! Tu omnipotencia se extiende en el espacio de Norte a Sur, de Este a Oeste, ¡desde el Nadir hasta el Cenit! Tu mano benéfica no tarda en bendecirnos. ¡Tu mirada afectuosa no duda en contemplarnos para envolvernos en el supremo placer que sólo los Poderes de lo temporal pueden otorgar!
¡Ethan!
