¡Señor de la Rebelión! ¡Recibe de nuestras manos este puñado de sal, símbolo de los inmensos océanos que te pertenecen, para bendecirlo y convertirlo en un poderoso elemento contra las enfermedades y dolencias que afligen a la humanidad!
Por ti, danos la capacidad de cambiar las cosas visibles e invisibles.
Concédenos el privilegio de tocar esta sal con nuestros labios, que nos purificará y nos hará incorruptibles.
¡concédenos la incorruptibilidad satánica!
En todas las ceremonias iniciadas en tu alabanza, ¡que esta sal sirva de vínculo entre tus designios y nuestra voluntad de obedecerte y honrarte!
¡Ethan!
(este elemento se coloca al norte, junto al altar)