segunda-feira, 22 de maio de 2023

Liber Falxifer - El Culto de la Muerte


Dentro de este libro se esconde una Maldición y Siete Bendiciones. Aquellos de nuestra Línea de Sangre podrán recoger los frutos de la Gnosis que crecen en las ramas más altas del Árbol de la Muerte del Maestro. Los profanos solo podrán comer de los frutos podridos que han caído al suelo, aquellos reservados para la raza inferior de Adán.

Que el Señor de la Sombra de la Muerte recompense a aquellos fieles que nos han ayudado en la manifestación del Liber Falxifer. Sus nombres están escritos en el Libro Negro con tinta-sangre indeleble del Fuego Pneumatico. Que reciban la Iluminación completa de la Luz Negra del Otro Lado, la Luz que guiara sus pasos a través del Espinoso Camino de Nod, y que la Ascensión Divina pueda gestar sus destinos auto-concebidos.

Durante el curso de la historia siempre han existido tradiciones magickas de carácter oscuro que han dedicado su trabajo Taumatúrgico a las diferentes personificaciones de la Muerte y los Espectros. Estas tradiciones a menudo tienen como objetivo crear sistemas espirituales y técnicas mágicas con la ayuda de las fuerzas de la muerte y de los muertos como tal, dándole al mago el poder y el conocimiento que se les esconde a los vivos. No es raro que estos cultos estén conectados con los ritos prohibidos de la Necromancia, la Magia Negra y la Senda de la Mano Izquierda. Existen aun muchas manifestaciones diferentes del culto de la muerte alrededor del mundo. Estas se relacionan especialmente con Centroamérica, Suramérica y las Islas Caribeñas. Pero también existen ciertas líneas y tradiciones esotéricas del culto de la Muerte tanto en el Medio Oriente como en Europa.

Ejemplos de las diferentes manifestaciones que se pueden encontrar incluyen al culto de la veneración la Santísima Muerte de México, el culto de Exu Rei Omulu y Lorde da Morte en Brasil, el culto Dominicano del Barón del Cementerio, el culto Haitiano de Guede y los Barones, y el culto Argentino del Señor la Muerte.

Como es una tradición que cultiva a la esencia del Señor de la Muerte a través de la forma del “Hombre de la Guadaña”, la rama Argentina del Culto del Señor La Muerte posee bastantes similitudes interesantes con el culto Brasileño de Exu (Quimbanda) así como fuertes elementos mágicos que discutiremos en la páginas de este grimorio del Cosechador de la Mano Izquierda. El culto del Señor La Muerte (a menudo conocido como San La Muerte o SLM) también se relaciona esotéricamente con la Demonología Cabalística y se ha entremezclado con diferentes formas de la Brujería Tradicional (tanto europea como latinoamericana) así como con las corrientes más oscuras del Gnosticismo. Este libro acerca del Culto al Poderoso Espíritu Esqueleto se divide en dos partes. En la primera hablaremos brevemente de la tradición Argentina y algunos de los trabajos mágicos que se realizan con la ayuda de SLM. Este sistema de taumaturgia comprende la mayor parte de la forma externa de nuestra práctica esotérica.

En la segunda parte del libro exploraremos las manifestaciones esotéricas de la tradición así como las visiones relacionadas con los aspectos mágicos elevados de la línea de practica Qayinitica de nuestro templo. Esta base Qayinistica secreta es la que reúne las formas más sencillas del culto pero a la vez les da la esencia para quepuedan abrir los caminos que llevan a la fuente oculta de la Gnosis Necrosofica.

La publicación de este libro es uno de los pasos que se han realizado para establecer el Culto Qayinitico del Señor de la Muerte. Indica la apertura de las puertas del Templum Falcis Cruentis, el primer templo oficial dedicado al culto del Qayin Mortifer.

La Magia Draconiana - Michael Kelly


La Magia Draconiana es inequívocamente una escuela del Sendero de la Mano Izquierda. Con lo que se quiere decir que es una escuela que enseña la inmortalización y deificación de la psique individual, como opuesta al Sendero de la Mano Derecha que busca sumergir esa psique dentro de un sentido de unidad universal. La Magia Draconiana es en su misma esencia terrorífica, alienante y antinómica, pero – para los pocos exitosos – es en última instancia liberadora, iluminadora y gozosa. Definitivamente no es para los débiles de corazón o diletantes. La experimentación casual se demostrará de ningún valor, ya que el acto de separarse uno mismo del útero del cosmos es un ejercicio de Voluntad y heroísmo, cualidades ganadas sólo a través de una intensa lucha. Esto puede sonar muy desagradable, pero así debe ser. Los dragones en la tradición occidental son criaturas de terror y muerte. Estos temibles arquetipos resuenan con aquellos de otras raíces culturales, tales como Tiamat, la Serpiente del Edén y especialmente el Apep Egipcio, la serpiente primordial del Caos.

Este libro toma el simbolismo del dragón de siete cabezas de la antigüedad e instruye al lector sobre cómo despertar cada una de estas cabezas dentro de su propia psique, hasta que se convierta verdaderamente en un dragón mágico, un dios en esencia. Este trabajo es presentado en un cuidadosamente medido currículum, que si es seguido proveerá un firme y poderoso proceso de despertar. El trabajo de las cabezas debe ser acometido en el orden dado con el fin de asegurar resultados consistentes y de confianza. Picotear y eligir puede resultar en nada en el mejor de los casos o en desequilibrio mental en el peor. Los magos experimentados pueden sentirse inclinados a tomar atajos para reflejar lo que ya han aprendido. Los magos verdaderamente experimentados no lo harán así, reconociendo que siempre hay más que aprender. Las enseñanzas codificadas en este libro han derivado de mi experiencia como pasado Gran Maestro de la Orden de Leviatán del Templo de Set, y fueron además desarrolladas en la posteriormente independiente Orden de Apep. Han sido puestas a prueba por muchos fuertes Iniciados a lo largo de muchos años y son de probada eficacia. Los primeros pasos de este currículum pueden ser familiares para muchas escuelas de práctica mágica, pero el Trabajo de las últimas cabezas es, así lo creo, único en imprenta. Nunca antes han sido las últimas metas y esencia del Sendero de la Mano Izquierda revelados tan claramente en pasos prácticos.

A aquellos que sondearán el abismo de la mente reptiliana, despierten el fuego de la serpiente y en última instancia vean a través del Ojo de Leviatán, ¡Yo os saludo!

Michael Kelly

terça-feira, 9 de maio de 2023

A Missão do Teurgo


“Existe um agente que é natural e divino, material e espiritual, um mediador plástico universal, um receptáculo comum das vibrações cinéticas e das imagens das formas, um fluido e uma força, que podem ser chamados de certo modo de Imaginação da Natureza… A existência dessa força é o grande arcano da magia prática.” O agente mágico ao qual Lévi se refere aqui é a substância do mundo formativo ou, mais particularmente, a esfera de Yesod – uma palavra hebraica que pode ser traduzida como o Fundamento ou a Base. O direto equivalente da Yesod qabalística na filosofia teosófica tal como enunciado por Madame Blavatsky – e nesse ensejo seguirei o extenso esboço delineado em seu sistema e aquele formulado em Dogma e ritual de Alta Magia, de Lévi – é conhecido como luz astral. Definido em alguns lugares como um fluido ou meio onipresente que tudo permeia, constituído por matéria extremamente sutil, essa luz está difundida pelo espaço, interpenetrando e penetrando todo objeto ou forma visíveis. Se quisermos estabelecer tal idéia diferentemente, trata-se de um plano quadridimensional composto de uma substância etérea luminosa num estado sumamente tênue, substância em sua natureza elétrica, magnética e radioativa .


“Esse fluido ambiente e que tudo penetra, esse raio destacado do esplendor do sol e fixado pelo peso da atmosfera e pelo poder de atração central, esse corpo do Espírito Santo, que chamamos de luz astral e agente universal, esse éter eletromagnético, esse calórico vital e luminoso é representado nos antigos monumentos pelo cinto de Ísis que se enlaça num nó cego ao redor de duas varas, pela serpente de cabeça taurina, pela serpente de cabeça de bode ou de cão, nas antigas teogonias pela serpente que devora a própria cauda, emblema da prudência e de Saturno. É o dragão alado de Medéia, a serpente dupla do caduceu e o tentador do Gênese; mas é também a cobra brônzea de Moisés que circunda o tao, isto é, o lingam gerador; é a hyle dos gnósticos e a cauda dupla que forma as pernas do galo solar de Abraxos.” É nesses termos simbólicos, eloqüentes e singularmente expressivos à sua maneira, embora com ressaibo de verbosidade para o leitor final, que o mago francês descreve a luz astral. Trata-se de símbolos sumamente interessantes e significativos, e se bastante cuidado e atenção forem dispensados em sua interpretação, proporcionarão considerável instrução e poderão servir para revelar muitas informações valiosas, auxiliando na compreensão intelectual, ao menos, da natureza e das características desse plano sutil. Vibrando a um índice cinético diferente da substância grosseira do mundo físico, e existindo assim num plano superior, a luz astral contém o planejamento ou modelo do construtor, por assim dizer, projetado em sentido descendente pela ideação ou imaginação do Pai; o planejamento com base no qual o mundo exterior é construído, e dentro de cuja essência jaz latente o potencial de todo crescimento e desenvolvimento. Todas as forças e “idéias” dos domínios criativo e arquetípico são representadas e focalizadas nesse agente plástico, o mundo formativo. Ele é de imediato substância e deslocamento, sendo o movimento “simultâneo e perpétuo em linhas espirais de deslocamento em contrário”. Foi o falecido Lorde Salisbury, posso aqui intercalar, que definiu o éter como o nominativo do verbo “ondular” .


Em muitos pontos, esse mundo formativo, o recipiente das forças criativas superiores, é comparável em seus aspectos mais inferiores ao éter da ciência. Há, contudo, uma ressalva. A luz astral foi no passado e poderá no futuro ser verificada pela experiência direta visionária. A concepção científica do éter hoje difere radicalmente daquilo que o cientista de meio século atrás entendia por éter luminífero. Tanto assim que avaliado por seus padrões e empregando sua linguagem, a moderna idéia de éter e suas ondas de irradiação não são realidades em absoluto. E a despeito disso, o que é suficientemente estranho, observa Sir James Jeans em Os mistérios do Universo, o éter é uma das coisas mais reais “de que temos qualquer conhecimento ou experiência, sendo, portanto, tão real quanto qualquer coisa possivelmente possa ser para nós”. A entidade que os físicos experimentais hoje definiriam como éter teria que ser algo que reagisse qualitativa e quantitativamente aos instrumentos e equações matemáticas deles. Por outro lado, quando os teurgos se referem à substância magnética e elétrica da luz astral, uma condição ou estado metafísico da substância está implícito – uma condição ou estado que atualmente não pode ser mensurado ou observado com instrumentos físicos, embora sua existência seja corroborada nos mesmos termos por uma série de videntes treinados e magos. Reside, como já afirmamos, num plano existencial e consciencial completamente diferente, e suas partículas vibram de uma tal maneira e a uma tal taxa de movimento que são inteiramente invisíveis e imperceptíveis aos nossos sentidos comuns exteriores .


Recentemente assistiu-se no domínio da especulação científica ao desenvolvimento da teoria eletromagnética que, por motivos de ordem prática da física, descarta como desnecessária a hipótese vitoriana de um éter luminífero ondulante que tudo penetra. No seu lugar, foi instalada como se num trono majestoso, coroada e venerada com devoção, uma concepção matemática ainda mais abstrata: o múltiplo ou contínuo espaço-tempo. Um grupo de cientistas é inteiramente a favor da manutenção da hipótese do éter, enquanto muitos outros, não menos famosos e de menor autoridade, estão igualmente convictos de que uma tal estrutura sutil como o éter inexiste e nem sequer é possível. Admitem-na apenas como uma estrutura teórica de referência, caso em que assume o papel de uma hipótese de trabalho destituída de qualquer grau de realidade objetiva. Um exame das definições científicas desses dois grupos de cientistas, entretanto, revela o fato de que pelas expressões éter e contínuo espaço-tempo quadridimensional indicam um único e mesmo conceito. Sir Arthur Eddington, em uma de suas recentes obras, ao fazer referência a esses dois conceitos científicos, expressou a opinião de que ambos os partidos querem dizer exatamente a mesma coisa, sua cisão estando somente nas palavras. Sir James Jeans, em sua obra anteriormente mencionada, observa cautelosamente com relação a essa obscura questão que parece apropriado descartar a palavra “éter” a favor dos termos mais modernos “múltiplo” ou “contínuo”, apesar de o princípio essencial permanecer quase totalmente inalterado. Em outra parte, nessa mesma obra de erudição, o sábio cientista assevera que todos os fenômenos do eletromagnetismo podem ser considerados como ocorrentes num contínuo de quatro dimensões – três espaciais unidas a uma temporal – no qual é impossível separar o espaço do tempo de qualquer maneira absoluta. Chamo atenção particularmente para essa observação porque se enquadra aproximadamente na natureza de uma exata confirmação daquilo que os mais eminentes magos de todos os tempos escreveram relativamente a Anima Mundi ou o Azoth. É possível indicar bem grosso modo as demais observações de Jeans dizendo que se desejarmos visualizar a propagação de ondas luminosas e forças eletromagnéticas tomando-as como distúrbios num éter, nosso éter poderá ser considerado uma estrutura quadridimensional que preenche todo o contínuo, estendendose assim por todo o espaço e todo o tempo, caso em que todos nós desfrutamos do mesmo éter .


Esse éter da ciência que todos podem desfrutar e que se estende ao longo do espaço e do tempo, servindo como o meio das vibrações de todos os tipos, difere em poucos pontos essenciais da luz astral de Lévi. A definição em que insistem constantemente os teurgos relativamente a esse plano etéreo é que se trata de um estágio de substância plástica refinada, menos densa e grosseira que aquela que vemos normalmente em torno de nós, de natureza magnética e elétrica, servindo como o fundamento real sobre o qual as formas e acúmulo de átomos do universo físico se ordenam a si mesmos. É o plano que, em seu aspecto mais inferior, constitui a verdadeira cloaca do universo, compreendendo aquela faceta da consciência que dirige os instintos e as energias dos animais; em suas ramificações superiores, elevando-se além dessa esfera mundana, realmente faz fronteira com o divino. Que assim é pode-se compreender por meio da referência à Árvore da Vida, na qual vê-se que o Mundo Formativo não inclui apenas a esfera de Yesod, mas naquela classificação da Árvore em Quatro Mundos, ela se estende bem além de Yesod, de modo a incluir Tiphareth, a casa da Alma, mesmo até a beira do Abismo. A esfera do Fundamento é somente sua fase mais inferior. Como Yesod apenas, é aquela região grosseira do cosmos metafísico que contém os restos astrais rejeitados das criaturas vivas, a sujeira bestial e mental descartada pelos seres humanos na sua ascensão após a morte a esferas mais elevadas. Nos seus aspectos de Chesed e Geburah, é a mais pura expressão do céu, por assim dizer, a morada devachânica. Relativamente a essa maneira de considerá-lo, é ocasionalmente chamado de divino Astral, e de Alma do Mundo .


“É em si mesmo uma força cega, mas pode ser dirigida pelos líderes das almas, os quais são espíritos da ação e da energia. É de imediato a teoria por inteiro dos prodígios e milagres. Como, de fato, poderiam tanto o bem quanto o mal constranger a natureza a expor suas forças excepcionais? Como poderia o espírito réprobo, desviado, perverso deter em alguns casos maior poder que o espírito da justiça, tão poderoso em sua simplicidade e sabedoria, se não supormos a existência de um instrumento do qual todos podem fazer uso, sob certas condições, de um lado para o maior dos bens, do outro para o maior dos males?” Quero insistir enfaticamente com relação a esta dupla interpretação do éter mágico que Lévi aqui apresenta, que nele estão incluídos um elemento inferior vil e um elemento superior nobre. O primeiro é a base da causa feita por si mesma de muitos dos males da espécie humana, o segundo é o fogo central e a Alma do Mundo. O divino Astral é solar e celestial por natureza, enquanto que o grosseiro Astral é lunar, reflexivo e puramente automático. Blavatsky confirma essa hipótese da natureza dupla da luz astral nos seguintes termos: “A luz astral ou Anima Mundi é dupla ou bissexual. Sua parte masculina (ideal) é puramente divina e espiritual, é a sabedoria, é Espírito ou Purusha; sua porção feminina é maculada num certo sentido pela matéria, é efetivamente matéria, e portanto é já o mal*.” Desnecessário afirmar que o teurgo diz respeito inteiramente às mais elevadas regiões da luz astral, os fogos solares .


* A doutrina secreta, v. I .


Do ponto de vista prático, esse plano é o agente mágico ao qual a visão treinada e acumulada dos teurgos atribuiu o poder de transmitir vibrações e impressões não somente de luz, calor e som físicos, mas também aquelas vibrações mais sutis e menos tangíveis, que não são, todavia, menos reais por sua imperceptibilidade, que pertencem a correntes projetadas de Vontade, pensamento e sentimento. Lévi chama esse instrumento de imaginação da natureza, porquanto está sempre vivo de ricas formas, sonhos exóticos, imagens luxuriantes, o veículo imediato das faculdades mentais e emocionais. O controle desse plano constitui de um certo ponto de vista a Grande Obra. Alguns magos, inclusive o ilustre Lévi, opinavam que o segredo mágico central é o da orientação sob vontade desse arcano. Sendo o veículo em que são registradas dinamicamente as paixões e impressões mentais de toda a espécie humana, a memória da natureza inferior, e estando presente na Terra todo o tempo, visto que tudo penetra e é um plano destacado do físico, seu conteúdo deve influenciar muito as mentes de homens débeis e sensíveis. E não apenas esses últimos, como a maioria das crianças da Terra é influenciada de alguma maneira pelas correntes que ondulam por sua substância. Por conseguinte, postar-se isolado em relação às suas cegas ondulações e transcendê-lo cabalmente a ponto de se mover naquele estrato mais elevado que é sua alma não constitui realização desprezível, mas sim digna de todas as energias humanas .


Uma moderna autoridade em magia, aquela cujo pseudônimo é Therion, declara que nos estratos superiores da luz astral “dois ou mais objetos podem ocupar o mesmo espaço ao mesmo tempo sem interferência entre si ou perda de seus contornos. Nessa luz, os objetos podem alterar sua aparência completamente sem sofrer transformação de sua natureza. A mesma coisa pode revelar a si mesma num número infinito de aspectos distintos. Nessa luz ése célere sem pés e voa-se sem asas; pode-se viajar sem se mover e se comunicar sem as formas convencionais de expressão*.” No que diz respeito ao processo de viajar no corpo de luz, a autoridade que citei acima acrescenta que ali somos insensíveis ao calor, ao frio, à dor e a outras formas de percepção sensorial, que nessa luz estamos presos pelo que superficialmente pode parecer uma série inteiramente diferente de leis. Nesse plano, que é o agente mágico par excellence, símbolos, emblemas e selos não são convenções intelectuais e nem mesmo representações arbitrárias de idéias universais e forças naturais; são entidades vivas absolutas, possuindo nesse plano vida e existência reais e independentes que lhes são próprias. À primeira vista, isso pode não parecer importante, mas tal afirmação é realmente de máxima importância no trabalho mágico. Os símbolos representam no plano astral entidades reais e tangíveis. No capítulo anterior nos esforçamos para demonstrar que os números indicavam com profundidade os processos de evolução e de desenvolvimento e expressavam sinteticamente tanto o ritmo cósmico quanto certas forças e inteligências ocultas a que damos os nomes de deuses, Dhyan Chohans e Essências. A esses números que representam forças imensamente poderosas são aplicáveis vários selos e pictogramas, os quais possuem nesse Mundo Formativo uma existência que não é em absoluto simbólica no sentido no qual entendemos normalmente esse termo, mas real, vital e viva. Na substância plástica e maleável da luz astral esses símbolos podem ser galvanizados à atividade por uma vontade e uma imaginação treinadas. Essa substância é peculiarmente suscetível aos vôos e às obras da imaginação, esta última possuindo o poder de transformar seu fluxo perpétuo e deformidade em moldes e matrizes que a vontade é capaz de estabilizar e energizar poderosamente numa dada direção. Entre numerosos exemplos está registrado aquele de uma mulher grávida que, tendo experimentado um choque nervoso, a impressão foi imediatamente transferida através do meio da imaginação atuante sobre a luz astral ao feto em formação gerado em seu útero. Historicamente, as deusas que presidiam entre os antigos ao nascimento eram deusas da lua e, conseqüentemente, da luz astral. Considera-se entre essas raças que a lua possui maior poder para acelerar o desenvolvimento da vida, das plantas e de toda a vegetação que o próprio sol. Sempre foi tida como o astro da mudança, da geração e da fertilidade. Em A doutrina secreta há muita informação e especulação incomuns a respeito da relação oculta entre a lua e o nosso planeta, embora o mero saber que essa relação realmente exista seja suficiente para finalidades práticas por parte do noviço. A conexão da lua com a luz astral é, entretanto, inteiramente válida, a maioria das autoridades nesse ponto estando de pleno acordo. Astrologicamente, a lua é o planeta que simboliza mudança e fluxo, e as contínuas alterações das formas, a troca das condições. No plano astral, a visão treinada registrou que ali as configurações mudam de forma, cor e tamanho da maneira mais extraordinária; e para o noviço em Skrying constitui um fenômeno sumamente desconcertante e enigmático ver um conjunto de percepções desvanecerse sob seu próprio nariz para ser substituído por um outro grupo de cenas que terá muito brevemente o mesmo destino. Trata-se de um caleidoscópio oscilante de fenômenos, sendo que as figuras, formas e energias nunca estão imóveis. Por conseguinte, estabelecer uma relação entre a lua e a luz astral é uma correspondência perfeitamente óbvia. Ademais, foi observado que a lua não brilha graças à sua própria luz interna e autogerada, mas sim por refletir os raios do sol. Yesod, a esfera da lua na Árvore da Vida, está colocada imediatamente abaixo de Tiphareth, a esfera do sol, refletindo assim as forças criativas de cima para baixo. Há muitas outras razões altamente significativas, demasiado numerosas para aqui serem citadas, a favor dessa associação da lua com a luz astral, conquanto o estudo e o experiência mágica provam a validade e precisão da correspondência .


* Magick, Mestre Therion .


Nas lendas de todos os povos, mesmo dos das mais primitivas tribos selvagens, está presente a concepção da luz astral como meio das vibrações do pensamento e dos atos mágicos. Sir J. G. Frazer, o eminente antropólogo e autoridade em folclore, registra muitas delas em sua A rama dourada. Muitos outros autores também discutiram a natureza dessa força hipotética reconhecida pelos primitivos, sem ter se aproximado de qualquer clara formulação de sua natureza como o grande agente mágico, o que dificilmente se poderia esperar, visto que seus estudos e pesquisas jamais deixam, por um único momento, o plano acadêmico. Os melanésios das ilhas do mar do sul acreditam, segundo afirmação do professor Bronislaw Malinowsky em seu pequeno livro sobre mitos, num depósito ou reservatório de força sobrenatural ou mágica a que deram o nome de mana, o qual, como uma força similar concebida como Orenda pelos índios norte-americanos, crê-se ter seu centro na lua. Essa última parece, por assim dizer, encerrar um tanque gigantesco desse poder oculto que pareceria por eles ser associado com a fonte da vida e da energia. Não é difícil perceber que essa concepção – imperfeitamente registrada pelos antropólogos, ou imprecisamente descrita pelos primitivos, é difícil dizer, sendo provável que a falha exista dos dois lados – seja uma formulação muito vaga daquela realidade que em magia chamamos de luz astral .


Foi, contudo, com absoluta clareza reconhecida pelos teurgos egípcios, sendo que em relação a isso não há o transtorno de teorias ou descrições vagas, pois observamos que quase cada jarda dos chamados mundos superior e inferior, Amentet e Tuat, que são os dois aspectos, inferior e superior do plano astral, é cuidadosamente mapeada e suas qualidades observadas. E como se não o bastasse, em alguns dos capítulos de O livro dos mortos, cada subdivisão é descrita com precisão em benefício dos mortos – e, conseqüentemente, em beneficio do teurgo – acrescendo-se os nomes dos guardiões e vigias dos pilões através dos quais a alma defunta tinha que passar a fim de obter o ingresso em alguns outros salões do reino de Osíris. Repetindo a visão egípcia, Budge menciona que o Tuat não era considerado o subterrâneo seja do céu, seja de seus limites; mas estava localizado nas fronteiras do mundo visível; que não se tratava da um lugar particularmente feliz, percebe-se pela descrição de O livro dos mortos, quando o escriba Ani ali chegou, aparentemente desnorteado, “Não há água ou ar aqui, sua profundidade é insondável, é tão escuro quanto a mais escura das noites e os homens vagueiam sem esperança”. Uma observação final do venerável protetor das Antigüidades egípcias do Museu Britânico é que o Tuat era uma região de destruição e morte, um lugar onde os mortos apodreciam e se deterioravam, um lugar de abominação e horror, terror e aniquilamento; que isto coincide perfeitamente com as esferas astrais inferiores de desintegração ou kama loka pode-se tomar por certo .


O divino astral era conhecido como o reino de Osíris ou Amentet ; também chamado de ilha da verdade onde nenhuma alma podia ser conduzida após sua morte até que fosse declarada “de palavra verdadeira” pelos deuses na Grande Avaliação. Um canto dessa região era especialmente reservado como morada das almas beatificadas, onde Osíris, na qualidade de deus da verdade, era a esperança e consolo eterno daqueles de disposição espiritual .


Teosoficamente, Amentet poderia ser denominado Devachan, a morada dos deuses, e de um ponto de vista teúrgico ocuparia aquela parte do Azoth à qual demos o nome de divino astral .


De acordo com O livro dos mortos há sete grandes salões e vinte e um pilões que dão acesso a essa região celestial, havendo para cada um dos vinte e um pilões dois vigias ou guardiões sagrados. Numa outra parte desse Livro são dados com certo detalhe os nomes dos arautos e guardiões de portas mais as fórmulas de magia prática mediante a qual eles podem ser sobrepujados o ingresso à ilha da verdade realizado. Tão precisos eram os magos egípcios em seu pensamento que imaginavam correspondências entre as várias divisões do Egito e os domínios metafísicos do Tuat e Amentet. Cada uma das várias camadas ou regiões do mundo astral, tanto grosseira quanto divina, era mapeada com uma precisão que mesmo hoje não encontra com que rivalizar ou se igualar .


Há um outra analogia bastante significativa para a qual devemos dirigir nossa atenção .


Entre psicanalistas oficiais encontramos o conceito de inconsciente. Esse termo implica uma corrente dinâmica de pensamento, memória e tendência que flui abaixo do nível de nossa consciência normal individual, servindo como o receptáculo de instintos e memórias raciais e aqueles complexos que são com freqüência o resultado de conflito consciente. Como essa coleção de instintos e impulsos automáticos possui uma origem na evolução muito anterior à formação e desenvolvimento do intelecto no homem, é, conseqüentemente, mais poderosa e urgente dentro dele. É dessas camadas de hábito e consciência racial herdada que se supõe que os primitivos tenham extraído a elaboração de seus eloqüentes mitos e lendas. Esses são, assim, não somente um registro de história pré-histórica da raça, mas também uma expressão dinâmica daquilo que esses psicólogos chamariam de inconsciente coletivo, visto que com respeito a toda raça e povo primitivos, independentemente de ter havido ou não relação e comunicação sociais, mitos e lendas são essencialmente idênticos. Considerando-se que aquilo que os analistas chamam de inconsciente é praticamente sinônimo num certo aspecto do que os cabalistas denominam Nephesch, e considerando-se que este último se funda na luz astral do mesmo modo que o corpo físico se funda e se forma a partir da matéria grosseira, há entre a luz astral e o conceito de inconsciente coletivo uma clara correspondência. Tal como o inconsciente no caso de alguns indivíduos é uma entidade vulcânica subterrânea que despedaça a integridade e unidade da consciência, do mesmo modo a tradição mágica assevera que é ao aspecto inferior da luz astral, o depósito de memórias raciais, apetites predatórios, instintos e todos os impulsos animais, que uma grande parte da espécie humana deve seus problemas, enfermidades e lamentáveis fontes de conflito. É sobre essa parte de Nephesch ou do inconsciente que o mago, afirma Lévi, tem que assentar seu pé, de maneira que seja conquistada, controlada e mantida em seu lugar adequado. Ao mesmo tempo, entretanto, o chamado inconsciente com sua riqueza de material animado, sua fertilidade de idéias e sugestões impressivas pode ser para algumas pessoas a fonte de inspiração poética e artística .


Esse aspecto do inconsciente, o aspecto mais elevado ou divino da luz astral, ou Neschamah no homem, é o que o mago busca cultivar e expandir, visto que graças ao seu crescimento, desenvolvimento e facilidade de expressão ele opera também sua própria integridade individual e a habilidade de superar a si mesmo .


No interior dessa luz astral que individualmente trazemos conosco em todas as ocasiões e em todos os lugares, vivemos, nos movemos e somos. Cada pensamento que temos grava uma impressão indelével na substância impressionável daquele plano – na verdade a tradição sustenta que ele se funde com alguma das criaturas daquele plano e então é transferido de nosso controle imediato para esse oceano pulsante de vitalidade e sentimento para influenciar outras mentes no bem ou no mal. Toda coisa viva respira e absorve essa luz livremente, não sendo exclusividade ou particularidade de nenhuma. De fato nela vivemos muito semelhantemente a um peixe na água, circundados por todos os lados e em toda direção; e como um peixe nós constantemente a aspiramos e expiramos através de guelras astrais, por assim dizer, dela extraindo energia e para ela acrescentando uma variedade de impressões a cada momento. Não só é este agente mágico a imaginação da natureza, como também desempenha o papel de memória da natureza, pois cada ato que realizamos, cada pensamento que atravessa nosso cérebro, cada emoção ao deixar nosso coração registram a si mesmos na matéria astral, permanecendo aí por todo o tempo como um registro eterno, de modo que aqueles que são capazes possam ver e ler. Quanto a isso, Éliphas Lévi observou de maneira significativa que “O Livro das Consciências, o qual, de acordo com a doutrina cristã será aberto no dia derradeiro, nada mais é do que a luz astral na qual estão preservadas as impressões de todo Logos, que é toda ação e toda forma. Não há atos solitários e não há atos secretos; tudo o que nós verdadeiramente queremos, ou seja, tudo o que confirmamos por nossas ações, está escrito na luz astral” .


Embora alguns possam pensar que para o teurgo dificilmente possa haver algo mais interessante e esclarecedor do que examinar a memória dessa luz, não é esta a ação do teurgo, pois isso nem o interessa nem lhe é útil na prática. Como seu objetivo é a aquisição de autoconhecimento e a união divina, seria uma certa perda de tempo precioso envolver-se na transliteração desse registro. A despeito de ser necessário ao mago investigar a natureza dessa luz em seu corpo de luz e familiarizar-se com os aspectos variados de consciência que esse plano continuamente apresenta, no que diz respeito ao seu próprio trabalho, ele sempre procura ascender aos domínios espirituais mais ígneos. Seu interesse na luz astral, sendo esta um plano magnético dinâmico, é no sentido da mesma lhe servir mais pronta e adequadamente do que qualquer outra coisa para focalizar as forças e inteligências com as quais ele aspira entrar em contato. Em segundo lugar, porque nessa luz ou em suas camadas superiores ele pode perceber a si mesmo em reflexo, como os outros o vêem, por assim dizer, e assim obter dados confiáveis que o conduzam ao autoconhecimento .


Separando o bem do mal, o éter solar divino do éter lunar maléfico, ocorre automaticamente uma divisão nessa luz. Nesse plano parece que os pensamentos impuros dos homens perduram por um período mais longo que os bons pensamentos, porque esses aparentemente sobem às camadas mais elevadas, às regiões de harmonia e às partes superiores do mundo da formação. O resultado é que a luz astral, cujo espaço lunar é povoado pelos elementos mais grosseiros e maliciosos do ser, torna-se gradualmente cada vez mais contaminada, sua sujeira pairando sobre a espécie humana como uma mortalha tóxica mortífera. Nos livros da Cabala, os constituintes dessa mortalha venenosa são comparados aos Qliphoth ou cascões excrementais dos estágios mais baixos de existência. São os córtices adversos, “demônios de rosto canino” de acordo com os oráculos caldeus “nos quais não há traço de virtude, jamais mostrando aos mortais qualquer sinal de verdade”. É esse aspecto da luz astral que é para cada ser humano a serpente sedutora do mal do Gênese, e é aquele aspecto cego que tem que ser transcendido pelo teurgo, visto que sendo representado em sua própria constituição é o que obsta a execução da Grande Obra. Se esse processo de preenchimento do plano astral com os Qliphoth continuasse indefinidamente, sem qualquer meio adequado de eliminá-lo e proceder a uma purificação, resultaria no envenenamento total da espécie humana por suas próprias emanações vis. A despeito de todos os esforços do modesto grupo de místicos e teurgos ao longo das eras, que transmutam através de suas próprias vidas e realizações espirituais os elementos baixos em bem duradouro e afável, o mal se torna mais pesado em cima do que embaixo, por assim dizer. A excessiva força maléfica é então precipitada de acordo com as leis naturais e cíclicas. Essas precipitações de impureza astral ocorrem realmente sob as formas de convulsões desastrosas da natureza. Terremotos, incêndios e enchentes elementais, e crimes e doenças cataclísmicas são algumas de suas manifestações. Escrevendo profundamente para confirmação desse parecer, Éliphas Lévi declara a convicção de que a luz astral é “a força misteriosa cujo equilíbrio é a vida social, progresso, civilização e cujo distúrbio é a anarquia, revolução, barbárie, de cujo caos um novo equilíbrio finalmente se desenvolve, o cosmos de uma nova ordem, quando uma outra pomba paira sobre as águas enegrecidas e turvas. Essa é a força pela qual o mundo é transtornado, as estações são mudadas, pela qual a noite da miséria e desgoverno pode ser transfigurada no dia do Cristo… na era de uma nova civilização, quando as estrelas da manhã cantam em conjunto e todos os filhos de Deus proferem um brado de alegria” .


Assim, ao mesmo tempo, a luz astral é um nimbo de máxima santidade e uma serpente vil de destruição, a mais excelsa concepção de um domínio celestial bem como do mais abjeto inferno de depravação. Se é através dos canais da luz astral que são executadas as calamidades universais, e se a anarquia e as catástrofes são o produto de seu desequilíbrio e perturbação, segue-se que através desse meio, também, pode uma ordem nova e aprimorada de equilíbrio e harmonia ser instituída sobre a Terra mesmo em nosso próprio tempo. Uma civilização mais amável pode, assim, ser o resultado da presente passagem a esmo pelo caos e a confusão ignóbil. Eis aqui, então, uma chave à nossa disposição .


Alguns têm acusado o teurgo de ser egoísta no sentido de parecer primeiro empenhar-se a favor de sua própria salvação. Na realidade, seu juramento diz respeito a essa grande realização, essa transfiguração do mundo de desgoverno num aeon mais claro; ele jurou ser o arauto invisível e silente de um mundo novo e melhor. Superficialmente pode parecer que ele tenta lograr um grau de consciência espiritual para si mesmo apenas, e que não se importa em absoluto com o bem-estar da humanidade. Mas seus esforços para alcançar a divindade finalmente redundam no sumo proveito do caminhar normal da espécie humana. “Eu …”, disse um sábio, “…se for erguido, erguerei toda a humanidade comigo.” Assim é com o teurgo. Proclo observou que por meio das invocações mágicas e a união espiritual, as essências divinas parecem de algum modo descer ao mundo e encarnar entre as fileiras dos homens .


Quando o teurgo consumou a união com a Alma Universal e se tornou uno com as grandes essências que constituem a alma e inteligência diretora de Adão Kadmon, o homem celestial, está no domínio de seu poder prestar realmente um serviço incomparável à espécie humana, pois esta terá sido sumamente exaltada pela descida dos deuses. Será, então, uma decisiva possibilidade executar as necessárias mudanças na substância plástica e arquétipos do mundo da formação, que atuarão eles mesmos conseqüentemente no plano físico e ajudarão a elevar as mentes dos homens e restaurar a harmonia e ordem eternas das esferas, fontes da vida e do ser. Mas enquanto o mago não tiver ele próprio instituído harmonia no âmbito de sua própria consciência, seu poder será limitado. Enquanto a beleza e a iluminação não constituírem a ordem de sua própria vida e enquanto ele não tiver equilibrado aquela esfera com as Essências Universais, os centros perenes da luz e da vida que sustentam o universo em todas as suas ramificações, não será capaz de concretizar de maneira cabal esse sonho utópico da humanidade.

O Lado Noturno do Éden - Kenneth Grant

A opinião que parece ser sustentada em certos lugares é a de que revelei “um pouco demais” dos Mistérios em meus livros anteriores e que o Véu de Ísis foi levantado quase a uma altura inconveniente. Portanto, reitero o fato de que os Mistérios, a verdadeira Gnose, são de natureza predominantemente psicossexual. Eu só disponibilizei – talvez pela primeira vez de forma clara – conhecimentos que até agora estavam ocultos. Por conseguinte, não peço desculpas por ter tornado estes Mistérios claros para aqueles que possuem o discernimento necessário.


Que existem os Mistérios das Trevas é inegável, mas existem também as chaves para sua compreensão. Talvez isto possa ser reivindicado mais para o presente livro do que para a trilogia anterior, onde certas fórmulas operativas foram retidas.


As chaves do ocultismo prático, seja misticismo ou magia, podem ser apreendidas intelectualmente pelo estudo dos livros, mas é nos planos internos que seu trabalho efetivo pode ser revelado. A menos que os contatos necessários nos planos internos sejam estabelecidos de forma adequada, nenhuma quantidade de leitura revelará os “segredos” que são literalmente indecifráveis e, portanto, verdadeiramente ocultos. As salvaguardas são automáticas e infalíveis.


Em vista do exposto acima, pode-se perguntar por que alguém arriscaria expor os mistérios em um nível, quando sua compreensão plena só é possível em outro nível que geralmente não está disponível. A resposta é que existe um grande corpo de indivíduos – um corpo que está crescendo mais rapidamente do que em qualquer outro momento da história humana – que precisam de um ponteiro, uma mera indicação, para aumentar sua sensibilidade às influências dos planos internos.


Desenvolver o trabalho de seu predecessor é a tarefa de um iniciado que representa uma Ordem mágica particular. No presente exemplo a Ordem é a O.T.O. (Ordo Templi Orientis) e a tarefa exige a exposição da corrente mágica conhecida como “93” ou Thelema, que foi recebida por Aleister Crowley de uma fonte extraterrestre, e que ele encarnou em “O Livro da Lei” e outros escritos. (1)


O presente trabalho, portanto, baseia-se em um grimório extremamente sinistro, conhecido como “LIBER 231”, (2), continuou a transmitir a “Corrente 93” como restabelecida por Crowley no século 20.


É inevitável que durante o processo de evolução de uma Corrente, certos aspectos possam tornar-se obsoletos, impraticáveis ou errados, e tenham que ser rejeitados em favor de significados mais eficientes. Isto se aplica com particular força na esfera da iniciação mágica, tal como é desenvolvida em ordens como a O.T.O., sobre a qual é necessário dizer algumas palavras aqui.


O sistema de iniciação empregado pelo O.T.O., do qual Crowley já foi o Chefe, era baseado em uma estrutura maçônica. Crowley não alterou esta estrutura embora tenha revisado os rituais dos graus inferiores da Ordem depois de ter sido indiciado por infringir os direitos da maçonaria ortodoxa.


Desde aqueles dias (c.1945), todo o sistema de Loja e Operações Rituais foi abandonado. Eles eram manifestamente incômodos – devido ao seu alcance internacional sempre em expansão – e tornou-se impraticável para os membros se encontrarem em um determinado momento e local para fins de trabalho mágico. Mas acima de tudo a estrutura maçônica não estava mais de acordo com a consciência e as atitudes do Novo Aeon. Em outras palavras, a fórmula maçônica é “Fora da Verdade” e não representa mais o Modelo Universal de realização mística e mágica.


Os antigos sistemas Aeon da maçonaria eram baseados na Praça, e se baseavam em um conceito de supremacia masculina simbolizado por Osíris, Salomão e outras figuras patriarcais. A nova O.T.O. é baseada no Círculo, a Deusa, a Mãe “cujo filho é seu símbolo”. Isto é assim, mostrando o renascimento de uma antiga tradição (na verdade, a mais antiga) personagem na qual está implícita a adoração da Deusa Primordial, que não conhecendo Deus foi descartada como ateia, e portanto – através da mesma lógica curiosa – diabólica.(3).


A evolução psíquica, como outras formas de evolução, desenvolve-se de forma espiral, e o aparente renascimento do Culto da Mãe e de seu Filho está, sob profunda investigação, vendo como tem progredido, pois a “Criança” não é mais o Filho, mas a Filha.


Este avanço em tipos é muito abstruso para ser discutido aqui; ele foi explicado em minha Trilogia, desenvolvida no presente livro, e mencionado aqui para refutar certas críticas ao novo O.T.O. que foram dirigidas contra ele por aqueles que não entenderam a evolução em espiral progressiva e a reencarnação da fórmula mágica.


A “O.T.O.” mantém seus onze graus, que agora são considerados como círculos menores sobre o aro do Grande Círculo ou roda que está em processo de revolução contínua. Todos os graus – equidistantes do eixo imóvel – são, portanto, equivalentes. Eles sobem e descem ritmicamente, sempre se aproximando ou recuando de um dos dois horizontes, o lugar do nascer e do pôr-do-sol, o lugar do nascimento (manifestação) e o lugar da morte (não-manifestação).


A morte foi a grande ilusão do Aeon anterior, o Aeon de Osiris. Agora, porém, neste Aeon de Hórus, que é o Aeon da Criança Eterna, a vida e a morte são vistas como um fenômeno contínuo, ou como Dia e Noite no processo da Autoiluminação.


A doutrina foi explicada em detalhes em minha Trilogia Tifoniana. As sementes da mesma existiam nos escritos inspirados de Crowley, mas ele parecia pessoalmente incapaz de conceber um sistema de iniciação fora da estrutura postulada pela Maçonaria. Por isso ele perpetuou o antigo e rígido sistema descrito no EQUINOX Vol. III No. 1, que foi mantido após sua morte por seu inquestionável discípulo Karl J. Germer.


Portanto, foi deixado ao atual escritor a condução da promoção do novo esquema, e isto é o que ele tem feito nos últimos vinte e cinco anos.


As observações acima foram sugeridas pelas muitas cartas relativas à “Corrente 93” e à O.T.O. recebidas após a publicação de meus livros anteriores. É de se esperar que a função da nova Ordem, recentemente organizada, possa agora finalmente ter sido esclarecida.


Agradecimentos especiais e agradecimentos são devidos ao Sr. Michael Bertiaux, Chefe do Culto da La Coulevre Noire (Culto da Serpente Negra), pelo material a que me referi na introdução da Parte I, e em outros lugares. Ao Sr. Gary Straw e Mss. Margaret Coock e os editores do Cincinaty Journal of Ceremonial Magick por permissão para citar partes do Liber Pennae Praenumbra e material referente ao Culto de Maat; ao Sr. Michael Magee por apoiar o trabalho da O.T.O. em sua revista Sothis, e ao Sr. John Symonds por me permitir usar os escritos de Crowley.


Finalmente, gostaria de agradecer aos seguintes artistas, que generosamente permitiram a inclusão de seus desenhos ou pinturas: Steffi Grant, Margareth Coock, Janice R. Ayers, Jan Bailey, Michael Bertiaux, Allen Holub, David Smith, e Frederick Seaton.


NOTAS:


(1) Ver Bibliografia; sob Crowley, Aleister.


(2) Publicado pela primeira vez no Equinox Vol. I No. VII LONDRES 1912. O número 231 é a soma dos números das Cartas do Tarô, 0 – 21; é portanto a extensão do número 22. O Liber 231 (ou CCXXXI como é normalmente chamado) trata dos 22 Atus de Toth aplicados aos 22 Caminhos da Árvore da Vida e às 22 células das Qliphoth. Crowley lidou abertamente com o Atus (ver o Livro de Toth), mas das 22 células das Qliphoth e dos Túneis de Set abaixo dos Caminhos, ele não escreveu. Este livro completa, portanto, a obra que ele deixou inacabada.


(3) Não havia, naquele ambiente social primitivo, nenhum pai na terra e, portanto, nenhum pai ou imagem de “deus” no céu, pois os “deuses” são apenas projeções psíquicas.


***


Fonte:

Author’s Foreword

Nightside of Eden, by Kenneth Grant.

O Sagrado Dragão Iniciático


O presente texto chamava-se, inicialmente, Tradição Draconiana: A Doutrina Secreta de Todas as Eras. Na verdade, foi um dos ordálios que realizei para o Segundo Grau da Pirâmide de Poder. A pedido de nosso O.H.O., o reformulei em alguns aspectos para que pudesse ser publicado em forma de monografia. Ao fazermos isso, acreditamos que estamos contribuindo duplamente: primeiro, dará uma noção para os futuros membros de como deve ser um trabalho de pesquisa para a Ordem. Nesta direção, a O.T.O. Draconiana é uma universidade espiritual através da qual muito aprendemos a partir das nossas próprias pesquisas, o que evita uma busca condicionada e sectária. Descobrimos o prazer de aprender a aprender e de confiar naquilo que fazemos. Segundo, partilharemos nosso trabalho que, certamente, enriquecerá o leitor.

Inicialmente, temos uma visão panorâmica sobre o ontem e o hoje da Tradição Draconiana; evocamos o sagrado dragão e meditamos sobre seu belo simbolismo alquímico e iniciático; analisamos as especificidades do Caminho das Sombras, assinalando sua importância, força e beleza e encerramos o texto com a interessante lenda chinesa do Dragão Alado.

A Tradição Draconiana é uma senda de Luz e de Sombras e esse aparente dualismo gera um espírito de síntese e de completude, fechando os dois caminhos em um único círculo ou, numa linguagem filosófica, identificando o ponto de partida no ponto de chegada. Que pela síntese possamos aprender a despertar o Dragão interior e a sobrevoar pelo círculo na beatitude da realização da Grande Obra em nosso ser.

Antônio Vicente,

Frater Artos Mercurius, 156 ‘.’


ASPECTOS HISTÓRICOS DA TRADIÇÃO DRACONIANA:


O Culto Ofidiano do interior da África foi continuado e desenvolvido no Egito, onde ele alcançou sua apoteose na Tradição Draconiana ou Tifoniana.7

Nosso trabalho, no entanto, é historicamente autêntico; a rediscoberta da Tradição Sumeriana.8

As pesquisas de Lyncoln tem, sem dúvida nenhuma, iluminado certas fases de um antigo ciclo mítico intimamente associado à Corrente Tifoniana. Elas revelam um possível relação entre um linhagem histórica: os Merovíngios e a Tradição Tifoniana.9

A Tradição Draconiana é parte de uma corrente de força mágica e de conhecimento oculto que retrocede à Suméria, bem como ao Egito pré-dinástico. Essa poderosa corrente mágica era e é baseada na gnose da Serpente de Fogo. A Serpente de Fogo, a Kundalini ou, ainda, a Corrente Ofidiana, é a base de toda a verdadeira iniciação.

Como dizíamos no 1o paragráfo, a Tradição Draconiana é um substantivo coletivo para designar uma corrente evolutiva que se encontra ativa no planeta há milênios. Normalmente, alguns autores, como Blavatsky, atribuem sua manifestação inicial a Época Lemuriana (cerca de 5 milhões de anos atrás), de lá teria se migrado para o continente de Atlantis. Sabe-se que outras civilizações já teriam edificado formulações do conhecimento, contudo, foi na Atlântida que o conhecimento manifestou-se plenamente. Ainda na esteira de Blavatsky, somos informados de que os Sábios Atlantes, prevendo seu fim iminente, prepararam as terras do Egito (há, aproximadamente, 12 mil anos a.C.) para herdar as tradições de que eram portadores. É a partir daí que a tradição adquire sua temporalidade e “mudou-se” para a África. O conhecimento era mantido em rigoroso segredo e estava reservado à família reinante e às suas relações imediatas. Posteriormente, à medida que a nação egípcia se desenvolveu, este conhecimento tomou corpo, sob a forma de Colégios Sagrados, levando o Egito a tornar-se o centro da Tradição Primordial, com ramos em todos os países civilizados da época e mantendo relações com os demais centros que os sábios atlantes haviam criado nas outras partes do mundo, o que explica as extraordinárias semelhanças entre as antigas civilizações. A tradição que viera da Atlântida para o Egito e que se expandiu para os outros países, tinha seu centro em Heliópolis.

Pelas citações em epígrafe, percebemos que existe um fio condutor desta Tradição desde a Antigüidade até nossos dias. Segundo Kenneth Grant, no terceiro Capítulo de Culto das Sombras, intitulado O Culto Draconiano no Antigo Khem, somos informados que a Tradição Draconiana provém de uma época muito remota e que pode ser rastreada tanto em aspectos históricos quanto mitológicos. Sua maior evidência pode ser encontrada no período pré-dinástico ou pré-monumental. Como o passar do tempo, ela passou a ser perseguida e combatida devido a divergências conceituais e pragmáticas. A Tradição Draconiana defendia o culto ao Princípio Feminino e as Tradições emergentes se voltaram para a adoração ao Princípio Masculino. Mesmo perdendo boa parte de seu terreno, a chama da Tradição Draconiana não se apagou, mas refugiou-se no silêncio e sobreviveu de forma não-pública. Assim, ecos desta Tradição ainda puderam ser encontrados, ainda que velados, disfarçados e até mesmo distorcidos até a XXVI Dinastia do Antigo Egito.

As primeiras evidências históricas do surgimento da Tradição Draconiana, no Antigo Egito, podem ser encontradas quando Ta-Urt, Tifon para os gregos, a Grande Serpente, era tida como a Mãe de Seth, o Deus mais antigo das terras egípcias. Ta-Urt era a encarnação das Forças Primordiais que exaltavam a criação do Universo com seus mundos e planetas. Em algumas regiões do Egito pré-dinástico, principalmente nas regiões ao sul, a Deusa Ta-Urt era a representação da Grande Mãe Estelar sob a forma de um hipopótamo grávido, simbolizando um Dragão das Águas. Para os Draconianos, era a Mãe das Revoluções que foi identificada, ao norte, com a constelação da Grande Ursa. Seth, seu Filho, era considerado o Deus do Sul, cuja estrela que o representava era conhecida como Sírius (ou Sothis, em grego). Seth, uma divindade do Sidhe (o Outro Mundo), após longas corrupções teve sua identidade adulterada e foi identificado como um deus do mal, arqui-inimigo do deus Sol – Hórus. Neste particular, cabe esclarecer que Tifon (forma grega para Ta-Urt) é o aspecto feminino de Seth. Algumas vezes, é considerada como a mãe de Seth em seu aspecto de Deusa das Sete Estrelas, da qual Seth é a Oitava. Por sua etimologia, Seth significa “negro”, o que o associa com o mundo oculto ou sombrio – o Amenta dos egípcios. Seth, sendo um deus celeste, “caiu” do horizonte e passou a ser considerado um Deus do Inferno, da Terra Oculta. Em Thelema, este Deus é de suprema importância, pois, além de representar o espírito criativo primordial, comporta também à fórmula da magia sexual, conforme veremos mais adiante.

A Tradição Draconiana nunca deixou de existir. Na verdade, é um processo de eterno vir a ser que poderá ser resgatado a qualquer momento por aqueles que vibram em consonância com sua frequência. Nessa direção, essa Antiga Tradição percorreu os séculos. Na Idade Média, por exemplo, ela dá sinais de sua continuidade através da Bruxaria Sabática. Apesar de serem consideradas héreticas, na verdade, as verdadeiras bruxas da Idade Média tornaram-se repositórias de símbolos de uma tradição pré-cristã. Sobre isso, nos fala Grant em seu Culto das Sombras:

Foi sugerido por algumas autoridades que as bruxas originais surgiram de uma raça de origem mongol da qual os lapões são os sobreviventes atuais. Isto pode ou não ser verdade, mas estes “mongóis” não eram humanos. Eles eram sobreviventes degenerados de uma fase pré-humana da história do nosso planeta, geralmente – embora erradamente – classificados como atlanteanos. As características que os distinguia de outros da sua raça era a habilidade de projetar a consciência em formas animais e o poder que possuíam de materializar formas-pensamento. Os bestiários de todas as raças da terra estão entulhados com os resultados das suas feitiçarias.

Os símbolos principais do culto original sobreviveram à passagem do tempo e foram eles, sem dúvidas, herdados das Tradições Draconianas do Egito pré-dinástico, como o capítulo 3 de O Renascer da Magia nos informa. Todos eles sugerem o Caminho Invertido, isto é, o Caminho das Ressurgências Atávicas. O Sabbath sagrado a Sevekh ou Sebt, o número 07, a lua, o gato, o chacal, a hiena, o porco, a serpente negra, a dança de costas anti-horária, o beijo anal, o número 13, a bruxa montada em um cabo de vassoura, o morcego, o sapo e a Rã (sagrado à Deusa Hécate) foram símbolos comuns às bruxas medievais mas que originalmente caracterizavam a Tradição Draconiana. Infelizmente, esses símbolos foram desviados de seu significado e função inicial por pseudo-bruxas (e a Wicca atual é uma degeneração ainda maior). Assim, os Mistérios foram profanados (mas não perdidos) e os ritos sagrados condenados como anti-cristãos.

Nos tempos modernos, a Tradição do Dragão renasce principalmente pelo esforço do grande mago Aleister Crowley e ao impulso renovador que lhe foi dado por seu continuador natural, o senhor Grant. Como se pode constatar, a Tradição Draconiana é uma fonte poderosa e que se desvela para aqueles que a buscam e que são capazes de com ela se sintonizar.

Com o advento do Novo Aeon (1904 – recepção de Liber AL), Aleister Crowley tornou-se um instrumento para que a Antiga Tradição Draconiana ressurgisse e junto com ela a adoração a Seth-Tifon em oposição à Trindade Osiriana. A grande diferença entre essas adorações é de gênero: Seth-Tifon representam o Princípio da Maternidade (a Virgem Mãe e seu Filho), ao passo que o Culto Osiriano dá enfase ao Princípio da Paternidade. Encontramos, n’O Livro da Lei, um grande depositário dos Mistérios Draconianos que Nele estão velados e as fórmulas para que a Grande Obra ocorra, a fusão do eu com o tu, o retorno ao estado hominal ou o Nada.

No contexto desta ressurgência, O Livro da Lei deve ser visto como uma poderosa transmissão Draconiana e uma nova adoração e reconhecimento do Princípio Feminino. Na literatura Thelêmica, sabemos que esse Princípio Feminino é chamado de Nuit, o Círculo Infinito. Entretanto, diferentemente dos tempos aúreos da Tradição Draconiana no Antigo Egito, o Princípio Masculino também será reconhecido. Ele é o Ponto Onipresente, conhecido como Hadit. Nota-se que esse equilíbrio de polaridades evitará preferencialismos e conflitos desnecessários. Parece que, finalmente, a balança de Maät esteja em equilíbrio. Doravante, a balança maatiana do fogo criativo deve se combinar harmoniosamente com as qualidades femininas da delicadeza, sintonizado com sua intuição e receptividade.

Crowley esforçou-se para publicar suas descobertas e compreensões iniciáticas em uma forma moderna. Isso criou muito caos, pois perturbava e assustava as pessoas que estavam adormecidas pelas crenças e superstições do Velho Aeon. Ele foi “satanizado” e perseguido durante toda a sua vida e isto porque falava para o eu verdadeiro do indíviduo, adotando uma linguagem iniciática. Indubitavelmente, seu discurso era inquietante para os que não estavam preparados. É interessante notar que o S.A.G. (Sagrado Anjo Guardião) dele era Shaitan-Aiwass, uma forma de Seth como iniciador. Seth é o Senhor da Iniciação e Saturno é o planeta do karma. A iniciação ocorre pela destruição dos bloqueios indesejáveis ao nosso progresso. O caos causado pela demolição de tais bloqueios é parte essencial do processo para que nossa Verdadeira Vontade possa ser realizada sem restrições.

Como vimos, a trajetória da Tradição Draconiana pode ser traçada historicamente. Mas o mais importante é ressaltá-la como um caminho mágico e que se sustenta, sobretudo, pela forma parampara. Significa dizer que houve e há intercâmbios extra e intraterrestres que iluminaram e iluminam a consciência humana ao longe de diferentes estágios. Essas reverberações, quando devidamente canalizadas, atuam como uma fonte criativa e poderosa de vibrações que, ocultamente, influenciam as religiões e o desenvolvimento científico da humanidade. Assim, a Tradição Draconiana pode assumir formas distintas de expressão. No entanto, seu espírito visionário permanece intacto e se perpetua.

Antes de encerrarmos este tópico, cabe fazer uma ressalva para os termos Draconianos e Tifonianos que, às vezes, são considerados sinônimos mas que, do ponto de vista estritamente histórico, comportam diferenciações. Sobre isso Fernando Liguori nos informa no Informativo Sothis, número 2:10

A Tradição Tifoniana foi o Culto Draconiano “sistematizado” no Antigo Egito. Quando o Culto Draconiano saiu da África Primal, ele atingiu sua apoteose nas Dinastias pré-monumentais do Antigo Egito, se tornando, ali, a Tradição Tifoniana. Entretanto, o Culto Draconiano é o substrato primevo de todas as grandes religiões fálicas e seus traços mais marcantes são encontrados no Vodu, no Tantra Hindu, no sistema Kahuna e nos Cultos Xamânicos Sul-Americanos e Asiáticos.

A partir desta colocação, percebemos que a Tradição Draconiana é anterior à Tradição Tifoniana, poderíamos até mesmo falar de uma Tradição Draco-Tifoniana, pois percebemos em uma, a continuidade natural da outra, a exemplo de uma nascente que corre, passa pelo rio e deságua no oceano. Mas, por preferencialismo, usaremos somente o termo Draconiano que é mais abrangente.


A METÁFORA DO DRAGÃO:


Sou metal – raio, relâmpago e trovão. Sou metal, eu sou o ouro em seu brasão. Sou metal: me sabe o sopro do dragão.11

No horóscopo chinês, o Dragão é considerado como sendo o melhor signo daquele zodíaco. É dito que os que nascem sob o signo do Dragão são enérgicos, entusiastas, tenazes, intuitivos, inteligentes, perfeccionistas, perspicazes, influentes, generosos, cativantes, independentes e a sorte está do lado deles. É, aliás, na Tradição Chinesa e em sua antiga lenda do Dragão Alado (veja apêndice) que a mais elevada concepção a respeito do Adepto é encontrada.

Na verdade, a Tradição do Dragão e o seu extenso simbolismo tem ecos em todos os recantos do mundo, tanto nas civilizações mais adiantadas e naquelas mais rudimentares. A origem de sua lenda perdeu-se no tempo e não podemos precisar sua origem. Os dragões eram considerados, por toda a Antiguidade, símbolo da Imortalidade, Sabedoria, Eternidade e Conhecimento Oculto. No Egito, na Babilônia e na Índia, os hierofantes denominavam-se de “Filhos do Dragão” ou de “Filhos da Serpente”. Este simbolismo também aparece na Caldéia, no México e entre os sacerdotes Assírios e Druidas, dentre outros. No caso específico dos Druidas, sabemos que é uma constante nesta tradição e eles consideravam a serpente e/ou o dragão símbolos de seus mais altos mistérios e ensinos. Nos textos celtas, se nos referirmos à arqueologia da Serpente Gaulesa, vem a lembraça a Cocatrix, a fabulosa serpente colocada a serviço do rei Artur na Guerra. As relações entre Merlin e Artur são cheias de fabulosos dragões. Também se encontra referência ao dragão nos Mabinogios. A lenda de Lhud e de Lhevelys nos mostra que o dragão do país estava em luta com o dragão estrangeiro.

Mas por que os adeptos escolheriam esse ser como representação de si mesmos?

Como vimos antes, o dragão é uma entidade mitológica que existiu em todas as eras e culturas. Pode também ser comparado à serpente alada. Do ponto de vista histórico, a serpente é símbolo da terra e do submundo. A águia (e pássaros em geral) são símbolos celestes. O dragão une perfeitamente esses dois princípios (Céu – Terra) que também pode ser traduzido pelo grande axioma: O que está em cima é como o que está em baixo. Na China, o dragão representa o Tao, aquilo que está além das palavras e das polaridades (Yin e Yang), mas é a força por trás de tudo o que existe. Simboliza o desconhecido, a energia oculta presente na natureza e no ser humano. O termo dragão vem do grego dragon que significa “ver”. Um ‘dragão’ deve ter um olhar claro que saiba ver as coisas sob um novo ângulo e perspectiva, procurando enxergar o que as coisas são de fato e não sua mera aparência exterior. Devido à sua capacidade de ver além dos véus de maya, ele é tido como símbolo de poder e sabedoria nas lendas. Sua sabedoria é simbolizada pelos tesouros que guarda. No filme Coração de Dragão, vemos o dragão guardar toda sua sabedoria e poder no interior de uma caverna. Lá é seu habitat natural. Para encontrarmos a sabedoria e conhecimento do dragão, um Draconiano precisa mergulhar em sua própria caverna, isto é, em seu próprio ser. No Yoga, o dragão é chamado de Serpente de Fogo, a Kundalini, a força oculta no interior do ser.

Considerando a natureza de um dragão, percebemos que ele unifica, em si mesmo, todos os Elementos ou Princípios: pode voar (Ar), cospe fogo (Fogo), habita em cavernas (Terra) e é capaz de nadar (Água). Assim, um dragão que habita uma caverna e guarda seu ouro, pode ser visto como uma metáfora para seu papel de guardião e senhor da energias elementais. Tanto o dragão, quanto à serpente, são seres cuja pele é totalmente renovada de tempos em tempos, indicando a capacidade de renovação, renascimento e regeneração do adepto.

A magia sexual também se encontra no símbolo do dragão, uma vez que seus chifres são considerados afrodisíacos quando se tornam pó e também é capaz de curar todos os venenos. E por que será nos mitos as virgens eram oferecidas em sacrifício aos dragões?

No Egito, o animal compatível com o dragão era o crocodilo, uma espécie de dragão egípcio. Ele era um símbolo dual, representando céu e terra, Sol e Lua e tornou-se sagrado a Osíris e Ísis, em função de sua natureza anfíbia. Os egípcios representavam o Sol em uma barca que era transportada por um crocodilo, insinuando o movimento do Sol no espaço.

Com a degeneração dos mistérios, o que era alegórico tornou-se fatual. O nome serpente ou dragão designava aqueles que eram os Sábios, os Iniciados de todas as épocas. Com o passar do tempo e a perda cada vez mais crescente do verdadeiro significado dos mistérios, o símbolo do dragão virou alvo de especulações. O dragão passou a ser representado astronômica, concreta e abstratamente. Ele se tornou o Dragão Polar e a Cruz do Sul, a Alfa Draconis da Pirâmide. Tornou-se, ainda, o temido Dragão Budista que poderia engolir o Sol durante um eclipse.

É curioso o fato dos dragões e das serpentes da antiguidade terem 7 cabeças. Isso representa os 7 princípios que perpassam o homem e a natureza. O sete que se relaciona com os ciclos da vida e com a ideia do tempo. Pelas ideias que o número 7 comporta, podemos entender porque os antigos iniciados eram chamados de “dragões” ou “serpentes” nas dinastias egípcias.

Em síntese, o dragão é símbolo da Força Primordial que o Draconiano pode e deve despertar através da iniciação para que possa realmente manifestar o divino. Aliás, a Iniciação Draconiana visa, primordialmente, tornar essa Poderosa Força inconsciente em conhecimento e poder conscientes. Acima de tudo, o Draconiano vê o Dragão como a face de Tudo Aquilo Que É, desde a mais densa até a mais sutil das energias: todas são facetas do Dragão que evolui e emerge em Si mesmo.


ESPECIFIDADES DRACONIANAS:


O que a diferencia a O.T.O. Draconiana de outros caminhos iniciáticos:

A Tradição Draconiana postula que há níveis diferentes de realidade, insuspeitados pelos profanos e que o adepto pode explorar. Essa exploração se dá através da iniciação cuja meta é desvelar o oculto que está por detrás da aparência de cada fenômeno. Pelas técnicas iniciáticas penetramos no lado oculto das religiões e dos mitos e obtemos o conhecimento sobre as verdades neles veladas. Os Ordálios dos dois primeiros graus tem essa finalidade. A partir deste conhecimento, o adepto aprende como controlar o mecanismo da existência e pode influenciá-lo de acordo com sua vontade. O Draconiano aprende a contornar as limitações da existência e a superar as reações condicionadas nele pela cultura, família e sociedade, usando sua liberdade e vontade para poder criar sua realidade.

A O.T.O. Draconiana é única: apresenta um sistema a ser percorrido com técnicas específicas que levam o postulante do trabalho com o lado luminoso ao trabalho com as forças caóticas e obscuras. Devido a essa peculiaridade, esse caminho não é bem visto pelas outras vertentes do Ocultismo e, frequentemente, é alvo de interpretações equivocadas e difamações. Sumariamente, é possível estabelecer a existência de três níveis de conhecimento: o científico (mundano); o esotérico das escolas da mão direita (Tradição das Luzes) e o esotérico das escolas da mão esquerda (Tradição das Sombras). A Tradição das Sombras é mais rara, uma vez que conduz ao reino do caos e poucos são aqueles que estão aptos ou dispostos a trilhar tal via. É uma vertente severa, forte, rigorosa, mas que pode conduzir à beleza e ao poder. Enquanto as Tradições das Luzes levam o iniciado a se fundir com um Deus particular, o Caminho das Sombras levam o adepto ao encontro da grande Tiamat e dos deuses primais que existem muito antes dos deuses da luz terem sido criados.

A Tradição Draconiana promove a Lei de Thelema e se volta também para a exploração das inteligências alienígenas tais como as formas de vida extraterrenas e os demônios e os aspectos negros da metafísica da existência. Do ponto de vista psicológico, o trabalho com o lado negro tem sua razão de ser. Sabemos que usamos apenas uma pequena fração de nossa capacidade. Experienciamos uma ínfima parte da realidade. A maior parte esta oculta a nós. A parte oculta do homem pertence a áreas da psique que não estão desenvolvidas. Mas também podem ser faculdades utilizadas que pertenceram ao homem primitivo e que hoje estão latentes na forma de atavismos. Essas energias latentes podem se atualizar e se tornarem conscientes se com ela entrarmos em contato. Aí então, nós as confrontaremos com as obscuridades e partes reprimidas do nosso ser (agressões, medos, instintos…). A esse respeito, Jung afirma: “a iluminação não é alcançada pela visualização da luz mas pela exploração da escuridão.” É, ainda, no reino oculto da mente humana que iremos encontrarmos os chamados siddhis ou poderes psíquicos.

Nesta direção, a escuridão é a luz do Draconiano e ele examina igualmente os lados luminosos e sombrios das energias em todas as suas diferentes formas de expressão. A meta é a apotheosis (ou união com o divino) sempre somando e não subtraindo; isto é, levando-se em consideração a aparente dualidade própria da criação.

Para percorrer esse caminho uma dedicação focalizada e exclusiva é necessária. Cinco pontos precisam ser observados para nos integrarmos a ela e a experienciarmos em plenitude:


1) Dedicação (comprometimento, imersão com sua vivência Draconiana);

2) Pratica (aplicação dos conhecimentos recebidos);

3) Descondicionar (coragem para ousar e abrir-se a novas possibilidades);

4) Consciência multidimensional (ser capaz de se comunicar com outros níveis de consciência);

5) Realizar em si a Grande Obra Alquímica (unir Shiva e Shakti em seu ser).


A Tradição Draconiana se caracteriza por sua tradição oral, calcada na relação entre orientador e orientando; na utilização da sexualidade sagrada como passaporte para expansão de consciência e contatos interplanetários; advoga uma iniciação espirada, em detrimento das iniciações verticalizadas do aeon anterior, apostando no Silêncio como viabilizador de tal iniciação. A culminância desse processo está na desvelação paulatina dos véus de Isis (phISIS, geneSIS) e na aquisição da Sabedoria.

Não é uma escola uniforme, na qual há um única instrução para todos. Pelo contrário, é um caminho de exclusividade no qual cada estudante é tratado e instruído de acordo com suas próprias necessidades. O que a torna uma via muita especial.

É uma via sem dogmas, uma filosofia de vida, na qual a mulher está em igualdade com o homem. É uma coletânea das práticas mais significativas do Oriente e do Ocidente, fusionadas de forma que permita a seus adeptos desenvolver suas potencialidades e a atingirem, mais completamente, sua missão terrena (o auto-conhecimento). Para tal, possui uma disciplina, um método e um sistema que engloba o físico, o psicológico e o espiritual.

A iniciação não é conduzida cerimonialmente ou dramaticamente como ocorre com outras tradições. Ao contrário, a iniciação deve ocorrer internamente como retorno do investimento de cada praticante. Tal ocorre à medida que o iniciado é capaz de sair do nível de reação das condições e fatos exteriores e passa a governar sua vida de acordo com os ditames de sua Verdadeira Vontade.

A iniciação Draconiana se dá em 11 níveis ou graus, galgados um a um. Na verdade, é uma espiral que vai ampliando suas voltas e elevando-nos cada vez mais alto. Baseada na estrutura da Árvore Sephirótica, o candidato vai se elevando pela frente da Árvore, mas não deixa de sofrer também os impactos de seu lado reverso.

Uma característica muito interessante da Tradição Draconiana é seu caráter experimental. Ela se caracteriza por um espírito investigativo e experimental, objetivando ter um sistema esquematizado e científico de suas praticas. Kenneth Grant, Aleister Crowley, Achad, Fernando Liguori, dentre outros vem contribuindo para o florescimento de uma tradição científica no ocultismo, a partir da coleção, análise e comparação de dados.

Um exemplo deste caráter experimental, por exemplo, pode ser vislumbrado em relação ao Tarot. Desde a primeira publicação do Nightside of Eden, em 1977, tem havido diversas tentativas em se criar um Tarot que retrata o lado sombrio ou uma espécie de Nightside Tarot como sugerido pelo livro. Sabemos que vários grupos ligados à corrente Draconiana têm feito tentativas neste sentido. A meta é revestir o Tarot com um novo simbolismo que seja complementar ao atual, restaurando a gnose primordial em sua forma mais pura e em consonância com a perspectiva Draconiana de unidade pela dualidade. O que faz do Draconiano um não-dualista – ele a reconhece mas não como oposição e sim como complementaridade: nem bom, nem mal, nada é perfeito ou imperfeito, mas todas as coisas estão perfeitas em seu vir a ser, no momento presente para poderem evoluir para seu próximo nível de ser.

A pratica nuclear desta via é a sublimação, entendida como a consagração (tornar sagrado) de todos os desejos. Precisamos ter liberação nos relacionamentos e aprender a olhar para vermos claramente as coisas sem as nossas projeções, expectativas e frustrações. Não é fácil desenvolver essa “mente neutra”. Devemos começar pelo amor personalizado para chegarmos até o amor impessoal, até que o amor concentrado incondicional seja nosso amor personalizado. Assim, os relacionamentos ao invés de serem um “obstáculo ao progresso espiritual” se tornam um caminho de liberação porque eles nos ensinam muito. Esse é um processo automático quando nos encontramos no estado desperto. Nesta esfera da sublimação, a sexualidade e o sexo tem um papel fundamental.

A Corrente Ofidiana (Draconiana) usa a energia sexual para provocar mudanças internas e externas (ou místicas e mágicas). Essa alquimia é o ponto central do sistema Draconiano de iniciação. O objetivo é produzir o Elixir da Vida Eterna (a Pedra Negra ou o Diamante Negro). Curioso o fato de que a palavra Khem signifique negro e era o nome do Antigo Egito. Assim, a Magia Draconiana é uma Magia Negra no sentido de ser uma alquimia. Khem é também o nome do deus da Alquimia. O deus negro Seth é também ligado à Alquimia e à pedra negra. Na tradição grega, Khem foi representado por Pã e Seth por Tifon. Assim, a alquimia Draconiana pode ser traçada até o Antigo Egito, bem como nas tradições hermetistas e gregas cujo objetivo corresponde ao Caminho da Mão Esquerda. Na O.T.O. Draconiana, o processo de transmutação alquímica ocorre passo a passo através do processo de iniciação junto aos Graus da Ordem.

A Tradição Draconina nos ensina que os Mistérios Maiores estão contidos em nosso próprio corpo. Gerald Massey, Aleister Crowley, Austin Spare, Dion Fortune demonstraram, cada um à sua maneira, as bases bio-químicas dos Mistérios. O mesmo foi detectado por Wilhelm Reich em suas pesquisas. Ainda, os ‘símbolos sensientes’ e o ‘alfabeto do desejo’, de Spare, correlatos como são aos marmas do corpo com os princípios sexuais, anteciparam, de muitas maneiras, o trabalho de Reich, que descobriu – entre 1936 e 1939 – o veículo da energia psico-sexual, a qual ele nomeou orgone. A contribuição singular de Reich à psicologia e, incidentalmente, ao ocultismo ocidental, encontra-se no fato de que ele isolou com sucesso a libido e demonstrou a sua existência como energia tangível, biológica. Esta energia, a verdadeira substância dos conceitos puramente hipotéticos de Freud – libido e id – foi mensurada por Reich, tirada da categoria de hipótese e reificada. Entretanto, ele estava equivocado ao supor que o orgone era a energia final. Na verdade, ela é um dos mais importantes kalas, mas não o Kala Supremo (Mahakala), embora possa tornar-se isto pela virtude de um processo que não é desconhecido aos tântricos do Varma Marga. O próprio O Livro da Lei, que é um Tantra moderno, também descreve a utilização sábia das correntes sexuais.

‘O melhor sangue é o da lua’ (AL III: 24); ‘pois ele é sempre um sol e ela uma lua. Mas para ele é a alada serpente e para ela a radiante luz estelar.’ (AL I: 16).

A substância vermelha da mulher é o primeiro menstruum de energia mágica. A fórmula do Novo Aeon (418) é a de Cheth, a Carruagem. É a formula do IR. O homem é branco e a mulher vermelha (Mulher Escarlate). O homem pode obter a iniciação, mas não pode manifestar seu poder sem ela. A fórmula e a função da Mulher Escarlate inicia-se com as zonas ocultas de energia intimamente relacionadas às redes de nervos e plexos associadas com as glândulas endócrinas. A Kundalini afeta os chakras no corpo dela e suas vibrações influenciam a composição química das secreções glandulares.

Tais ‘fragrâncias’ são consumidas pelo Sacerdote e transformadas em energia mágica. Quatorze secreções vaginais são reconhecidas pela ciência ocidental e, supostamente, há mais duas. Esses Kalas só podem ser evocados se os chakras envolvidos tiverem sido devidamente preparados.

‘Eu sou a secreta serpente enrolado a ponto de pular: em meu enrolar existe alegria. Se eu ergo minha cabeça, eu e minha Nuit somos um. Se eu a abaixo e ejaculo veneno, há a raptura da terra, e eu e ela somos um’ (AL II: 26).

Consumir os kalas assim carregados e direcionando as correntes para cima (néctar), transforma a consciência e ela se torna apta a contatar e a comunicar com entidades transcendentais. Se as correntes são direcionadas para baixo (veneno), elas são carregadas com vibrações envenenadas que são utilizadas para trabalhos de materialização e dissolução.

Para a mulher erguer a Kundalini, ela visualiza a Serpente na forma fálica em seu muladhara-chakra e se inflama até o ponto de atingir o orgasmo. Antes do orgasmo, ela deve mover a imagem ao ajna-chakra e manter a imagem até que a consumação ocorra. O homem identifica a Kundalini com Hadit e o centro cerebral com Nuit. A força de Hadit é ativada e sob pela coluna vertebral até o cérebro. Desta maneira, o homem é a Palavra e a Mulher é a Ação. A Criança é a Palavra feita carne pela Ação.

A mente se concentra na Criança que é corpo que sustenta o Ato da Criação Mágica. É a Maquinaria Mágica que cria a imagem. O corpo dá expressão e projeta a para a esfera material. É um caminho de amor. Lida com o crescimento do e no amor, a recepção do amor, fazer amor e criar com amor para unir-se Àquilo que em tudo está presente.

Assim, a postura do Draconiano frente à sexualidade é de sacralidade por saber do imenso poder que ela é portadora e ele mesmo é desprovido de preconceitos quanto a ela e suas formas de expressão. A esse respeito, Gerald Massey, em The Natural Genesis, escreveu:

[…] este é o segredo da esfinge: ela é masculina na frente e feminina atrás. Assim, é a imagem de Set-Tifon, um tipo de chifre e rabo, masculino na frente e feminino atrás. Assim, também eram os faraós que usavam rabos de leão ou vaca, eram masculinos na frente e femininos atrás.

Já Lise Manniche, em seu livro, A Vida Sexual no Antigo Egito, nos fala das inclinações bisexuais de Seth. Assim, percebemos que os antigos Draconianos, assim como os deuses, incluíam a dualidade do ser em suas vidas. O Draconiano se conscientiza que seu corpo e sua vida são o grande laboratório alquímico, principalmente seu corpo é considerado o Templo do Sagrado Espírito.

Um aspecto da Tradição Draconiana é sua Corrente Evolucionária expressa através da forma do Opositor, o Veículo da Perpétua Revolução que vai além dos limites impostos ou estabelecidos, e que são transcendidos pela Verdadeira Vontade. A perspectiva Draconiana é ampliar a consciência humana para além dos limites conhecidos. Somos limitados por uma determinada banda frequêncial. Como Magistas Draconianos, buscamos a ampliação desta banda frequêncial e a expansão da consciência para além daquilo que é previamente considerado como humano. Não se aceita os limites impostos a nós mesmos e lutamos contra o estado de conformidade com eles. Como Tradição dinâmica, o Dragão pode destruir as falsas ideias e perspectivas nos levando a voos mais elevados na expansão da consciência.

A filosofia Draconiana se volta para o panteísmo, no qual a divindade é percebida na natureza, no homem, enfim, em tudo aquilo que existe; em detrimento da visão monosteísta na qual deus é tido como algo a parte de sua criação. Respeita e privilegia a individualidade, não acreditando num modelo pronto e acabado das coisas. Almeja ir além do estabelecido e das limitações impostas ao homem por diversos meios. Apesar disso, essa assertiva não pode ser encarada, como normalmente ocorre, como sendo uma carta branca à licenciosidade e um sim a todos os instintos. É uma perspectiva therioncêntrica, na qual a besta e o divino se unem, procurando a síntese e a compreensão de certos conceitos abstratos em torno do que seja o bem e o mal, o certo e o errado, de uma perspectiva maior, cósmica e não limitada pelas indulgências sociais ou externas. É também uma postura crítica diante de certas intelectualizações que não permitem o ser se expressar livremente. A razão analítica vê as coisas de forma separada, desconectada. Ao invés de ver o todo, se contenta com as partes. Perde-se o paradigma holográfico (o todo está nas partes e vice-versa). Aliado a isso, a sensação de separação das coisas e o materialismo exacerbado conduzem-nos a um hedonismo sem fim, onde somente a satisfação imediata é a lei, e a busca pelo divino, pelo autêntico, por valores que possam elevar não tem mais espaço. O Draconiano sai da consciência grupal, coletiva e busca desenvolver-se integralmente quanto ser humano.

A visão de mundo é cíclica conforme a natureza nos ensina e também o símbolo da serpente que morde a própria cauda, o Ouroboros (ilustrando os ciclos do tempo e da natureza).

O caminho da mão esquerda contesta, com inteligência, a modernidade e o progresso quando não passam pelo crivo da razão e seu custo–benefício não é devidamente considerado. A filosofia Draconiana inclui a luz e as sombras, o masculino e o feminino, ao contrário das filosofias da luz que se baseiam na dualidade de ou luz ou trevas, ou masculino ou feminino. Em resumo, é o caminho da Vontade no qual precisamos descobrir o que é mais atrativo para nós na vida, pois isso nos levará a exploração plena de sua beleza. Ao mesmo tempo, nos dirigimos, como efeito reverso, ao conhecimento cada vez maior da Deusa que nos seduz e nos atraí e que está oculta em toda matéria. Mas devido a seu caráter mutável, veloz e transformador, precisamos estar bem centrados para não sermos levados pelos redemoinhos de Tifon. Equilíbrio é uma palavra chave, bem como a pureza da aspiração que conduz e prepara para o contato com os poderes da consciência. Trabalhando com a alquimia da Vontade e da Ação, a magia do guerreiro e a união da besta com o deus, levando a personalidade a se identificar com a individualidade interna, o “olho do dragão” se abre e se vê com clareza. Desta forma, o adepto é capaz de ir além e de mergulhar no Universo B, de penetrar no Grande Diamante Negro e invocar os espíritos esquecidos, os deuses antigos, os seres da natureza e os ancestrais para reencantar esse mundo com a magia que fora perdida.


APÊNDICE:

A lenda Chinesa do Dragão Alado:


A lenda descreve o Dragão como um animal alado, de grande porte, com o corpo de serpente, todo coberto por escamas, com patas em forma de garras e podendo viver tanto na água, sobre a terra ou no ar. Este Dragão vivia no Rio Amarelo, mas decidiu sair dele e esta saída foi marcada por 06 etapas. Sobre as escamas de seu corpo, estavam desenhados círculos de cores claras e escuras e que, ao longo de seu corpo onduloso, suas escamas eram convertidas em figuras sagradas. Afirma-se que isso foi para o Fo-Hi a revelação dos trigramas do I Ching, imagem perfeita da natureza que se desnuda diante do Sábio, ou Iniciado, quando este se torna merecedor desta desvelação. Podemos inferir que o conhecimento adquirido pelo Fo-Hi, via os trigramas, lhe foi transmitido por um verdadeiro Adepto, representado, simbolicamente, pelo Dragão.

Alegoricamente, as seis etapas da jornada do ser humano até atingir a maestria pessoal ou o domínio da vida são retratadas por esta lenda. Cada fase desta iniciação recebe um nome:

O Dragão Oculto: É o Dragão oculto no fundo do rio. Representa o homem interior oculto na matéria e que ainda não tem o desejo de subir à superfície, de sair de sua condição atual, de evoluir. Há uma preocupação exclusiva de satisfazer apenas os desejos de sua natureza terrena.

O Dragão no Arrozal: Nesta fase, o Dragão saiu das águas. Toma consciência de um outro mundo. Ele está na terra, mas ela é lamacenta e afunda com seu peso. Representa o primeiro despertar da consciência para algo que transcende o mundo físico. Mas é um despertar momentâneo e especulativo, movido pela curiosidade e não tem a força necessária para elevar o Dragão.

O Dragão Visível: Segundo a lenda, nesta etapa o rio transborda, elevando o Dragão até a superfície. O Dragão é arrancado da terra pelas mesmas águas que o tinham preso à terra e ele pode nadar, por um mometo, em sua superfície em vez de deslisar no fundo. Representa a consciência que se faz ciente da existência do mundo espiritual, que sabe que sua existência é necessária e reconhece a Divindade, mas ainda lhe falta a Vontade para elevar-se até Ela.

O Dragão Saltitante: Nesta 4a fase, o Dragão encontra-se em terra firme que lhe permite levantar. Sabe que terá que caminhar, mas não percebeu que é capaz de voar, dá apenas saltos que recaem novamente no mundo material. A luta que mantém é penosa e feliz é aquele que não a renuncia, pois a vitória exige continuidade de esforço. É a fase mais crítica da caminhada, pois surgem duas bifurcações:

A do espírito: após muitas tentativas sem sucesso, o Dragão percebe repentinamente suas asas, abre-as e consegue voar, libertando-se de todas as coisas materiais. O espírito triunfa sobre os apegos, prazeres, esperanças e temores.

A da matéria: cansado de dar saltos, o Dragão não tenta abrir suas asas, desce para a lama, entra na água em que habitava e renuncia ao mundo superior. É o momento da dúvida que, se não for vencida, arrasta o buscador, retirando-lhe a possibilidade de ascensão espiritual. Esta situação recebeu nomes simbólicos no ocultismo ocidental tais como o Terror do Umbral e a Noite Sombria da Alma.

O Dragão Volante: O Dragão encontrou o caminho e é capaz de voar e planar nas alturas celestes. É capaz de transitar entre o divino e o mundano, e vive em harmonia com os ritmos cósmicos. É um verdadeiro iniciado.

O Dragão Planador: É o estágio derradeiro. O iniciado venceu todas as provas e sua missão não é mais no plano físico. Tem plena consciência de que a multiplicidade é apenas aparente, um reflexo da Unidade. Atingiu união completa com a Divindade e vive o nirvana, a Paz Profunda a cada instante.

O Adepto conhece todos os segredos dos Planos Físico e Espiritual podendo viver, sem maiores dificuldades, nos Planos Superiores, Intermediários e Inferiores. Aquele que atingiu tal condição torna-se uno com o Todo e nada no Universo lhe é estranho ou desconhecido. Ele conhece todos os níveis e estados de consciência e está apto a ajudar a humanidade em quaisquer circunstâncias.

Meditemos sobre essa lenda e nos avaliemos quanto à nossa real e sincera disposição de seguirmos rumo à Grande Obra. Alçar o voo do Dragão requer viparita, a reversão não só dos sentidos mas de mudanças profundas em nossos valores, palavras e atitudes que devem tender para a compreensão, para ideias e ideais nobres e sentimentos sublimes. Que a chama do Dragão brilhe eternamente em nossos “cor-ações”.


Notas:


1. Este texto foi escrito por volta de 2004-5, época de atividades da Ordo Templi Orientis Draconiis ou Ordo Draco-Thelemae, também conhecida como O.T.O. Draconiana.

2. I.e. como mencionado em Magia em Teoria & Prática.

3. Bruxaria & Magia Negra, p. 180.

4. “Eu sou oito, e um em oito”. (AL II: 15).

5. A Estrela-Cão.

6. AL II: 21.

7. Kenneth Grant, Culto das Sombras, Capítulo 3. Tradução Particular de Fernando Liguori.

8. Crowley, Magia em Teoria & Prática, Capítulo 5. Tradução Particular de Fernando Liguori.

9. Kenneth Grant.

10. A Revista Sothis foi uma publicação semestral da O.T.O. Draconiana durante os anos de 2004 a 2007.

11. Renato Russo – Metal contra as nuvens.


Obras Consultadas:


A Doutrina Secreta, Vol III. Helena Blavatsky.

Typhonian Tradition. Simon Hinton e Michael Staley.

Revista Sothis – números: 1 e 2.

Lectures from Gerald Massey. Gerald Massey.

O Renascer da Magia, Aleister Crowley & o Deus Oculto e Culto das Sombras. Kenneth Grant.

O Livro dos Prazeres. Austin Osman Spare.

A Vida Sexual no Antigo Egito. Lise Manniche.

Ordo Dragon Rouge – site: http://www.dragonrouge.net/