sexta-feira, 27 de janeiro de 2023

Los Tres Pilares Del Culto Pagano

La DEVOCIÓN, es el primero de los tres pilares que sostienen los Cultos Precristianos. Por ella, se forja la religión, que es el resultado de la unión de un colectivo por la fe, la certeza y la veneración de una serie de creencias y prácticas, seguidas y transmisibles por y para otros en el espacio y en el tiempo.

Es una de las patas, de un Caldero que nutre a las religiones a partir de las experiencias, los sentimientos y los conocimientos de nuestros Ancestros con lo Trascendente, que en su conjunto forman las Creencias religiosas.

La religión, necesita unos referentes (creencias) que expliquen la Existencia con unos relatos (mitos) que de sentido a las cosas. Esta Mitología, requiere de la piedad y de la reverencia por lo Sagrado si ha de conservarse. Es aquí, precisamente, donde aparece la Devoción.

La Devoción, es pues el recurso intelectual por el que el ser humano es PARTE, REVIVE y PRESERVA este Relato, y por lo tanto es a través de ella que se conservan (Tradición) y transmiten (Transmisión) las creencias y prácticas de las diferentes religiones.

La TRADICIÓN, es el segundo pilar que sostiene a los Cultos precristianos. Atesora, el Corpus de creencias y prácticas que definen una religión, los Principios por los que se guía y las Reglas que la protegen.

Es, la simbiosis perfecta entre ortodoxia y ortopraxis que caracteriza a la religión como una Entidad armónica e independiente, que se define para sí y frente a otras religiones.

Que una religión sobreviva, el hecho mismo de conservarse y mantenerse, solo se puede garantizar si existe un MODELO a seguir, la INTENCIÓN de preservarlo y el DESEO de transmitirse.

La Tradición, entonces, es el conjunto de rasgos propios de una religión que sobreviven en el tiempo, porque hubo previamente la intención de CONSERVARLOS y que no se pierdan, cambien ni tergiversen con el devenir de los años y las circunstancias.

La TRANSMISIÓN, es el tercer pilar que sostiene los Cultos precristianos. Responde, al acto de llevar a efecto y a buen término el fin último de la Tradición (tradere), que es efectivamente transmitir aquello que se ha preservado.
Es, la consecuencia natural de procurar la supervivencia de la Doctrina, los Principios y las Reglas de un Culto, transmitiendo estos rasgos a sus nuevos fieles, con la intención que no desaparezcan y estas creencias y prácticas perduren en el tiempo.
Una religión, no sólo necesita de la DEVOCIÓN y la TRADICIÓN para existir, sino de una TRANSMISIÓN que la haga estable. Una regla tan básica, como imprescindible.
La Transmisión, así, es la tercera pata de este Caldero que fragua la religión a partir de la espiritualidad común de un colectivo, consustancial a las otras dos e imprescindible para que el Culto no acabe desapareciendo.