quarta-feira, 4 de janeiro de 2023

Unus Mundus y el Anima Mundi

Unus mundus (en latín un mundo, o un solo mundo) es un término que se refiere al concepto de una realidad subyacente unificada a partir de la cual todo emerge y a la cual todo retorna.

Fue popularizado en el siglo XX por el psiquiatra suizo Carl Gustav Jung, aunque el término se remonta a escolásticos como Juan Duns Scoto​ y fue retomado en el siglo XVI por Gerhard Dorn, un estudiante del famoso alquimista Paracelso.


Jung y Pauli

Jung, conjuntamente con el físico Wolfgang Pauli, exploró la posibilidad de que sus conceptos de arquetipo y sincronicidad estuvieran relacionados con el unus mundus; el arquetipo sería una expresión del unus mundus, mientras que la sincronicidad, o coincidencia significativa, sería posible por el hecho de que ambos, el observador y el acontecimiento concurrente, se derivan en última instancia de la misma fuente, el unus mundus.

Jung siempre tuvo cuidado, sin embargo, de enfatizar la naturaleza tentativa y provisional de tales exploraciones en una idea unitaria de la realidad.


Para Jung:

Mientras que el concepto unus mundus es una especulación metafísica, lo inconsciente puede ser experimentado en sus manifestaciones de manera al menos indirecta.

El alma del mundo (en latín: anima mundi) es el espíritu etérico puro, el cual fue proclamado por algunos filósofos antiguos como lo subyacente en toda la naturaleza (Monismo). Es lo que anima la naturaleza de todas las cosas como la misma alma anima al ser humano; estando presente en todo lo existente.


Por tanto, es de resaltar que: este mundo es, de hecho, un ser viviente dotado con alma e inteligencia [...] una entidad única y tangible que contiene, a su vez, a todos los seres vivientes del universo, los cuales por naturaleza propia están todos interconectados.

Platón, Timeo 29, 30


La idea se originó con Platón y también está presente en doctrinas orientales, en los conceptos de Brahman (Dios) y del atman (alma) en el hinduismo. Consecuentemente los estoicos creían que era la única fuerza vital presente en el universo.

Similares conceptos fueron sostenidos por filósofos tales como Paracelso (1493-1541), Baruch Spinoza (1632-1677), Gottfried Leibniz (1646-1716) y Friedrich Schelling (1775-1854).

Desde los años sesenta ha sido recobrada por defensores de la hipótesis de Gaia (que considera que la Tierra es un ser vivo), tal como James Lovelock.