¡Majestad Coronada de oro de la Muerte, dueño de todas las riquezas del mundo terrenal, que nunca quiera nada salvo lo que yo desee o necesite!
¡Actúa en mi nombre, tráeme la riqueza y la fortuna, y
concédeme las riquezas cosechadas en los campos de los muertos para los vivos!
¡Haz esto de modo que se pueda lograr obtener tesoros ocultos para mí y que mis enemigos no lleguen nunca a verme caer en la pobreza o la miseria!
¡Poderoso santo de la Muerte, concédeme abundancia y prosperidad, siempre te invocare en tu nombre, te aclamare con ofrendas, difundiré tu gloria y hare tu trabajo siempre agradecido!
¡Tendré una cosecha más fructífera, por lo que voy a ser capaz de soportar esta vida de sufrimiento sin estar demasiado distraído por todas las necesidades básicas materiales!
¡Toma una decisión en mi nombre por la que el destino cruel se sobrescriba y concederme fortuna, ganancias, beneficios y ganancias abundantes!
¡Que el oro y las riquezas lluevan y me bendigan con la libertad y el desapego que se puede lograr a través de la prosperidad!
¡Amén!
