terça-feira, 19 de setembro de 2023

Gnosis Tifoniana - El Señor de la Oscuridad


El Señor de la Oscuridad es, primero y principalmente, el Dios de la Consciencia. Puede parecer extraño que la consciencia – el principal factor definitorio de la existencia humana – sea considerada como derivada del Príncipe de la Oscuridad, el Diablo. Pero esto es verdad en cualquier mitología que puedas examinar cuidadosamente. En el mito del Edén Bíblico, a la humanidad le es dada la autoconsciencia a través de las incitaciones de la Serpiente para que saboree el fruto prohibido. En el antiguo Egipto, el temido Set era el campeón de la individualidad, el Obstinado rebelde en una sociedad estructurada e inflexible. Él era el Dios que estaba contra los Dioses. En la mitología Griega, los seres humanos adquirieron la consciencia sólo cuando Prometeo robó el fuego del cielo, una consciencia que los celosos Dioses nunca pretendieron que la humanidad tuviera. En el mito Nórdico, al hombre le fue concedida la consciencia, la inteligencia y el ser como un regalo tripartito por el siniestro y oscuro Dios Odín. Y de esta manera la lista continúa. En cada caso, la consciencia y el sentido del Yo del hombre es otorgado a él por una deidad oscura – en sí misma un ser consciente y rebelde – en desafío de las leyes de la conformidad.

El Señor de la Oscuridad – el dador del Regalo del Yo – es así la Deidad primaria del Sendero de la Mano Izquierda, ya que el propósito de ese Sendero es la deificación del Yo en sí misma, la exaltación y desarrollo de ese Regalo al máximo grado. En cada mitología, son los Dioses de la Oscuridad quienes dieron la consciencia y la autodeterminación a la raza humana. Las Deidades convencionales del Sendero de la Mano Derecha y el establecimiento del castigo a estos Dioses Oscuros y sus seguidores, marcan a la humanidad como malintencionada y rebelde, demandando nuestra obediencia y un retorno a la subyugación. En el mito Judeocristiano, somos pecadores sin valor que debemos renunciar a nuestros propios deseos perversos y arrojarnos a la misericordia de Dios; nuestro único propósito es adorarle y practicar la autonegación.

En Egipto, los cultos dominantes insistían en la adherencia a los códigos sociales, viviendo la vida conforme a los dictados estrictamente regulados de la ley religiosa. Obediencia, autonegación, servidumbre: estos son los credos del Sendero de la Mano Derecha que están presentes en la mayoría de las religiones donde quiera que puedas mirar. Son despreciables y un insulto a nuestra existencia consciente.

Sin embargo, los Dioses Oscuros luchan contra estas actitudes. En la tradición Nórdica, Odín mata al monolítico gigante Ymir para que un nuevo y vívido mundo pueda nacer. Él infunde a la humanidad con la consciencia y el éxtasis para que nuevas innovaciones y goces puedan surgir a través de nuestro ingenio. Prevé la necesidad del cambio en esta bullente matriz transformadora – Ragnarok – y emplea Su astucia y arte para asegurar su propia metamorfosis y renacimiento a través de ese cambio.

En la mitología Egipcia, tres eventos en particular destacan conforme examinamos a Set en Su rol como Señor del Sendero de la Mano Izquierda. Primeramente, Él es Autocreado. Él no ha nacido de forma natural, sino que se arranca a Sí Mismo del útero constrictor a manifestación. Él después otorga Su Regalo a la humanidad, concediendo la chispa de la identidad individual y la Autoconsciencia a nuestra especie. En la mitología, Se convierte en el asesino de Osiris, el Dios de los Muertos, que sofoca la creatividad e individualidad en sus confinatorios envoltorios momificadores. Set efectivamente mata a la misma Muerte.

Set no es un Dios confortable o dócil. Por una parte, puede ser un espíritu de furia y pasión; por otra, puede ser tan frío y calculador como un reptil. Pero Él siempre es Él Mismo, nunca un esclavo. A la humanidad Le dio la capacidad de rebelarse contra las obligaciones, la ambición y la visión para alcanzar las estrellas, la Voluntad de vivir como seres libres y apasionados en lugar de dóciles ovejas sujetas a los caprichos de otros. De hecho, Él colocó profundo dentro del núcleo de nuestra especie el Fuego Divino de un Dios – la Llama Negra – pudiendo tener la capacidad de convertirnos en lo que Él es.

Estas cosas, por supuesto, vienen con un precio. El triste pero simple hecho es que las religiones constrictoras y asfixiantes del Sendero de la Mano Derecha son una verdadera representación de las esperanzas y opiniones de la mayoría de la gente. Cuando es encarada con la infinita expansión del espacio y la eterna extensión del tiempo, la mayoría de la gente se horroriza al hacerse conscientes de que sus propias mentes son aparentemente también ilimitadas y que un universo entero de imaginación y reflexión subjetiva yace dentro de ellos. Ante el rostro de la inmensidad, su primera reacción es negarlo, correr y ocultarse bajo una piedra, aterrorizados por su propia libertad y potencial. Así que buscan y sirven a dioses, sacerdotes y políticos que los llaman pecadores y desviados, condenando la blasfemia de la individualidad y compeliéndoles a la conformidad, obediencia y una reconfortante estrechez de miras. E inevitablemente, aquellos que desobedecen estas restricciones y se deleitan en su autodespertar y consciencia son etiquetados como herejes y destruidos de la forma más brutal posible, agonías infligidas a ellos para reflejar el dolor sentido por aquellos ciegos intolerantes cuyos débiles ojos interiores no pueden soportar la brillantez de una estrella en ascensión.

Así que no empiezo pretendiendo que el Sendero de la Mano Izquierda sea para todo el mundo. Es para un cierto tipo de mentes, un rebelde que rechaza la cómoda conformidad y acepta su propia esencia como la única razón para su ser. Es para el pionero que desea hacer retroceder las más lejanas fronteras del conocimiento y la posibilidad en su búsqueda de la belleza, la nueva experiencia y la transformación avanzada. Es para aquellos que ven la vida en todas sus comedias y tragedias como un Juego, un glorioso caleidoscopio de metamorfosis, una cosa de gozo incluso en su más dolorosos momentos. Es para aquellos que pueden hablar con truenos en sus voces la contraseña de Set: “Xeper: Yo he llegado a Ser”. Si no eres una de estas personas, entonces la magia Draconiana no es para ti y sólo puede aportarte terror y miseria. A ti yo te diría, ve por tu camino y disfruta de la vida en confort. No hay nada para ti aquí.

Sino para aquellos que se regocijan en su identidad, en su estatus como seres únicos y autoconscientes, para aquellos que buscan catalizar y actualizar esa Individualidad esencial en la definitiva meta de la Autodeificación, para aquellos no hay Dios más grande o rol a modelar que Set, que se arrancó a Sí Mismo del útero constrictor, que se volvió una fuerza indómita de la guerra y las tormentas, que prendió la misma Llama de no-conformidad en la humanidad y que en última instancia mató a la misma Muerte. Con el fin de enfocar y Remanifestar mi propio Trabajo personal, dimití del Templo de Set después de un periodo de diez años. Pero retengo mi estatus como un Sacerdote de Set en mi más interno ser y siempre lo seré. Set es la expresión histórica más antigua del Señor de la Oscuridad conocida por nuestra raza y Su imagen, mitología y Esencia viviente Lo confirman como el Príncipe de la Oscuridad.

Es más, Set es un Dios totalmente divorciado del modelo del mundo Judeocristiano. Él no es el Diablo siempre servil a un omnipotente, omnisciente señor que se mueve de formas misteriosas. Él es el Dios contra los Dioses de la estasis, el que defiende la causa del individuo heroico – o de hecho antiheroico - contra la masa homogénea y Él lo hace así con fuerza terrible. Lujuria, éxtasis, ferocidad: estos son los atributos de Set y Sus Sacerdotes. Pero no como adicciones debilitantes; son manifestaciones epicúreas de la Voluntad, poder exultante en lugar de estar atormentado por la desgracia. Set no es el desvalido Diablo de la Cristiandad, Él es el poder conquistador que no será constreñido. Set no es Anticristiano por sí: la Cristiandad es simplemente irrelevante, no importa.

Podríamos hacer un alto para preguntar por qué un ser tal como Set se molestaría en otorgar el Regalo de la consciencia a nuestra especie. Hay dos posibles razones que vienen a la mente (adicionales, más complejos, factores no hay duda que se te ocurrirán conforme tu Iniciación progrese, pero estas consideraciones iniciales son el par principal). En primer lugar, podríamos también sorprendernos de por qué los magos humanos buscan compañía. ¿Por qué unirse a Órdenes, Templos, y demás? En parte por la compañía, en parte por el gusto de otras mentes que puedan poner a prueba las ideas, que puedan suministrar retroalimentación y entusiasmo – o la corrección y la crítica cuando sea necesario – inspirándonos así a una avanzada Transformación. Ya que nuestra propia consciencia debe ser similar por definición a la de su Dador, podemos presumir que Set también desea la compañía. De hecho, en Book of Coming Forth by Night del Dr. Aquino, los Iniciados de Set son tentados a acercárseLe como lo harían con un amigo.

La segunda razón fundamental detrás del Regalo de la consciencia de Set a nuestra especie es asistirLe en la retención de Su propio sentido del Yo. Considera a un ser en la posición de Set, el Universo respondiendo a Su Voluntad y reformándose a sí mismo en conformidad con Su Deseo. El Universo se convertiría en un simple reflejo de Set, reflejando y expresando Su mismo pensamiento. Ambos en última instancia serían indistinguibles, Él perdería Sus límites, Su sentido del Yo como una entidad separada se habría ido. Al fin, Él inevitablemente sucumbiría al sueño de la inercia y la consciencia una vez más se habría perdido. Son nuestras diferencias las que nos definen y con el fin de recordarnos quiénes somos y qué vitaliza nuestra esencia, nuestras Voluntades necesitan encontrarse con la resistencia, con algo que no somos nosotros y que puede estar moviéndose de forma tangencial a nuestros planes, forzándonos a adaptarnos y reevaluarnos. Igual ocurre con Set también. Él es un guerrero, que ama los desafíos. Él por lo tanto otorga la consciencia a otras criaturas como un regalo mágico. Ahora el Universo será empujado y arrastrado en muchas direcciones por muchas Voluntades, algunas más grandes, otras inferiores. Pero no será por más tiempo un simple reflejo de Set. Ahora Él puede perseguir Sus propósitos, luchando para superar las corrientes conflictivas, ganando a lo largo poder en lugar de perderlo. Con cada acción, Su propia identidad es reafirmada y Él no se arriesga más a la absorción.

Es interesante considerar que habiendo instilado la consciencia dentro de nuestra especie, Set se resiste a interferir más. Nos ha sido concedida la capacidad para liberar la Voluntad del Yo y este Regalo es todo lo que hemos conseguido. Si te encuentras en un lugar estrecho, no tiene sentido llamar a Set para salir del mismo. En el mejor de los casos, Él no lo hará: en el peor, se sentirá iracundo por tu debilidad. Él nos ha dado la inteligencia y la Voluntad para determinar nuestro propio destino a través de nuestros pensamientos y acciones. Para él intervenir más y resolver nuestros problemas por nosotros, sería degradar y negar la dignidad de Su Regalo de Autodeterminación. En efecto, sería quitarnos lo que Él ya nos ha dado.

Siendo este el caso, puedes preguntarte ¿qué propósito hay en acercarse a Set después de todo? Hay dos razones para hacerlo. La primera es una forma de vínculo conocido sólo por aquellos que son verdaderamente libres: es un vínculo de lealtad y honor, un deseo de reconocer abiertamente al que nos ha hecho como somos. La segunda es que Set se deleita con la camaradería de aquellos que activamente ejercitan Su Regalo para hacerse a sí mismos y sus mundos. A tal fin, Él puede revelar Sus propios propósitos e intuiciones en un intercambio de esencia, que puede en última instancia dar surgimiento a un nuevo Sacerdote de Set, uno que puede hablar con la voz y la autoridad del Príncipe de la Oscuridad. Este es un contacto de almas, en el que cada una enriquece a la otra, reteniendo aún así su propio Ser.